La nueva secretaria asume apadrinada por el banquero Jorge Brito, junto a ella el kirchnerista Federico Bernal, responsable de Enargas que ahora asume en la Subsecretaría de Hidrocarburos; Santiago Yanotti, un tucumano ligado a Manzur en la Subsecretaría de Energía Eléctrica y el resto de los funcionarios del sector serán los encargados de aplicar un fuerte tarifazo ya anunciado por Massa en su primer mensaje. Salen del Gabinete el ex secretario Darío Martínez y el ultra cristinista Federico Basualdo, a quien habían intentado remover, sin éxito, cuando este se negó a aumentar las tarifas eléctricas. Ahora Cristina acepta que suban funcionarios dispuestos a implementar las exigencias del FMI. Un modelo de empresas privatizadas que viene del menemismo y va contra los derechos más elementales del pueblo.
El ministro de Economía Sergio Massa encabezó en la tarde de este lunes la reunión en la que se produjo el traspaso de la conducción del área energética. Así lo dio a conocer en un tuit el nuevo super ministro. En la reunión participó además el jefe de gabinete de asesores Leonardo Madcur y los funcionarios entrantes, como también los que abandonan sus cargos. Un evento en el que se mostraron juntos tanto los funcionarios kirchneristas como de los otros sectores del Frente de Todos que quedan al frente de la Secretaría.
Según Infobae, “el cambio de piezas en la Secretaría de Energía, aseguran en el Palacio de Hacienda, tiene el acuerdo de todos los sectores de la coalición”. El próximo jueves los nuevos funcionarios darán detalles sobre la segmentación y topes de consumo por zona y sector de las tarifas. El cristinismo, además de su acuerdo con el recambio de funcionarios y el tarifazo, conserva a Agustín Gerez en Enarsa, al frente de la construcción del nuevo gasoducto Néstor Kirchner, considerada la obra más grande que va a tener este gobierno.
Para cumplir con el FMI super ministro y super tarifazo
La escalada de los precios de la energía a nivel mundial hizo que las importaciones de gas en barco obligaran a subir los subsidios a la energía. Pese a los tremendos ajustes que el gobierno viene realizando en los montos de las jubilaciones, planes sociales, sueldos estatales, presupuestos a la salud y educación públicas, gracias a una brutal inflación, los nuevos costos de la importación de energía hicieron que los “ahorros” en los ingresos populares no alcanzaran para cumplir con la exigencia del FMI de reducir el déficit fiscal al 2,5% del FMI.
Massa asumió señalando que iba a cumplir con las metas pactadas con el Fondo, recogiendo la exigencia que volvió a ratificar en el último viaje de la ex ministra Batakis. Por eso ahora, en un país que le sobran recursos energéticos, gracias a los negocios de este gobierno y los anteriores -entre los cuales se puede contar un atraso injustificable en construir el gasoducto-, muchas familias van a tener que elegir entre comer o calentarse, entre prender la luz o la garrafa y muchas otras directamente no van a poder pagar la tarifa que preparan.
Son distintas las cifras del ahorro en divisas que implican estos nuevos tarifazos que se sentirán en la electricidad, el gas y también en el agua, según los distintos analistas. Entre ellas se menciona un “ahorro” cercano al 1% del PBI, unos $ 500.000 millones que saldrán de los ya castigados bolsillos de los trabajadores y las clases medias. El ajuste que viene es tan fuerte que, aunque esta cifra es una barbaridad de dinero que va a parar a las exigencias del Fondo, muchos analistas señalan que no van a alcanzar para el ahorro planteado y que van a tener que ajustar mucho en otras áreas estatales.
¿En que consiste el tarifazo y a quienes le toca?
Aunque resta un anuncio más preciso del monto de este nuevo y brutal tarifazo, Massa ya adelantó sus lineamientos generales para el caso de la electricidad.
Durante este año, la anterior conducción de energía, ya había lanzado dos aumentos. Primero del 20% para todos y otro 20% más que excluía a los que tienen la tarifa social (un 10% de los usuarios). Sobre estos aumentos se planificó una segmentación por la cual perderían el subsidio estatal, que cubre una gran parte de la tarifa, solo el decil más alto, mientras que la gran mayoría lo conservaría.
El nuevo massazo fue anunciado así: el resultado de la segmentación arrojó que 4 millones de familias perderán todo el subsidio y pagarán la tarifa plena. Un número mucho mayor que el propagandizado previamente por el que se calculaba que solo los ricos serían alcanzados por la quita del subsidio. Los montos mínimos resultaron abarcar a importantes sectores de la clase media o de trabajadores que a veces con varios ingresos en la familia, lo superan.
Ahora, la nueva vuelta de tuerca es que el subsidio eléctrico abarcará hasta los 400 kwh mensuales, a partir de allí se pagará tarifa plena en lo que exceda ese consumo. O sea que los más de 9 millones de familias, que representan más del 50% del consumo domiciliario y se anotaron para conservar el subsidio tendrán otro brutal aumento por esta nueva condición. Aunque las fuentes oficiales informan que se tomó un promedio de consumo, la realidad es que las familias, en especial las más pobres, numerosas y a las que no llega la red de gas natural gastan muchísimo más que esa cifra de kwh. Las primeras estimaciones hablan de que se duplicarán y/o triplicarán las boletas.
Eso solo con el tarifazo eléctrico. Falta saber a cuánto ascenderá el tarifazo en el gas, pero ya adelantan que seguirá los mismos parámetros. Mejor no pensar en la cuenta cuando en septiembre determinen el tarifazo en el agua. Ese es el “ahorro” en el consumo que Massa y el gobierno de Alberto y Cristina nos proponen para cumplir con el FMI. Los ricos que iban a pagar el grueso del aumento se matan de risa. Ellos no van a tener problema en pagar y usar todo el gas, la energía eléctrica o el agua, mientras la mayoría de la población va a tener que privarse de gran parte de su uso.
Hay que movilizarse y parar este tarifazo
No podemos permitir que para pagarle al FMI una fraudulenta deuda contraída por Macri, que benefició a los grandes especuladores, banqueros y empresarios se sigan devaluando los ingresos populares y ahora nos priven del uso de la energía.
Como hicimos contra los tarifazos de Macri, hay que movilizarse masivamente para impedir estos nuevos e impagables tarifazos. Desde ahora tenemos que juntarnos en cada barrio con los vecinos para responder cuando pretendan aplicarlos, como parte de la resistencia que importantes sectores de trabajadores y sectores populares ya están planteando a este brutal ajuste, en la perspectiva de derrotar en una lucha nacional este plan de hambre y miseria para pagarle al FMI.
En ese camino es necesario replantear el modelo energético de nuestro país, al servicio de los negocios de empresas privadas con los gobiernos de turno. En nuestro país abundan los recursos energéticos. Hay que nacionalizar todas las empresas de energía, empezando por YPF, que es una sociedad anónima con mayoría accionaria del Estado. Tienen que ser controladas por sus trabajadores y usuarios, con este cambio total del actual esquema habrá energía suficiente y barata, tanto para el consumo domiciliario como para abastecer las necesidades de un fuerte desarrollo productivo que el país tiene todas las condiciones de realizar. Además, podrá acelerarse, algo que parece cada vez más lejano: la transición ecológica a las energías no contaminantes, tan necesarias en un planeta cada vez más envenenado por este capitalismo salvaje.