El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia organizó el jueves 5 de agosto un acto unitario en la Plaza de Mayo con motivo de haberse cumplido el domingo 1º el cuarto aniversario de la desaparición forzada seguida de muerte del joven artesano Santiago Maldonado, quien había ido a solidarizarse con la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, en Cushamen, provincia de Chubut.
Luego de reseñar las palabras de su hermano Sergio, a quien seguimos acompañando en su incansable lucha por verdad y justicia, se dio lectura al documento consensuado por el Encuentro, cuyo texto reproducimos abajo. Junto a otros organismos de derechos humanos y organizaciones populares, del acto participó una delegación del MST en el FIT Unidad y el CADHU, encabezada por les compañeres Cele Fierro y Pablo Vasco.
Documento del EMVJ
Nuevamente decimos presente en esta histórica Plaza de Mayo, la plaza de las Madres y las Abuelas, nuestra plaza. Desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia hoy nos volvemos a encontrar aquí para seguir sosteniendo bien en alto las banderas de la lucha de un pueblo que no se calla, que no ha sido derrotado ni será vencido, en la búsqueda de un país y un mundo justos, sin explotación ni opresión. Ésa es una bandera que nos agrupa, justamente la bandera solidaria que levantó Santiago Maldonado.
Estamos acá porque un primero de agosto, del año 2017, el Estado asesino segó la vida de un joven compañero de lucha. Fue allá en el sur, en la Pu Lof en Resistencia, una comunidad mapuche que defendía -y sigue defendiendo- sus territorios ancestrales, en la localidad de Cushamen, provincia de Chubut. La Gendarmería Nacional entró a sangre y fuego en la comunidad y lo hizo de manera ilegal, porque la orden judicial sólo ordenaba despejar la ruta. Y allí no sólo reprimieron a mansalva sino que cometieron una desaparición seguida de muerte: un crimen gravísimo y más aún en democracia.
Por eso venimos a gritarles a ese Estado y a sus instituciones que no hemos olvidado a Santiago Maldonado y que para los responsables materiales y políticos de su muerte no queremos perdón, ni reconciliación ni mucho menos olvido: queremos simplemente el juicio y castigo que todos ellos se merecen. ¡Santiago Maldonado, presente! ¡Ahora y siempre!
Quienes estamos hoy acá conocemos de sobra los nombres de los y las responsables políticos del asesinato de Santiago: Pablo Noceti, Patricia Bullrich, Mauricio Macri. Esos ex funcionarios son los principales responsables políticos, por haber mentido burdamente, por haber maniobrado para ocultar pruebas y por haber avalado una y mil veces el accionar criminal de la Gendarmería. Repudiamos la nueva provocación de Bullrich, que en el colmo del cinismo se fue a grabar un video a la propia comunidad donde asesinaron a Santiago para justificar a su gobierno.
Y así como no vamos a olvidar ni a perdonar la muerte de Santiago, tampoco vamos a olvidar la red de mentiras y estigmatización que tejieron para confundir al pueblo. Tras esa red, sólo lograron demostrar que la Gendarmería, el Poder Judicial y los grandes medios de comunicación actuaron en complicidad con los funcionarios locales, provinciales y nacionales del gobierno para ocultar la feroz e ilegal represión que terminó con la vida de Santiago. Esa responsabilidad política no se agota en nombres propios: sabemos que el Estado es responsable y no nos vamos a cansar de repetirlo. Porque lo mismo pasó con el joven mapuche Rafael Nahuel, asesinado por la Prefectura en Villa Mascardi, Bariloche.
Pero tampoco nos vamos a olvidar de aquellos otros sectores políticos que, al inicio del caso Maldonado, se sumaron a las denuncias contra el gobierno de Macri. Incluso nos hemos movilizado en unidad varias veces a esta misma Plaza exigiendo justicia por Santiago. Pero luego ese sector parece haber olvidado sus reclamos de entonces. Hoy, como gobierno nacional, no han hecho nada efectivo para avanzar en el camino de lograr justicia por Santiago. Y más allá del relato, en los hechos siguen defendiendo las mismas políticas y los mismos intereses extractivistas de saqueo y entrega de los bienes comunes que el gobierno anterior.
Con unos y otros en el poder, las corporaciones multinacionales y los usurpadores de nuestros territorios como los Benetton y los Lewis siguen muy tranquilos. ¿O acaso no vimos días atrás ese repudiable video de la policía de Chubut, la policía del gobernador Mariano Arcioni y su ministro Federico Massoni, el amigo de Sergio Berni, entrenando al grito fascista de “piquetero ten cuidado, que una noche muy oscura a tu villa entraré”? ¿O Massoni mismo, que dijo que “un piquetero es un delincuente”? ¿Qué son semejantes barbaridades sino flagrantes atropellos a los derechos democráticos más elementales?
Como lo vimos también con el asesinato del joven Facundo Astudillo Castro a manos de la Bonaerense de Berni, el pueblo y la juventud somos quienes siempre seguimos poniendo los muertos, mientras que unos pocos capitalistas poderosos se siguen llenando los bolsillos. De este lado seguimos sumando desapariciones forzadas, gatillo fácil y muertes en democracia. Del otro lado, suman represión e impunidad. Por eso, que no nos venga el gobierno con su proyecto de ley de “abordaje integral de la violencia institucional” para lavarle la cara al aparato represivo. Lo que hay en este país es bastante más que violencia institucional: es represión estatal y se tiene que terminar de una vez por todas.
La responsabilidad del Estado se mantiene también en la perpetuación del genocidio contra los pueblos originarios. Aquel genocidio iniciado hace más de 500 años por los conquistadores europeos, y que la generación de Roca aplicó con toda obediencia, no ha cesado. Bajo otras formas, siguen avanzando sobre los derechos de los pueblos originarios, sus tradiciones culturales y sus tierras ancestrales. La resistencia de los pueblos mapuches en el sur es otro capítulo de esa misma lucha contra las políticas estatales de despojo, discriminación y racismo.
El mejor homenaje que hoy podemos hacerle a Santiago Maldonado es reafirmar nuestra solidaridad activa con todas las luchas populares: las luchas de los pueblos originarios contra el Estado racista y usurpador, las luchas de la clase trabajadora y los desocupados contra la explotación y el hambre, la lucha de las mujeres y las disidencias contra la violencia y la opresión patriarcal, las luchas de Latinoamérica y tantos pueblos del mundo contra el imperialismo y los gobiernos del ajuste. Santiago murió poniendo el cuerpo en solidaridad con una lucha justa. Quienes estamos acá defendemos lo mismo. Por eso hoy desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia repetimos:
- ¡Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de su asesinato!
- ¡Santiago Maldonado, presente! ¡Ahora y siempre!