El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, creará un Ministerio de Igualdad y Género. Así lo anunció en un acto hace unos días. Aquí dejamos algunas ideas para debatir al respecto, en estos tiempos de crisis económica, sanitaria, social y emergencia en violencia de género.
El gobernador lo lanzó durante un acto junto a la ministra nacional de Mujeres, Género y Diversidad, Gómez Alcorta, en la ciudad de Santa Fe. Allí anunciaron que la actual Secretaría de Igualdad y Género pasará a ser ministerio, enfatizando la implementación del programa Acompañar, en el marco del acuerdo federal por una “Argentina Unida contra las Violencias de Género” que firmaron, el 8 de marzo, con el presidente Alberto Fernández. A su vez, también firmaron un convenio de articulación con la línea 144 de atención a casos de violencia de género.
Perotti anticipó: “Vamos a enviar el proyecto de ley a la Legislatura para realizar esta modificación, que tiene un significado simbólico y reafirma lo que venimos haciendo. No hay ninguna otra diferenciación, porque no la ha habido ni en lo presupuestario ni en el funcionamiento”…
Sin duda, su anuncio es simbólico. Porque la realidad de un femicidio cada 35 horas viene demostrando el fracaso de todas las instituciones del Estado, desde la justicia, la policía y los gobiernos para combatir la violencia de género.
La creación de ministerios viene en sintonía con la política del gobierno nacional del Frente de Todos. Podría ser una oportunidad para dar avances, pero si no se replica lo que sucede con los ministerios ya creados: son de cartón, vacíos de presupuesto, con trabajadoras precarizadas, sobrecarga laboral y salarios de miseria. Eso termina convirtiendo todo en una mera formalidad con títulos bonitos para responder a una marea feminista que ante cada femicidio sigue denunciando que el Estado es responsable.
“Lo que vienen haciendo” y la realidad de cada día
La Secretaría de Igualdad y Género, desde su creación en diciembre de 2019, viene siendo bandera del gobierno provincial con sus iniciativas de propaganda de una “política con perspectiva de género”, a la que se sumaron sectores afines al oficialismo. Pero la realidad de la enorme mayoría de las mujeres y disidencias no tuvo en Santa Fe ninguna mejora cualitativa. Por el contrario, la pandemia profundizó desigualdades y recrudeció la violencia. Veamos:
● 40 puntos violetas. En marzo se anunció su apertura en distintas localidades de Santa Fe para capacitaciones y campañas de sensibilización sobre violencia de género. Pero la violencia no se combate sólo con capacitaciones: lo que urge son casas-refugio suficientes y programas para poder salir de las situaciones de violencia, autonomía que no se logra con el subsidio Acompañar de apenas $ 20.000 por seis meses. La mayoría de las mujeres víctimas se ve imposibilitada de abandonar su hogar con el violento y en Santa Fe no se llega ni a la cuarta parte del mínimo de casas-refugio que estipula la ONU.
● El Presupuesto con Perspectiva de Género (PPG). El Presupuesto 2021 aprobado en diciembre tomó como base una inflación del 29%, cuando la proyección anual es de 50%, por lo que quedó en meras migajas. Si el gobierno quiere un PPG real, que incluya partidas suficientes, empezando por disponer un aumento salarial significativo para tareas como la salud y la educación públicas, en su mayoría a cargo de mujeres.
● ¿Más igualdad? La brecha de ingresos no se redujo ni hay una política pública clara para reducirla. Las últimas cifras del INDEC ponen a nuestra provincia en alerta total, con casi un 40% de pobreza y la indigencia subió al 9,1%. Como bien sabemos, el sector más afectado son las mujeres, con el agotamiento por las tareas de cuidado, sin IFE, sin trabajo ni salarios dignos y sin tierra para vivir.
● Fortalecer la línea 144, otro de los objetivos del nuevo ministerio. Si de fortalecer se trata, que sea con plenos derechos laborales para sus trabajadoras y no como pasa actualmente, con contratos basura, sin reconocimiento de régimen especial por tarea de riesgo psicosocial y salarios que pierden ante la inflación. Con violencia institucional y laboral no hay Ni Una Menos real.
● ¿Y el cupo laboral trans? En este tema, por arriba hay silencio de radio. Necesitamos su aplicación efectiva y una inclusión integral para la comunidad trans, que es la más excluida.
● De ESI ni se habla. La aplicación efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral desapareció de las prioridades oficiales. Es urgente la capacitación docente masiva en ESI con perspectiva de género y disidencia en todo el sistema educativo.
Estos son algunos de los puntos que propone este nuevo Ministerio, pero la realidad refuta cada uno de ellos. Un ministerio sin fondos suficientes, sin políticas públicas efectivas ni participación social es más de lo mismo. Si no va acompañado de medidas estructurales, sólo es una cáscara vacía.
Igualdad, ¿relato o realidad?
Conquistar derechos y políticas concretas no va a depender de nuevos ministerios. Las problemáticas que atravesamos las mujeres y disidencias no se solucionan con mesas y sillones ni cambios de nombre, sino con decisión política para ir a fondo.
- Hacen falta medidas contra la exclusión y la pobreza que crecen. ¿Cuántas Maias hay en nuestra provincia? No hay igualdad si hay niñas en situación de riesgo y abandonadas por el Estado y si hay familias en situación de indigencia, sin trabajo ni tierra para vivir.
- La deuda es con nosotras y nosotres, no con el FMI. Necesitamos un presupuesto de emergencia para combatir todas las violencias. No hay igualdad si matan a una piba cada 35 horas, pero no hay refugios suficientes, ni subsidios habitacionales y programas de inserción laboral que garanticen la verdadera autonomía de las víctimas.
- No hay igualdad real si las disidencias sexo-genéricas cumplen un rol decorativo, pero mientras tanto no se aplica el cupo laboral trans ni hay una ley integral trans.
- No hay igualdad con la primera línea en salud precarizada, con enfermeras sin reconocimiento profesional ni salarial. Lo mismo para las trabajadoras docentes, que pelean por mejores condiciones salariales y defienden la escuela pública.
En suma, no hay secretaría ni ministerio que funcione bien si no lleva adelante estas medidas como políticas públicas.
Al patriarcado lo tiraremos junto con el capital
El patriarcado y el capitalismo son un mismo sistema. Al asignarle a la mujer el rol social de esposa y madre, el capitalismo utiliza el patriarcado en favor de la clase capitalista, que no sólo explota a la clase trabajadora sino que se aprovecha del trabajo gratuito de la mujer en el hogar.
Por eso no nos conforma el feminismo de cotillón, ni los relatos vacíos de estos nuevos ministerios que no resuelven nada. Vamos contra todo este sistema capitalista y patriarcal. Organizate con nosotres para fortalecer este feminismo socialista y revolucionario para dar vuelta todo.