El domingo 10 de diciembre estuvo plagado de información relacionada a la asunción presidencial del líder libertario Javier Milei a la presidencia de la nación y sus discursos de ajuste económico como única posibilidad de revertir lo que él mismo ha definido como la “peor herencia” que un gobierno ha recibido en la reciente historia democrática del país.
De este modo, hubo un suceso que paso desapercibido y fue el juramento de Maximiliano Pullaro al frente de la gobernación de la provincia de Santa Fe. El radical había consumado su triunfo el pasado 11 de septiembre, luego de consagrarse ganador en la interna de Juntos por el Cambio en el mes de julio de este año, obteniendo una diferencia de treinta puntos por sobre su par peronista, Marcelo Lewandowski, y de esa forma un militante radical volverá a comandar la provincia luego de sesenta años. El último en hacerlo había sido Aldo Emilio Tessio.
El flamante gobernador llegó al poder luego de una pésima gobernación peronista comandada por Omar Perotti, que al igual que a nivel nacional, sufrió un numeroso voto castigo por las promesas incumplidas y una acelerada precarización de la vida cotidiana de cientos de miles de trabajadores, mujeres y jóvenes en el territorio provincial. Recordemos que el mismísimo Perotti se opuso fuertemente a la estatización de Vicentin a pesar de que, la empresa contaba con una amplia evidencia en su contra por defraudación al Estado Nacional y aun así la defendió. A su vez, fue un gobierno que en sus cuatros años de gestión decidió atacar fuertemente toda protesta de trabajadores de docentes, de sectores de la salud y la administración central estatal a fin de intentar disciplinar y mantener por el piso los salarios.
Mano dura y promesas al aire
Maximiliano Pullaro dio su primer discurso como gobernador en un acto en el interior de la Legislatura Provincial. Estuvieron presente los gobernadores de Juntos por el Cambio de Corrientes, Gustavo Valdés y de Entre Ríos Rogelio Frigerio, además de otras figuras como Martín Lousteau, Leandro Santoro, entre otros.
“Seremos un gobierno austero, que escuche el dolor de la gente y transparente”, remarcó con firmeza. Y además señalo que, recibe una provincia con índices altos de inflación, deuda flotante, seguridad “cara que no da respuesta”, numerosas obras a cargo de la provincia que están paralizadas, educación deficitaria y un sistema de salud en crisis.
En tónica con referentes como Patricia Bullrich y los libertarios señaló “Nuestras fuerzas de seguridad tienen un arma reglamentaria en su cintura, y deben utilizarla en el uso progresivo de la fuerza. Este es el rol que la ley y la sociedad les encomendó”. Y confirmó que su gestión avanzara en la búsqueda de fondos para la construcción de una cárcel especial para los delitos del narcotráfico y los juicios por jurado en delitos graves.
Otro de los elementos claves de su discurso inaugural fue sobre la cuestión de la educación. Al respecto, dijo “lanzaremos un Plan Provincial de Alfabetización, transversal a todo el sistema educativo con énfasis en los tres primeros años de primaria en articulación con el nivel inicial”. También afirmó que “vuelve la repitencia” y prometió que el inicio del año escolar será el próximo año el 26 de febrero y se grantizarán los 190 días de año lectivo. Sin embargo, no dio detalles de qué medidas se tomarán en ese sentido. Tampoco dio información de que lugar ocupara la comunidad educativa en el debate de la alfabetización.
En materia de salud confirmó que iniciaran acciones para descentralizar la atención. Mientras que en cuestiones referidas a lo social la vuelta de los planes Abre y Nueva Oportunidad que supieron caracterizar la política de parches asistencia social de la gestión Miguel Lifschitz. Sin embargo, no se definió ningún incremento considerable de las partidas económicas para revertir las falencias del sistema de salud público y la creciente precarización laboral en su interior.
Con relación a la cuestión salarial no hizo mención sobre qué medidas políticas se implementarán en materia salarial para enfrentar un escenario económico y social caracterizado por un alza acelerado del ajuste económico e inflación que según algunas estimaciones privadas prevén para el 2024 como mínimo 222% y desde el gobierno nacional ya confirman que se abriría un proceso de hiperinflación, pero han convocado a los gremios docentes en iniciar debates en el mes de enero. Tampoco dio detalles sobre las obras públicas que se encuentran frenadas.
En síntesis, se trató de un discurso plagado de promesas al aire y de amenazas de despidos en el sector público, a través del señalamiento de que, hubo un incremento desmedido de ingresos a la planta estatal provincial, en línea con el gobierno de Milei. Pullaro afirmó su política discursiva de mano dura en relación a los crímenes relacionados al narcotráfico, pero sin medidas de fondo que tiendan a romper el entramado que sostiene ese negociado millonario en el que participan sectores ligados a los viejos partidos políticos, poder judicial, jefes policiales y bandas delictivas.