viernes, 15 noviembre 2024 - 12:17

San Luis. Las huellas y contradicciones de un 35º Encuentro histórico 

El 8, 9 y 10 de octubre se realizó en San Luis el Encuentro número 35º, esta vez, Plurinacional y con las disidencias. Un Encuentro histórico que se realizó después de dos años sin Encuentros, y que se dio con cambios muy importantes. Un nombre que nos incluye a todes y que mostró el eco de la ola feminista; pero que también tuvo elementos de continuidad en los métodos que no se animaron a desterrar. Un Encuentro masivo, con muchos debates y una enorme participación de Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y todo el MST-FIT Unidad en cada instancia. Te contamos todo aquí. 

El Encuentro fue masivo, entre 60 y 70 mil mujeres y disidencias compartimos los talleres y la marcha, aunque los medios hablan de cerca de 100 mil participantes en San Luis durante ese fin de semana. La provincia se vistió de color, música y consignas de todo tipo y una alegría del reencuentro. 

Esta masividad muestra los reflujos de una ola feminista que, aunque en nuestro país ha bajado, tiene un piso de participación alto a las convocatorias como esta, en el marco de una ola feminista mundial que aún tiene epicentros fuertes concretos y donde las mujeres protagonizamos las rebeliones, como lo es Irán. 

Este Encuentro pluri rompió con un nombre que nos invisibilizaba a muches y además logró sortear las maniobras de la vieja dirección de los ENM, que hasta hace algunos meses intentaba confundir o anular este masivo encuentro. 

Justamente esa masividad hizo que el PCR, sector que rompe con el pluri por no aceptar el cambio de nombre, más allá de convocar a un encuentro marginal propio en San Luis para noviembre próximo, se vea obligado a venir a este. Lo que demuestra que el pluri se impuso más allá de toda especulación. Y este es un triunfo del movimiento feminista y disidente que lo venía planteando hace años, con más fuerza en Trelew y La Plata. Pero este triunfo sobre el nombre es una batalla que sigue y no termina solo ahí, porque efectivamente, como anticipábamos antes del Encuentro, para que sea histórico de principio a fin era necesario también cambiar los métodos y democratizar los espacios dentro del Encuentro. Esa batalla la seguiremos dando y mucho más ahora que, por oportunismo absoluto, el PCR apoyó la sede propuesta por el peronismo intentando recuperar el control y la dirección de los encuentros. Para no volver hacia atrás, es necesario avanzar en los debates, y cambiar las cosas de verdad. No basta un nombre si la diversidad no se escucha o si sigue eligiendo una minoría y no todes los que vamos. Esa tarea la tomaremos también como parte de nuestras banderas. 

Los debates que llevamos al Encuentro 

El Encuentro debe ser una oportunidad para fortalecer las luchas en general que damos desde el movimiento feminista y disidente por nuestros derechos y también las luchas contra el ajuste. 

Los planes ajustadores de los gobiernos vulneran los derechos de toda la población, pero mucho más de las mujeres y disidencias, trabajadores y jóvenes. Destruyen y entregan nuestros territorios a cambio de dólares para pagar una estafa. Afectan nuestras condiciones de trabajo y de vida. Por eso en este encuentro llevamos la necesidad de organizarnos contra el ajuste del FMI y el gobierno en complicidad con las derechas, a fin de defender nuestros cuerpos, nuestros territorios, y nuestras vidas. 

Pero el Gobierno del Frente de Todos con Alberto, Cristina y Massa, no solo es responsable del ajuste en nuestras condiciones de trabajo y de vida; sino que también afecta directamente los derechos de las mujeres y disidencias, y ni hablar del saqueo de los territorios para su extractivismo. Es tan así, que poco antes de viajar miles al Encuentro, el gobierno nacional autorizó la represión a las mujeres mapuches y siguen las persecuciones y desalojos de esos territorios al servicio de las necesidades de los terratenientes extranjeros que, por imposición, ocupan sus tierras y se creen amos y señores en la Patagonia. 

Con fuerza denunciamos esa represión y a la ministra Gómez Alcorta, que estaba a cargo de un ministerio de cartón, por su absoluta inacción en los problemas estructurales, pero también por su silencio en este tema y no por pedir hasta mucho tiempo después la liberación de las mujeres. Tanto fue el repudio que tuvo que renunciar a su ministerio y durante todo el Encuentro fue un ministerio acéfalo, igual que el de trabajo y desarrollo. 

Luego nos enteramos que, tras los fracasos de Moroni, Zabaleta y Gómez Alcorta, propusieron a la duhaldista Tolosa Paz, a la menemista Olmos y a Mazzina, funcionaria de Rodríguez Saá y quien se adjudica la organización del Encuentro Pluri. ¿Ministras mujeres? Para seguir con más ajuste, entrega y represión, claramente. No es el género lo que había que cambiar, sino el rumbo. 

Como Juntas y a la izquierda y Libre Diversidad denunciamos estas políticas de ajuste y represión, a pedido del FMI durante todo el Encuentro. Participamos de varios talleres con el eje en ambiente, llevando un petitorio para que se trate la “ley de humedales” acordada por todas las organizaciones ambientales que este gobierno ha decidido cajonear. Y porque no somos indiferentes a la tragedia climática y humanitaria que se vive en Pakistán y nuestro feminismo es internacionalista, pedimos la solidaridad al pueblo que perdió todo, y en especial a las mujeres y niñas que lo están padeciendo. También participamos de los talleres de violencia, disidencias y de trabajo, entendiendo que somos nosotras y nosotres el hilo más delgado que siempre cortan en este contexto de crisis. En todos los talleres planteábamos las necesidades concretas sobre nuestros derechos. 

¡Con nuestros cuerpos no! 

Seguimos exigiendo que nuestros cuerpos no sean espacio de conquista y violencia. Exigimos presupuesto real para combatir la violencia de género. Seguimos sin tener refugios o programas de reinstalación laboral para víctimas de violencia, con una justicia lenta que no actúa frente a las denuncias, pero que, si lo hace, no hay recursos para que las mujeres se independicen del violento. ¡Nos siguen matando! ¡Seguimos exigiendo Ni Una Menos! Nosotras y nosotres no vamos a permitir seguir siendo la variable de ajuste más vulnerable.   

Los recortes planificados en el presupuesto 2023 van a ser un obstáculo para la aplicación efectiva de la ESI en todas las escuelas y niveles del país, la cual tenemos que defender contra los antiderechos como Milei y cía, que van a seguir siendo un freno en la aplicación efectiva del cupo laboral trans, sin precarización y la real aplicación de la Ley de VIH. Un presupuesto que sigue contemplando subsidios y privilegios a la Curia y colegios religiosos, que como bien denuncia OLA esos privilegios se desprenden de decretos y leyes establecidos en la dictadura militar y que ningún gobierno de los que se dicen democráticos modificó. 

¡Con nuestros territorios tampoco! 

Le decimos no al terricidio. La crisis del sistema capitalista a nivel mundial y el acuerdo con el FMI a nivel nacional agudizan los planes del agronegocio, la megaminería y el extractivismo. 

El extractivismo y el patriarcado se enlazan para servir como mecanismos complementarios de la explotación y la acumulación del capital sobre les trabajadores y las mayorías sociales. Las mujeres y disidencias, al igual que la naturaleza, somos sometidas a una violencia tan cruel como clandestina. A nosotres nos acosan, violan y matan. A la naturaleza se la mercantiliza: el petróleo, los alimentos y ahora hasta el agua, principal fuente de vida, cotiza en la bolsa de los amos del mundo.   

El Estado y sus instituciones son los garantes de objetivar y enajenar nuestros cuerpos y territorios. Son quienes nos imponen mandatos como que las tareas del cuidado son de mujeres o que hay una provisión ilimitada de recursos en un planeta geo-físico limitado. Para ellos, somos bienes dispuestos a ser poseídos. La tierra y la mujer se compran, se venden, se cercan y se pisan.   

El sistema de dominación es el mismo: el capitalismo. Colonialista, depredatorio y patriarcal. Y aunque hoy está en crisis, y se siente combatido como nunca por la marea verde feminista y ambiental que crece, se defiende con uñas y dientes para no ceder ni un tranco y avanza sobre nuestros cuerpos y territorios con voracidad. 

Somos nosotras y nosotres a las que más golpea la crisis climática, al ser de los sectores más vulnerables, los efectos son más duros con nosotres. Pero también somos quienes tomamos fuerza para luchar para que ni nuestra tierra ni nuestros cuerpos sean zonas de sacrificio. Estas peleas son cruciales, y son en defensa propia. No podemos eludirlas si queremos sobrevivir al colapso mundial. 

¡Con nuestras vidas No! 

Es necesario frenar el ajuste en nuestras condiciones de trabajo, cada vez más precarizantes y con sueldos cada vez más pobres. Nos obligan a la sobrecarga laboral, a la sobre explotación, y a una vida con miserias y lejos de disfrute. 

En los talleres de trabajo nos encontramos a sectores sindicales progobierno, que lejos de preocuparse por los índices de indigencia, aún entre trabajadores, fueron a dar pelea para que las trabajadoras nos solidaricemos con CFK por el intento de magnicidio sufrido. Desde Juntas y a la Izquierda fuimos claras, ya repudiamos ese episodio, pero no puede ser usado al servicio de cortina de humo para no discutir la situación de las trabajadoras que no llegamos a fin de mes, ni podemos alimentar a nuestros hijos. Si bien este sector llamaba a una marcha en apoyo a la vicepresidenta durante el Encuentro, su convocatoria no fue más allá de las propias. 

Nuestras disputas 

Juntas y a la Izquierda al igual que Libre Diversidad en el MST ya se ha ganado un lugar en el movimiento feminista por su presencia, sus elaboraciones y ganas de dar vuelta todo, y somos un protagonista dinámico en los Encuentros. 

Si bien no fue desde el inicio, fuimos parte de la comisión organizadora del Encuentro llevando nuestras propuestas y fuimos el único sector de la izquierda en participar. Dimos debate sobre la mayoría de los temas. Logramos señalar que la marcha debía pasar por determinadas instituciones, dando pelea para que se pase por diferentes lugares importantes como, además de la Catedral, la iglesia evangélica más importante, la jefatura de policía, y el poder judicial. 

También dimos debate sobre el documento a leer en la apertura del Encuentro con respecto a su carácter, logrando incorporar que sea antiimperialista, y anti clerical y con una fuerte denuncia al FMI como así también que se mencione la Ley de humedales y su necesario tratamiento. 

Dentro de la comisión del encuentro dimos un fuerte debate sobre la necesidad de modificar los métodos de decisión del encuentro. Muchas compañeras y compañeres acuerdan en que es necesario abandonar el aplausómetro, que responde a un mecanismo entre aparatos; debido a que se somete a una “votación por aplauso u ovación” entre las y les que nos quedamos en el acto de cierre (el 10%). Y que así no se puede decidir la próxima sede. Debería ser una decisión que tomemos el conjunto de quienes participamos. ¡Todes venimos, todes decidimos! A pesar de esta mirada compartida, no se avanzó en las asambleas previas de la comisión con esta decisión. 

Por eso desde Juntas y a la Izquierda, y Libre diversidad en el MST llevamos esa disputa con fuerza a los talleres. ¿Qué es lo que planteamos? creemos que los talleres son el nudo de los encuentros, ahí nos encontramos todes, y es el momento ideal de también opinar y decidir a donde llevar la pelea el próximo año, discutiendo la próxima sede de los Encuentros. En muchos talleres logramos consensuar y en otros votar que debíamos cambiar el método de elección y también pudimos plantear qué sede próxima sería importante elegir. 

Nuestra propuesta es que el encuentro debe ser en CABA, no sólo porque hace 26 años que el Encuentro no se realiza en la capital federal, sino porque además es el lugar que permite mayor masividad y es el corazón político del país, necesitamos llevar allí nuestros reclamos de género, pero también contra el ajuste y al saqueo del FMI y las corporaciones extractivistas:  

  • Nada mejor que CABA, donde están las oficinas del FMI y las corporaciones para llevar todas las luchas contra la deuda, el extractivismo y la contaminación.   
  • Nada mejor que CABA para marchar ante la Corte Suprema por una reforma judicial integral, con perspectiva de género, por la elección de los jueces, juezas y fiscales por voto popular, y el fin de sus privilegios.   
  • Nada mejor que CABA para exigirles al Congreso y a la Casa Rosada presupuesto para combatir la violencia de género, aplicar la IVE, la ESI y la ley de identidad de género.   
  • Nada mejor que CABA para desfilar ante la Catedral y exigir la separación de la Iglesia y el Estado.   

Fuimos la organización más numerosa de la izquierda en el Encuentro, con cientos de trabajadoras, compañeres y jóvenes; la más combativa y vistosa en la marcha central, dimos batalla hasta el final en la comisión organizadora por todos los debates, dando esa pelea también en los talleres, para abrir la discusión y democratizar los planteos. 

Señalamos con un laicazo el domingo al mediodía la complicidad e intromisión de la Iglesia en nuestros derechos. Exigiendo con fuerza “separación de la Iglesia y el Estado” y solidarizándonos con la rebelión en Irán en manos de las mujeres que se sacan el velo y cortan su cabello pidiendo “muerte al dictador”. 

Estuvimos presentes con Libre diversidad en la marcha contra los travesticios el sábado noche, con nuestres compañeres que también exigían el cumplimiento efectivo y presupuesto real para todas las leyes existentes para las disidencias. 

Pero además dimos la batalla hasta el final, en el acto de cierre. Allí enfrentamos el aplausómetro, ¡otra vez! Ante la presión de los sectores más progobierno, que se negaron a escuchar las votaciones y consensos de los talleres, la comisión repitió el método de los ENM, dando un hilo de continuidad a los métodos de aparato y burocracia que tanto repudiamos. 

Con una intervención de nuestra compañera Cele Fierro, propusimos CABA además de denunciar el apalusometro. Juntas y a la Izquierda se quedó para dar esta batalla, casi en soledad (el resto del FITU abandonó la disputa o lo hizo de forma testimonial como el PTS), frente al peronismo provincial y FdT y el propio PCR, que propuso Jujuy como sede próxima, y luego levantó esa propuesta para fusionar con los sectores PJ ovacionando por Rio Negro, Bariloche. 

Esta última propuesta la argumentaron en primer lugar por la represión a las mapuches, cuando es desde el poder central que se ordena esa represión, cosa que denunciamos en la intervención de Cele Fierro. 

Es importante tomar esta bandera, y seguir discutiendo el método en el que decidimos en el Encuentro, lo mismo la sede, teniendo en cuenta que desde 1996 no se hace en CABA. Es una pelea que seguiremos dando desde Juntas y a la Izquierda, en Bariloche y en todas las instancias del Encuentro. 

Con el MST, feminismo socialista 

Este encuentro nos hace pensar más que nunca en que, paralelamente a las peleas que damos, es necesario desarrollar un programa político alternativo. 

Nosotres con Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y la Red Ecosocialista en el MST, estamos en cada una de las luchas y, a la vez, planteamos propuestas para dar vuelta todo y terminar con el padre de todas las violencias que es el sistema capitalista, patriarcal y ecocida. La salida es un feminismo de clase, antiimperialista, anticapitalista y anticlerical, con perspectiva ambiental e internacionalista, para eso te invitamos a sumarte a construir nuestro feminismo socialista, por nuestros derechos, por la igualdad y por una vida libre de violencias.   

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