Rodolfo Bloch es el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFN) de la Universidad Nacional de San Juan, que en el año 2022 fue acusado por una trabajadora no docente de la universidad de acoso laboral, psicológico y sexual.
Esta denuncia fue elevada en 2023 a la Oficina por la Igualdad de Género contra las Violencias y la Discriminación, luego pasó por Bienestar Universitario, por una autoridad sumarial y tras varias pruebas presentadas, la Dirección General de Asuntos Legales dictamino que el Consejo Superior debía apartar de su cargo a Rodolfo Bloch.
Es asi que el 19 de septiembre del presente año en una sesión extraordinaria secreta, donde no le permitieron estar presente a la abogada de la Oficina por la Igualdad de Género, ni a abogados legales y a espaldas de toda la comunidad educativa, se trató la denuncia por acoso laboral, sexual y psicológico que pesaba sobre Bloch. Se necesitaban tan solo 26 votos a favor de la destitución del decano; sin embargo, la causa se terminó archivando con 19 votos a favor de la expulsión, 13 abstenciones y 6 en contra.
La desastrosa decisión del Consejo Superior no pasó desapercibida y la denunciante, a través de APUNSJ (gremio del personal no docente), del cual es afiliada, presentó el recurso de reconsideración de la resolución tomada por el Consejo. De esta manera, la Dirección General de Asuntos Legales procedió a tomar el pedido y pedir una nueva sesión.
Dicha sesión tuvo lugar el 5 de diciembre y fue de carácter público, no porque fuese la voluntad del Consejo Superior, todo lo contrario, no les quedó otra debido al repudio que había generado el hacerla a escondidas. Con 27 votos a favor se logró que la denuncia sea elevada a la Asamblea Universitaria, máximo órgano de la universidad, compuesto por el Consejo Superior y los integrantes de los Consejos Directivos de las facultades, alrededor de 120 miembros de los cuales se necesita 80 para dar quórum a la sesión.
Además, por pedido de la denunciante, la votación tuvo que realizarse de manera nominal, registrando uno por uno los votos y la justificación de los mismos. Pedido que en primera instancia fue rechazado por el Consejo Superior y que provocó la invalidez de la resolución: si van a votar contra nuestros derechos entonces tienen que posicionarse y argumentar el porqué.
El silencio y la inacción: otra complicidad más
Entre las personas que se abstuvieron en la votación de la primera sesión se encuentran los responsables de cada una de las facultades a través de las cuales se desenvuelve la UNSJ: Marcelo Lucero, decano de la Facultad de Ciencias Sociales; Myriam Arrabal, decana de la Facultad de Filosofia, Humanidades y Artes; Andrea Díaz, vicedecana de la Facultad de Ingeniería; Guillermo Velasco, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y por ultimo; Ángel Pinto, de Ciencias de la Salud.
Son estas mismas autoridades las que se jactan seguido de la importancia de las políticas de género en nuestra universidad, utilizan las conquistas históricas del movimiento feminista como slogan de campaña pero a la hora de demostrar solidez y una clara defensa de la igualdad de género tittubean y terminan encubriendo la misma violencia que antes decían repudiar. Es por eso que repudiamos a los/as decanos y decanas que no pudieron estar a la altura de la defensa de nuestros derechos y cobardemente decidieron abstenerse en la votación, a ellos/as les decimos: el silencio es complicidad.
No se quedan atrás la Oficina por la Igualdad de Género contra las Violencias y la Discriminación, que esperó un mes entero para redactar la denuncia presentada y que obligo a la denunciante a realizarse una pericia psicológica con la psicóloga de Bienestar Universitario, mientras que Bloch pudo negarse sin problema alguno. Mucho menos de APUNSJ, conducido por Daniel Durán, que pasados dos meses de la primera resolución y por pedido de la víctima, recordó que tenía que velar por los derechos de quienes integran su propio sindicato.
De los centros de estudiantes ni hablar, un tibio video colgado en sus redes sociales fue lo más combativo que pudieron hacer, porque claro, ellos integran el Consejo Superior y votaron a favor de la destitución de Bloch pero una vez que la causa se archivó, todo quedo en el olvido. Muy a diferencia de nosotres, que desde La Marea estuvimos presentes en la segunda sesión denunciando a Bloch y que no dudamos en llevar nuestro reclamo de destitución inmediata a cada espacio donde militamos.
Sin embargo, la incapacidad de las autoridades, los sindicatos y los centros de estudiantes ligados al PJ no nos sorprende para nada. No es casual ni inocente, sino una combinación de dos factores característicos de la politica tradicional: jugar a la rosca politica y ser inconsecuentes con lo que dicen defender.
Asi lo demostró Tadeo Berenguer, rector de la universidad, quien votó a favor del dictamen presentado por Asuntos Legales pero que puertas adentro le dijo a la denunciante “mirá, no quiero que esto llegue a los medios porque me va a ensuciar” o el caso de Guillermo Velasco, candidato a rector en 2025, quien revirtió su voto, al igual que el resto de decanos/as.
En un año preelectoral no les conviene trastocar sus intereses, ni perder sus posiciones de poder, por eso apelan a la tibieza, sin embargo, ya no pueden jugar a dos puntas como están acostumbrados. El repudio y el malestar comienza a sentirse en la UNSJ, la comunidad educativa les demanda claridad y ser consecuentes, entonces no les queda más remedio que posicionarse.
Consecuencias de la impunidad: nuestra respuesta
Si los hechos de complicidad y amiguismo político nos parecían repudiables, lo es aún más la impunidad con la que se maneja Rodolfo Bloch, quien ante el pedido de revisión del caso, presentó una nota pidiendo que quede sin efecto la reunión de la Asamblea Universitaria prevista para el 26 de este mes. Pero no le bastó con eso, sino que fue por más, publicando un video en su cuenta personal de instagram para “darle una explicación a la comunidad universitaria desde mi punto de vista”. El punto de vista de un acosador, que lo único que hizo fue desestimar y poner en duda el testimonio de la víctima. “Es una denuncia completamente infundada, nunca ocurrieron las cosas de las que se me acusó”.
Y sostiene que la posibilidad de su destitución es “una barbaridad total”. Una barbaridad total es que él pueda expresarse libremente sin ningún tipo de represalia, ni cuestionamiento mientras que la víctima ha tenido que abandonar su lugar de trabajo y someterse a un deterioro de su salud física y psíquica.
Otra barbaridad total es que dos secretarias de la FCEFN hayan tenido que verse obligadas a presentar su renuncia luego que el Consejo Superior archivara la causa. Alejandra Pittaluga y Jimena Trotteyn, ex secretaria Académica y secretaria de Investigación y Posgrado que en sus redes sociales expresaron lo siguiente:
“Estimados/as compañeros (docentes, investigadores y no docentes) compartimos con ustedes nuestra renuncia como Secretarias Académica y de Investigación y Posgrado de la FCEFN. Estamos convencidas de que el trabajo debe ser un ámbito de disfrute y de actividades vinculadas colectivamente, pero sobre todo donde debería reinar el respeto, estas son características que nunca encontramos en la actual conducción de nuestra querida Facultad. Agradecemos a todos/as habernos dejado compartir este trayecto con ustedes y llenarnos de nuevas experiencias. Abrazo”.
De qué sirve una Oficina de Género ineficiente ante los casos de violencia y acoso, los discursos sobre la importancia de la perspectiva de género guardados en un cajón y que cada cierto tiempo y solo cuando les conviene, pregonan, si ya tres mujeres, incluida la denunciante, han tenido que abandonar su lugar de trabajo.
Frente a esto las políticas de género de nuestra casa de altos estudios quedan vacías cuando no se materializan en la realidad, cuando las mujeres no nos sentimos seguras en los espacios que habitamos y que también son nuestros, no por concesión y voluntad politica de las dirigencias tradicionales, sino por años de lucha y conquista de derechos, derechos arrebatados al sistema capitalista y patriarcal al que le conviene que seamos sumisas, que estemos en nuestros hogares, que no estudiemos, ni tengamos independencia económica. A ese lugar no volvemos más.
Todo esto solo es una muestra más de que es hora de cambiar las estructuras políticas viejas y oxidadas de nuestra universidad, las mismas que con complicidad y tibieza le han abierto las puertas a la ultraderecha reaccionaria en nuestro país. No ignoramos que el gobierno de Javier Milei no ha llegado solo al poder y que en consecuencia, no solo ataca la universidad pública, sino que también ha desmantelado todas las líneas de protección contra la violencia hacia las mujeres y paralelamente, nos ha expuesto a una persecución y hostigamiento sistemático.
A las mujeres y diversidades se nos abren varios frentes de lucha pero solxs, desde la individualidad, no podemos enfrentar al patriarcado, que se sostiene por el capital. La salida siempre es colectiva, porque las desigualdades que nos atraviesan no pueden comprenderse por fuera del devenir histórico. Las mujeres de la universidad, trabajadoras no docentes, estudiantes y docentes somos pertenecientes a una misma clase, la clase trabajadora y en ese sentido debemos fortalecer una alternativa politica que nos contemple en su programa, con un feminismo de clase, de la izquierda anticapitalista y antipatriarcal. Ya quedo demostrado que para los altos mandos de la universidad, con sus sueldos millonarios, no les importa nuestra vida, ni integridad.
Es desde ese lugar que exigimos capacitación de Ley Micaela en todos los estamentos universitarios, programas de estudios obligatorios con perspectiva de género, democratización de los espacios donde se decide el destino de nuestra universidad y la destitución del decano acosador Rodolfo Bloch. Asimismo, apelamos a la importancia de que les estudiantes independientes y autoconvocades se organicen desde abajo y exijan participar en la creación, gestión y aplicación de políticas de género que si respondan efectivamente ante los casos de violencia en nuestra universidad.
En ese sentido, desde La Marea y Juntas y a la Izquierda, te invitamos este 26 de diciembre cuando sesione la Asamblea Universitaria, a movilizar en las calles y exigir la destitución del decano Rodolfo Bloch. Defendemos y sostenemos con convicción la lucha por nuestra universidad pública y en consecuencia decimos que la universidad será pública, gratuita, laica, de calidad, antiextractivista y feminista o no será.
Ana Paula Maya
Juntas y a la Izquierda – San Juan