El concepto de que la salud es un gasto está llevando a la destrucción de la misma. Esta tendencia bajo el gobierno de Milei está cobrando una relevancia prominente. Además de encarecer y dificultar el acceso a la salud, ahora tiene una nueva iniciativa nefasta: rebajar el PMO (programa médico obligatorio). Este es un salto de calidad que sigue profundizando una tendencia que viene desde la dictadura militar y que ningún gobierno posterior ha buscado revertir. En este artículo abordaremos algunos temas sobre las implicancias de esta política de ataque a la salud y el salto que da con el actual gobierno. Analizaremos cómo afecta a cada una de las partes del sistema de salud y cuál es la salida estratégica que proponemos desde la izquierda.
El sistema de Salud en Argentina
El sistema de salud argentino tiene la particularidad de ser un sistema tripartito conformado por:
1) el sector público, que a la vez es federal y desde el menemato está municipalizado y fragmentado según los distritos políticos y sus ingresos.
2) el sector privado, conformado por la llamada medicina prepaga que son 670 instituciones a los números relevados en 2022, y dan cobertura a casi siete millones de personas. El conglomerado de laboratorios y droguerías y la infinidad de prestaciones privadas imbricadas en el sector público y el de la seguridad social.
3) el sector de las obras sociales. La seguridad social por su parte financia servicios prestados por instituciones privadas y médicos contratados. Son 292 obras sociales nacionales, 24 provinciales y el instituto de servicios sociales para jubilados y pensionados (PAMI).
Un breve repaso del último período
El ataque desarrollado desde la dictadura hasta acá es una verdadera política de vaciamiento del sector público de la salud, con rebajas presupuestarias permanentes y con la provincialización y municipalización del sistema. Esto deterioró al sector público argentino desde hace décadas. En ese momento el ataque vino combinado con una promoción del sector privado, habilitándole las desregulaciones empezó el ataque a la parte del sector de la seguridad social. Asímismo, la propia burocracia sindical que administraba discrecionalmente los fondos de las obras sociales siempre hicieron de esa caja una fuente de financiación de sus proyectos políticos antiobreros. También deteriorando la salud de las y los trabajadores. Y desde hace un tiempo las prepagas para mantener sus márgenes de ganancias comenzaron a encarecer las prestaciones inventando los copagos, rebajando la calidad de la atención y en cuanto pudieron aumentar el valor de las cuotas pegaron un zarpazo del 400%, pegándole un golpe a los extractos inferiores de trabajadores asalariados y sectores medios que tienen prepagas. El objetivo es claro: que a una buena atención de la salud acceda un sector minoritario de la sociedad.
El mapa actual y el impacto de la política de Milei
Cómo decíamos en el párrafo anterior el sistema de salud público había sufrido con todos los gobiernos anteriores recortes presupuestarios. Con Milei la baja presupuestaria fue tremenda si tenemos en cuenta que la misma ya era precaria. Al congelar todos los presupuestos a valores de dos años atrás (Fernandez ya había congelado el año anterior por no votarse presupuesto) en medio de la escalada inflacionaria más importante desde fines de los 80. La situación es alarmante. A esto se suma la impronta liberfacha que empieza a hacer una campaña mediática xenofóbica contra la gente que viene a hacer “turismo hospitalario”. Con esta campaña profundamente anti pobre intenta empatizar con sectores medios y justificar el ajuste brutal que se está produciendo en la salud pública. Y el problema de la falta de presupuesto la tapan con el problema de si se les cobra a los extranjeros la atención en el hospital. Una verdadera aberración humana que mucha gente compra sin ponerse a pensar dos minutos seriamente qué significa. Incluso mucho de los cuales pertenecen a sectores medios que en la crisis del 2001 padecieron la discriminación y políticas xenofóbicas de otros países. Porque la realidad es que todos tratamos de hacer lo que sea para vivir mejor, y en muchos casos donde la salud está destruida es necesario ir a otro lado a poder tenerla. Sin ir más lejos es lo que pasa con la población de EEUU que se cruza a Canadá para defenderse del nefasto sistema de salud yanquee y sobre todo defender su propio derecho a mantenerse con vida.
El plano de la seguridad social también sufre las consecuencias de las políticas del establishment. Este caso, como todo se ejecuta de manera simultánea, tiene una de las raíces en el ataque brutal con la rebaja salarial. Las paritarias a la baja, con sumas en negro que no aportan y los despidos atacan al corazón del financiamiento de las obras sociales. Es importante, ante esto, aclarar dos aspectos en relación a la burocracia sindical. Uno lo habíamos anticipado: las burocracias manejaron discrecionalmente estos fondos siempre. Lo otro, es que la burocracia fue la que firmaba estas paritarias a la baja y con sumas en negro allanándole el camino a las patronales y el gobierno de reventar el sistema de salud. Es por esta deformación completa de la burocracia administrando estos fondos que para salir del impacto de la rebaja en los fondos recaudados apelaron a tercerizar la atención favoreciendo al sector privado, en vez de denunciar y luchar contra la desregulación de las obras sociales y además implementando sistemas híbridos de cobertura de traslado de parte del costo al trabajador (cobrando coseguros, por ejemplo).
Frente a este panorama la burocracia en vez de impulsar la movilización del sector de trabajadores masivamente en la defensa de su salud, se juega a la negociación con el gobierno y ahora termina acordando, presumiblemente como reflejan algunos medios de comunicación, con que la salida para este problema sea la rebaja de las coberturas para los afiliados, política que también les está cerrando al sector empresarial de las prepagas. Vomitivo, pero ya nos referiremos a esto con más detalle.
Por último en referencia al sistema privado viene de un período de regulación del precio de las prepagas en medio de la crisis sanitaria en donde la gran mayoría de las principales compañías de salud privada han sido subsidiadas con fondos jubilatorios de las y los trabajadores por el último gobierno del PJ. Fueron los famosos programas REPRO, REPRO II, FESCAS, entre los más conocidos. En ese momento vociferaban en contra de la regulación estatal de los precios rasgándose las vestiduras en público mientras que por abajo hacían el mayor lobby posible para que el Estado los subsidiara con fondos de las y los trabajadores.
Cuando el gobierno de Milei desreguló las prepagas las patronales aplaudían a cuatro manos y pegaron un zarpazo de aumento imposible de pagar. El impacto político para un gobierno que se está deteriorando con amplios sectores sociales privilegió no desgastarse con los sectores medios y por esa situación terminó volviendo a regular. Ahora los mercaderes de la salud vociferan indignados contra esta medida y denuncian que Milei no es un liberal. Sin embargo, ahora entraron en la negociación de rebajar los PMO con el gobierno. Esta iniciativa se sumará al ya importante impacto en los costos de los usuarios desmoronando la capacidad de hacer sostenibles coberturas familiares que se transforman en deuda. O la limitación a un sistema de baja complejidad por no poder acceder a cubrir los gastos. Es decir, utilizarlo a modo de emergencia, perdiendo su carácter preventivo y de seguimiento de la salud de la población. En definitiva también en el rubro de las privadas, que era un nicho de atención privilegiada al que con mucho esfuerzo económico lograban llegar las capas de asalariados mejores pagos o los sectores medios sufrirán también el ajuste en las prestaciones incluso los que logren quedarse.
El concepto de Salud es incompatible con el de ganancia
El sistema de salud privado actual, perverso y elitista cada día se ve más debilitado en la calidad de atención que brinda a sus clientes. Se les promete atención de excelencia y solo tienen asegurado los aumentos periódicos en sus facturas mensuales.
Este perverso sistema de salud no busca mantener la salud de sus clientes. Solo mantenerlos satisfechos en su red de mentiras. Es un sistema que no busca curar enfermos o mantener la salud. Su negocio es enfermar a la sociedad. Y mantenerla de rehén a través del miedo. De este modo por ejemplo no busca la cura de enfermedades crónicas, busca tener clientes rehenes a quien vender medicamentos de forma periódica, no busca prevenir enfermedades, busca vender elixires con la promesa que eso le evitará una enfermedad.
Este sistema privado se vale de la amenaza de la falta de respuesta de los otros dos sistemas, obras sociales y público. Con ese respaldo se anima a no dar respuestas a sus clientes. Entonces, un turno puede demorar meses. En otros casos el cliente de este sistema de medicina privada al no encontrar respuestas ante patologías complejas o situaciones termina siendo asistido por el súper saturado sistema público.
El sistema de salud de obras sociales, depende de la burocracia sindical, en dónde tampoco la intención es brindar una prestación adecuada que intente resolver problemas de salud, otra vez interviene el interés económico por sobre el interés sobre la salud. Ofrecen prestaciones deficitarias. Sin lugares ni capacidad adecuada de atención, sobrepasados en la cantidad de afiliados respecto de la cantidad de infraestructura, y personal capacitado para poder dar respuestas, con gran déficit en personal médico, enfermería, kinesiología, administrativos. Que nunca llegan a dar respuesta a la demanda. Generando un resto de personas que se ven obligadas a buscar soluciones a sus problemas de salud en el sector público.
El sistema de salud público, es quien debe responder ante la demanda cada vez más creciente de servicios. Con trabajadores precarizados y condiciones paupérrimas para la atención de personas que cursan con algún problema de salud. Con limitaciones estructurales, que se manifiesta en la falta de recursos materiales, déficit de infraestructura necesaria para dar respuesta a la población, esto es la falta de centros de atención adecuados, y la falta de hospitales, en relación a la población. Así como también debe afrontar la falta de personal capacitado para atender la salud de la población. Con marcado déficit de personal médicos, de enfermería, kinesiología, administrativos y personal de mantenimiento. Resultando en la sobrecarga laboral de los trabajadores, que cada día arriesgan más sus vidas al intentar sostener un sistema deficitario.
El sistema de salud fragmentado, sin controles de calidad, favorece a los capitales que lo manipulan y sacan un buen rédito económico en el caos. Entonces manejan la producción de medicamentos e insumos médicos. Manejan la propaganda en salud, manipulando información. Sin controles reales sobre la evidencia científica que se produce para afrontar problemas en salud. Favoreciendo a los laboratorios privados y al negocio privado de la medicina privada. Generando las condiciones ideales para la explotación de los trabajadores de la salud. Con trabajos precarizados, gran cantidad de personal que perciben sus salarios con monotributo, y salarios por debajo de la línea de pobreza. Que obliga a los trabajadores de la salud a tener pluriempleo, sin tiempo para realizar capacitaciones, sin tiempo de ocio, sin tiempo para la familia.
La salud como producto social y como derecho universal
El conocimiento, la ciencia, hasta el pensamiento, son hechos colectivos, producto del pasado y del presente. Incluso hasta la posibilidad de la existencia de tiempo libre para pensadores y científicos descansa sobre la capacidad de una sociedad de financiarlo. En ese marco la sociedad de conjunto ha trabajado para elaborar el saber, extinguir errores y crear esa atmósfera de pensamiento científico, sin la cual no hubiera podido aparecer ninguna de los avances científicos y técnicos. Además, todo nuevo conocimiento descansa sobre el pasado, acaso ¿No han sido también inspirados por la labor de los siglos anteriores? ¿No fueron durante toda su vida alimentados y sostenidos, tanto en lo físico como en lo moral, por legiones de trabajadores y artesanos de todas clases?¿No tomaron su impulso de todo lo que les rodeaba?
Todo se entrelaza: ciencia e industria, saber y aplicación. Los descubrimientos y las realizaciones prácticas que conducen a nuevas invenciones, el trabajo intelectual y el trabajo manual, la idea y los brazos. Cada descubrimiento, cada progreso, cada aumento de la riqueza de la humanidad, tiene su origen en la conjunción del trabajo manual e intelectual del pasado y del presente.
Entonces, ¿con qué derecho alguien se apropia de la menor parcela de ese inmenso todo y dice: “Esto es sólo mío y no de todos”? Entonces ¿por qué un grupo de empresarios puede abrigarse el derecho de hacer de la salud un negocio para fines propios?
El conocimiento sobre la salud es una construcción social. Una acumulación de saberes a lo largo de la historia de la humanidad. Por lo tanto, el acceso al servicio de salud debe ser universal, de calidad y sin intervención de actores privados que quieran lucrar con el sufrimiento de la población.
El acceso al sistema de salud de calidad es un derecho humano. Así como el derecho al bienestar.
Hay una salida: Sistema único, universal, estatal, gratuito y controlado por trabajadores y usuarios
La salud es un derecho fundamental de todos los seres vivos. Es un requisito esencial para el bienestar de las personas. Cómo fundamentamos más arriba, el cuidado de la salud no debe ser parte de un negocio. No debe estar sujeto a los requerimientos del mercado.
El conocimiento sobre temas de salud es un desarrollo histórico, acumulativo. Nadie puede arrogarse la propiedad intelectual sobre los conocimientos en las ciencias de la salud. Así como nadie debe decidir quién puede recibir una atención médica y quien no. Es inhumano dejar a una persona sin atención necesaria para con sus problemas de salud por motivos económicos, sociales, o migratorios.
Está clara la dinámica del sistema actual: evoluciona a un sistema mixto favoreciendo al sector privado cada vez más y el acceso a la salud queda restringido a los sectores más ricos de la sociedad que podrán pagarlo. El resto que se arregle como pueda. Por lo tanto, la solución radica en tener un sistema único de salud. En donde cualquier ser humano pueda recibir la asistencia que requiere según sus necesidades. Todo el despilfarro que existe en la fabricación de medicamentos en donde las marcas lo único que hacen es encarecer los productos, donde la publicidad los encarece innecesariamente además de crear la necesidad de consumir drogas para cualquier cosa.
Asimismo los conglomerados económicos de las industrias farmacéuticas terminan definiendo la orientación en materia de investigación y tratamientos.
Esto es necesario terminarlo con la nacionalización de los laboratorios y readecuar la capacidad instalada para la fabricación de genéricos sin marcas para distribuirlo en los lugares para que sean otorgados a los pacientes según sus requerimientos. La capacidad instalada a nivel nacional de los tres sistemas debe integrarse nacionalizándose para poder construir una red integrada en donde el acceso sea en función de las necesidades poblacionales.
Esto debería ser llevado adelante con un estricto control de los usuarios y trabajadores para evitar cualquier administración fraudulenta. Los únicos que van a estar interesados en que funcione el sistema son quienes trabajan en él y los que lo usan.
Para esto es necesario contar con recursos adecuados. Con una adecuada interacción con los servicios sociales y servicios de salud mental. La salud no puede entenderse fuera de su contexto social. La obtención de dichos recursos tendría que salir en primer lugar de las nacionalizaciones del sector privado y de un aumento significativo del presupuesto en salud. Para poder conseguir los recursos podría implementarse un impuesto a la renta financiera y a las grandes fortunas.
Poder crear un sistema de salud único, universal, estatal y gratuito permitiría avanzar en lograr una adecuada resolución y prevención de problemas de salud lo cual incluso bajaría los costos del sistema por la obvia razón de que actuar sobre la prevención es menos oneroso que actuar sobre la enfermedad consolidada (que como decíamos más arriba es más rentable para los que obtienen ganancias de la enfermedad y por eso mismo lo mantienen así estructuralmente). Un sistema así también es el único que podría aplicar los principios de la salud: prevención, promoción, atención y rehabilitación.
Flor y Damián del equipo de la Posta en Salud CABA
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