El pasado sábado 23 de noviembre la presidenta del peronismo, Cristina Fernandez, estuvo presente en la ciudad de Rosario el marco del 11° encuentro nacional de salud organizado en la UNR y de una serie de actos que viene llevando adelante en el país. Hizo señalamientos sobre el sistema de salud argentino, el carácter del Estado en tiempos de Milei y sobre el PJ.
La expresidenta inició su repertorio político realizando una serie de críticas sobre las políticas actuales en materia de salud. En ese sentido arremetió contra el aumento desproporcional de las prepagas y de los medicamentos. A los que dicen que solo nos importan los pobres, les recordamos a los muchachos y muchachas de prepagas que, cuando estábamos, pagaban cuotas justas, no como ahora que te arrancan la cabeza”, señaló.
Es evidente que nadie en su sano juicio de la razón pueda negar que los hechos sucedieron de esa forma. Desde la llegada al gobierno nacional del Javier Milei y sus socios de la LLA el sistema privado de salud ha sufrido una serie de aumentos tan desmedidos que incluso el propio gobierno que profesa el liberalismo de mercado a ultranza se vio obligado a volver atrás varios aumentos tras numerosos fallos judiciales en contra y un gran repudio de la clase media.
Sin embargo, Cristina no hizo ninguna mención a la necesidad real de la unificación nacional de todo el sistema de salud. Las criticas que ella realiza de forma correcta por los altos costos que debe pagar un sector importante de la clase media e incluso sectores con menores ingresos podría resolverse de forma definitiva si se ejecuta una política nacional unitaria en materia de salud.
Que debería iniciarse con el reconocimiento profesional de todas las funciones laborales de las y los que trabajan en los efectores de salud, su unificación y su renovación de infraestructura inmediata. La planificación de la salud pública es algo que los amigos de Milei detestan, que mejor entonces que iniciar a ponerlo en agenda y avanzar de forma concreta.
En ese mismo sentido, la ex mandataria que impulso a la presidencia a su ex aliado, Alberto Fernandez, volvió a contraponer su modelo de Estado capitalista con el de Milei. “¿Qué capitalismo es este que no compran los consumidores? Me quedo con el capitalismo que teníamos en el peronismo que podíamos consumir”, enfatizó.
Pero inexorablemente nos debemos preguntar ¿pero que paso entonces para que luego de tantos años de “capitalismo con rostro humano y consumismo” haya llegado al poder Mauricio Macri y ahora Javier Milei?, ¿fue todo culpa de los medios hegemónicos de comunicación?, ¿el circulo rojo manipulo las elecciones?, ¿fue todo culpa de Julio Cobos y Alberto Fernandez?
Es evidente que esas preguntas nunca quieren ser respondidas por la referente del peronismo ya que abrirían a un nuevo escenario en donde los hechos concretos y la verdad pondrían a la luz las amplias limitaciones del capitalismo humanizado.
Los niveles de pobreza, la precarización laboral, las instituciones de salud y educativas estalladas fueron la constante durante los años en los que ocupo cargos de poder relevantes en el Estado argentino. A pesar de las pinceladas y los parches, los desastres del peronismo de los noventa y del gobierno de la alianza que voló por aires en 2001, la situación estructural no se modificó de conjunto.
Por tal motivo, con la clara intención de evitar el balance político necesario, Cristina, aduce que es necesario promover un Estado eficiente. Pero no dice al servicio de quién, ni mucho menos cómo se concretaría esa eficiencia que también promulga el gobernador Maximiliano Pullaro al que paradójicamente la presidenta nacional del PJ no hizo ninguna mención a pesar de ser un gran aliado de Milei, beneficiar a los sectores agrarios con quita de impuestos, concretar la reforma jubilatoria en contraposición de los derechos adquiridos de la docencia santafesina y amenaza constantemente con privatizaciones. Tampoco hizo mención sobre la nueva privatización de la mal llamada hidrovía del Paraná por la que pasan el 80% de las exportaciones argentinas y que durante los doce años de gestión kirchernista permaneció privatizado.
Por último, en una provincia en donde el PJ viene de perder de forma abrupta la gobernación, el poder en el senado provincial e intendencias la jefa peronista pidió mesura y “discutir las cosas en su momento, porque ahora es clave consolidar al PJ contra el gobierno”.
Dando a entender que la reconstitución del peronismo es con todos los presentes, un amplio espectro político y sindical que reúne desde afiliaciones ligadas con Agustín Rossi, Alejandra Rodenas, Florencia Carignano (de La Cámpora), sectores sindicales de ATE la verde y de la verde y blanco, Mariano Romero del movimiento evita, entre otros.
En síntesis, para Cristina la receta político electoral seria unir a todos los sectores políticos y esperar a las elecciones del 2025 y 2027 con el único objetivo de ganarle a Milei. Sin hablar de programa de salidas de fondo, los limites ideológicos de la unidad ni mucho menos del plan de resistencia y enfrentamiento a los ataques diarios y quita de derechos del gobierno de Milei, los gobernadores y el FMI.