Alberto Weretilneck juró como gobernador de Río Negro. Será la tercera vez que ejerce el cargo, luego de haber sido electo en las elecciones del 16 de abril. En su discurso el mandatario provincial repitió las mismas promesas vacías de siempre, dejando claro cuáles serán sus prioridades y ocultando la realidad de una provincia sometida a los intereses de las grandes corporaciones.
Extractivismo al palo
Weretilneck inició su exposición con la lectura del discurso del primer gobernador de Río Negro, Edgardo Castello, en el que se subraya el rol de la Legislatura como ‘’símbolo de la soberanía del pueblo”, algo muy diferente a la realidad. La función de la Legislatura hoy en día es de entrega y complicidad, como vimos la semana pasada cuando, a espaldas del pueblo y sin consulta previa, aprobó la reforma de la Ley de Tierras y el Código Minero. De esta forma se habilitó la entrega de tierras fiscales (más de cinco millones de hectáreas) a inmobiliarias y megamineras.
Además, en su discurso dijo que Vaca Muerta “ayudará a superar la crisis económica”, un cuento que nadie se cree. Lo que no mencionó fue el enorme impacto ambiental y social que genera la explotación hidrocarburífera de la mano del fracking, ni mucho menos las consecuencias de un oleoducto y puerto petrolero en el Golfo San Matías. Lo único que destacó fue el deterioro de las rutas por el tránsito de camiones pesados que transportan insumos para Vaca Muerta, porque eso afecta a sus negocios y a sus socios.
También resaltó que Río Negro va a ser una provincia minera. Con una intervención llena de contradicciones y mentiras, el gobernador intentó hacernos creer que la minería es compatible con el ambiente, cuando la realidad muestra que la megaminería a cielo abierto es una de las actividades más destructivas y contaminantes que existen, que utiliza millones de litros de agua por día, que genera enormes cantidades de residuos tóxicos, que arrasa con la flora y la fauna, que provoca desastres ecológicos irreversibles.
El colmo fue cuando dijo que va a respetar a los pueblos originarios, cuando su gobierno es cómplice de la persecución, desalojo y represión de las comunidades mapuches. Dice que quiere dialogar y encontrar una solución, cuando su gobierno impone por la fuerza sin licencia social un modelo extractivista que beneficia a unos pocos y perjudica a la mayoría, que hipoteca el futuro de las generaciones venideras y que atenta contra la vida y la soberanía de nuestro pueblo.
A los de siempre todo, a lxs trabajadorxs nada
El “brujo”, como se lo conoce, convocó al “gran acuerdo”, como sostuvo durante su campaña, manifestando la necesidad de nuevas políticas en el ámbito de la educación, la salud y la seguridad, de nuevas leyes laborales y de un Estado moderno que “no necesita nuevas incorporaciones”. Se trata de un claro mensaje contra el pueblo trabajador y sus derechos, a tono con la situación nacional de mayores ajustes, despidos y represión.
Este plan motosierra a la ríonegrina comenzó la semana pasada con la reforma de la Ley de IPROSS, con la cual pretenden que lxs trabajadorxs paguen con su bolsillo la crisis de la obra social provincial, y continúa ahora con el despido de más de cien municipales en Cipolletti. Dentro de sus anuncios, Weretilneck remarcó el protagonismo que tendrá el sector privado y el acompañamiento de un Estado que ‘’no moleste’’. En este sentido dijo que no habrá aumento de impuestos y sí estímulos impositivos. Es decir, seguirá beneficiando a los mismos que año a año se la llevan en pala mientras quienes sufrimos la situación económica estaremos cada vez peor.
Hace ocho años que Juntos Somos Río Negro le promete futuro a la juventud y empleo a la población, que habla de un progreso y desarrollo que nunca llega porque se encargan de beneficiar a las multinacionales y mantener sus negociados. Hablan de fortalecer el turismo, pero poco dicen de la precarización laboral que hay en el sector y de cómo se va a garantizar empleo y salarios dignos.
Organizate con la izquierda
Lo último que dijo fue que desde su gobierno van a aportar a la gobernabilidad del país. Algo que no nos sorprende, ya que Weretilneck supo ser en sus anteriores mandatos el mejor alumno de Cristina y Macri. Hoy con sus anuncios nos deja en claro que se va a alinear a las políticas de ajuste de Milei, un rumbo que contará con el apoyo de las burocracias sindicales que estuvieron presentes en la asunción.
Sin lugar a duda se abre una etapa de mayores luchas en toda la provincia, donde los proyectos extractivistas y el ataque a la clase trabajadora y a los sectores populares se seguirán profundizando. Pero lo que no sabe o no quiere saber el gobernador es que habrá mucha resistencia por parte de las comunidades y de aquellxs trabajadorxs que no serán cómplices de este modelo de gobierno.
Desde la izquierda seguiremos estando en las calles junto a las asambleas socioambientales, los sindicatos antiburocráticos y los sectores en lucha que denuncian y enfrentan los planes de Weretilneck y sus aliados. Será momento de comenzar a articular cada pelea sin dar un paso atrás y poniendo en agenda las demandas de las mayorías sociales.
Es imprescindible fortalecer una alternativa política y social que defienda los intereses de lxs trabajadorxs y el pueblo, que proteja el medio ambiente y los bienes comunes, que impulse el desarrollo productivo y sustentable, que garantice la democracia participativa y la autodeterminación de las comunidades. Este es el camino que queremos seguir y que invitamos a recorrer a quienes quieran construir una gran herramienta política como lo es el MST en el Frente de Izquierda Unidad.
Damián Lazota
Fernanda Garramuño