Autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible señalaron que el derrame producido el viernes 10 de diciembre tendrá un impacto negativo en el ecosistema de la región.
Las imágenes que se han dado a conocer del derrame de petróleo Medanito, un yacimiento de Río Negro ubicado a 30 kilómetros de la ciudad Catriel, siguen generando conmoción y preocupación en las comunidades cercanas y en el resto.
Con el pasar de las horas la empresa Oldelval, responsable del oleoducto que se rompió el viernes al mediodía, informaron que cerca de 3.000 metros cúbicos de crudo se desparramaron sobre la superficie. Pero sigue sin hacer mención sobre cual podría haber sido la causante el desastre ambiental que se ha producido.
La empresa Oldelval cuenta con la concesión de oleoductos desde principios de los años noventa y es la más grande transportadora desde la cuenca neuquina, ahora conocida como Vaca Muerta, hacia las refinadoras del sur de la provincia de Buenos Aires.
Entre las causas que se presumen que habrían originado el derrame en primer lugar aparece la falta de mantenimiento del sistema de oleoductos. Según algunos trascendidos la empresa tenía previsto inspeccionar este año 2166 kilómetros de la red de ductos y a junio de este año llevaba inspeccionados apenas 893 Km.
Además, todavía resta que la empresa de explicaciones sobre la lentitud al momento de intervenir tras tener información certera de la fuga de crudo. Los planes de contingencia y los instrumentos que deben ponerse a disposición para una situación tan grave nunca aparecieron. Se tardaron horas en realizar barreras de contención para evitar mayor desparramamiento de crudo sobre el territorio.
Las autoridades nacionales y provinciales de ambiente están evaluando los daños y le han exigido a la empresa Oleoductos Del Valle (Oldelval) la presentación de un seguro de caución ambiental, pero hasta el momento no lo han realizado. Solamente han puesto a disposición un veterinario para evaluar el daño a los animales afectados.
En ese sentido, el rechazo a las manobras de contención por parte de la empresa va en aumento. En las últimas horas circularon imágenes que exponen que Oldelval recurrió a una pileta tipo pelopincho para contener la fuga de crudo. Una muestra muy clara de la ausencia de cualquier tipo de plan de contingencia.
Sergio Federovisk, integrante de la cartera ambiental nacional dirigida por Juan Cabandie, manifestó a medios nacionales “Es obligatorio porque toda empresa que tiene una actividad de potencial riesgo está obligada por la ley a presentar ese seguro ambiental que de alguna manera defiende al Estado y a los ciudadanos de un pasivo ambiental de estas características. Todavía no lo han realizado.”, manifestó y advirtió que podrían iniciar acciones legales al respecto.
Mientras que por otra parte señalo “va a llevar su tiempo determinar si se trató de una desidia, una negligencia, o un error en la operación del oleoducto”. Una declaración que deja entrever que la cosa podría quedar atrapada en los engranajes burocráticos y no ser resulta.
Hay que dar vuelto todo
Las autoridades nacionales no deben esperar ni un minuto más a la empresa que incumple en todo. La quita de la concesión de la empresa debe ser inmediata como así también la incautación de todas las cuentas bancarias de la empresa para intentar revertir mínimamente el enorme desastre ecológico que han propiciado por inoperancia e inacción.
Este nuevo desastre ambiental pone en evidencia dos cuestiones claves. La primera es que mientras las redes de producción de energía estén en manos de unos pocos y atadas a lógica de la ganancia seguiremos padeciendo este tipo de desastres y de manera mas recurrente. A los capitalistas lo menos que le importa es invertir en seguridad, el orden de prioridades de los ricos es obtener la mayor tasa de ganancia y si eso implica menos inversión en la técnica están dispuestos a correr ese tipo de riesgos.
Por lo tanto, queda en evidencia que este tipo de emprendimientos estratégicos nos pueden estar privatizados. Su importancia amerita que los mismos sean gestionados por trabajadores del sector y puesto al servicio de las necesidades reales de las mayorías y no del lucro.
En segundo lugar, la generación de energía vía hidrocarburos es altamente contaminante y se encuentra entre las principales generadas del calentamiento global. Desastre de este tipo son recurrentes y a pesar de que podrían ser reducidos al mínimo bajo otra forma de control seguirán representando un peligro para la vida humana y la naturaleza. Por lo tanto, la necesidad de una transición hacia energías más limpias y el desarrollo de otras aún no descubiertas son el horizonte sobre cual debemos seguir trabajando.