En el día de ayer miércoles 29 culminó la visita del presidente y la comitiva argentina a Estados Unidos, cerrando con la reunión con Biden y sus principales funcionarios. Massa, con agenda paralela, tuvo una reunión con la segunda del FMI, Gita Gopinath. El resultado estaba cantado: una mayor dependencia del gobierno a los dictados de Washington.
La frase de Alberto con la que titulamos la nota, muestra claramente el grado de sumisión de este gobierno de relato nac&pop a los designios del imperialismo yanqui en ocasión de aprobar la política de control de armas propuesta por la administración Biden, muestra cómo a la hora de atar destinos a las necesidades de los yanquis, el peronismo en el poder ni siquiera cuida el relato nacionalista que intenta mantener en campaña electoral. Es que el acuerdo con el FMI despejó toda duda de que con la derecha liberal no tiene ninguna grieta a la hora de entregar al país.
Antes de entrevistarse con el mandatario norteamericano hubo una previa que mostró claramente la política del gobierno argentino. Fue el evento organizado por el Council of the Americas con decenas de empresarios de las multinacionales y financistas con intereses en el país. Luego de responder a sus demandas, Fernández alentó las posibilidades de inversión de estos pulpos –o corporaciones como le gusta mencionar al relato oficial- para que inviertan en la extracción de litio, gas, industria agroexportadora, etc.
La reunión con Biden duró veinte minutos. Un tiempo que bastó para delinear la total sujeción del gobierno argentino, que fue a pedir más “ayudas” del Fondo para afrontar la crisis actual frente a las consecuencias de la sequía y la grave crisis que atraviesa la economía: “Espero que nos sigan acompañando como hasta ahora”, le señaló Fernández al mandatario yanqui.
A lo que Biden asintió y afirmó que “tenemos una buena oportunidad para seguir avanzando las relaciones económicas en temas de cooperación como energías limpias, tecnología”. Ratificando así el interés yanqui que, en su disputa inter imperialista principalmente con China, quiere quedarse con el litio argentino, en el cual sus inversiones ya son de gran volumen; al tiempo que busca frenar el intento chino de introducir su compañía Huawei como proveedora de 5G en la Argentina, y por su puesto apuntalar el modelo extractivista que tiene el país, en un mundo donde los países centrales demandan cada vez más las materias primas de los países dependientes como el nuestro.
Fernández, como un buen alumno, repudió la reprochable invasión de Putin a Ucrania, pero sin cuestionar en ningún momento la política de Estados Unidos y la OTA; por lo cual Biden aseveró: “seguiremos los valores que compartimos, incluso en la ONU”.
La reunión entre los dos presidentes continuó con otra ampliada en la que participaron altos funcionarios de ambos países. Por el lado yanqui estuvieron el secretario de Estado, Antony Blinken –quien visitará en breve nuestro país-; la secretaria del Tesoro, Janet Yellen; el subsecretario para la región, Brian Nichols; el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el subsecretario para América Latina, Juan González y el embajador en Buenos Aires, Marc Stanley.
Por el lado argentino lo hicieron el canciller Santiago Cafiero; el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti; los jefes de Gabinete de Cancillería, Luciana Tito y de Economía, Leonardo Madcur, y el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello.
La importancia de la delegación norteamericana y la concreción de la demorada entrevista con Biden con un gobierno en retirada, se explican principalmente por la urgencia yanqui de frenar los negocios chinos en el país. Los medios han mencionado que a los temas tratados se debe sumar la negativa norteamericana a la compra de aviones de combate chinos que tiene en trámite con el gobierno –y para la que ya hay pilotos argentinos practicando manejo-, en la cual se habrían barajado varias variantes de material norteamericano en su reemplazo. También la negativa yanqui a la construcción de un puerto con los chinos en Tierra del Fuego, en momentos que hay una crisis importante por el ofrecimiento de Lula sobre un emprendimiento similar; y la construcción de Atucha III entre otros temas.
Una anécdota publicada por Clarín pinta el grado de sumisión de la delegación argentina. Según relatan los funcionarios del país, cuando se señaló la rapidez que China tiene para otorgar créditos –ahora está en curso la monetización de parte de los swaps de las reservas-, la secretaria Yellen prometió subsanar ese error. Biden habría afirmado que “con la misma celeridad con la que acaba de salvar a los bancos, va ayudar a la Argentina para trazar un puente al desarrollo”. Hace cuatro días, en la Cumbre Iberoamericana, Fernández pidió a los países centrales que dejen de socorrer a los bancos. ¿Ud. lector con que versión se queda?
La visita “paralela” de Massa
El ministro de Economía, Sergio Massa, por su lado, tuvo la entrevista más importante en la reunión con Gopinath, la subdirectora gerente del Fondo.
La cita, a la que no asistió Georgieva por estar de gira por Asia, se realizó dos días antes de la reunión del Board del organismo en la que debe aprobarse el nuevo giro de divisas a la Argentina y una reducción de las metas de acumulación de reservas para este 2023. De los trascendidos y tuits de la funcionaria y el ministro no se desprende que haya flexibilizado el organismo de crédito ninguna de los otros pedidos que necesita el gobierno argentino, en medio de una grave crisis de divisas al haberse perdido el ingreso este año U$S 20.000 millones por la sequía.
Cuando la reducción de las reservas internacionales netas oscila en la existencia de un stock de entre U$S0 y U$S 1.400 millones -según sea el analista económico que se consulte-, y los primeros dólares de la cosecha se verían a mediados de abril, con la segura instrumentación de un dólar soja 3, el tuit de la funcionaria, se limitó a alentar las exportaciones del país.
No hubo ninguna mención a reducir el enorme ajuste fiscal reclamado para este año para llegar al 1,9% de déficit del PBI, ni la exigua meta de emisión monetaria. Mucho menos, de un desembolso extra por 10 o 15 mil millones de dólares para auxiliar las demandas de divisas de una economía en emergencia. Apenas pareciera estar garantizado que con la revisión del cuarto trimestre se remitirían al país U$S 5.300 millones, los cuales rápidamente se perderán en repagos del acuerdo con el organismo, empezando por un desembolso cercano de U$S 2.800 millones, en un año donde el gobierno deberá pagar al Fondo U$S 4.000 millones en efectivo para cumplir lo pactado.
Las declaraciones de Cristina
Según los analistas internacionales, las declaraciones del senador republicano Ted Cruz pidiendo investigar a Cristina y otros cuatro dirigentes kircheristas por corrupción, habría sido una maniobra destinada a desgastar a Biden en oportunidad de esta reunión con el gobierno argentino. Cristina aprovechó para, en su defensa, intentar despegarse un poco de tanta sumisión a los yanquis, diciendo que este senador de estrechos contactos con el negocio petrolero yanqui, la ataca porque nacionalizó Vaca Muerta, ocultando las enormes inversiones de empresas multinacionales en el yacimiento y que fue en su gobierno cuando se lanzó una explotación de las multinacionales con el acuerdo secreto con Chevron.
No hubo ninguna mención del relato kirchnerista “crítico” del Fondo sobre las acciones de Massa- su protegido superministro y posible presidenciable- pidiendo alguna flexibilización adicional de las condiciones del leonino y fraudulento acuerdo firmado con el FMI, y reivindicando su ingeniería financiera para obtener más divisas y plazos en los vencimientos, con grandes beneficios para los bancos y remate de los fondos de los jubilados y los que pertenecen al esfuerzo de todos los trabajadores argentinos.