Durante toda la semana, el gobierno advirtió que dictaría un “toque de queda sanitario”. Lo consensuó con todos los gobernadores el 6 de enero, como regalo de Reyes. Ahora, el flamante DNU de Alberto Fernández del jueves 8 deja a discreción de esos mismos mandatarios provinciales aplicar o no la restricción nocturna. Una barbaridad, que en nada ayuda a combatir la pandemia y evitar nuevos contagios. Y ya algunos gobernadores, como el cordobés Schiaretti, anunciaron que no la cumplirán.
La decisión oficial fue presentada este mediodía en una conferencia de prensa por el jefe de gabinete, Santiago Caffiero, junto a Carla Vizzotti, secretaria nacional de Acceso a la Salud, y Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes. Ante el riesgo epidemiológico que enfrenta el país por la escalada de casos, Cafiero dijo que son las provincias las que deben “deben tomar las medidas porque los casos están aumentando”. Según él, “lo que se hace a nivel nacional es fijar pautas y alertas sobre riesgos futuros. Hoy los gobernadores ya están facultados a adoptar medidas y lo que estamos haciendo es describiendo cuál es el detalle de peligro del aumento de casos que está surgiendo en muchas provincias de nuestro país”.
A su vez Vizzotti insistió en que “la nocturnidad es un foco de contagio”, cuando es evidente que la mayor circulación de gente es diurna debido a la apertura de la economía que fue permitiendo el gobierno al ceder a la presión empresarial. También afirmó: “Cuando se realiza la investigación epidemiológica, se ve que el foco de infección, teniendo en cuenta que se relajan las medidas, son los espacios cerrados, donde durante mucho tiempo se está con proximidad sin utilizar tapaboca y además es una situación amigable o por ahí aumenta el consumo de alcohol”. Vizotti repite así la misma criminalización de la juventud que más burdamente hace el policía Berni.
Como lo venimos alertando, nada se esboza respecto de la circulación del virus que se genera producto de la apertura indiscriminada de distintas ramas de la economía, ya sea en actividades productivas o de servicios. Una decisión que como consecuencia trae aparejado la exposición de la salud de miles de trabajadores, al tener que presentarse a sus puestos de trabajo bajo protocoles que son incumplidos por las patronales.
¿La renta veraniega no se toca?
Según el ministro Lammens, “la idea es proteger y preservar a la industria turística y del entreteminimiento que se han adaptado y han hecho inversiones para tener una temporada. Lo que buscamos es que todos entiendan en profundidad que para que continúe, tenemos que cumplir con esos protocolos”. Puro doble discurso. En realidad, antes que el cuidado sanitario de la población, el gobierno nacional nuevamente prefiere resguardar la ganancia capitalista, esta vez la de los empresarios del turismo y el entretenimiento.
Sin dudas, este “toque de queda sanitario” de cumplimiento arbitrario no es la solución para contrarrestar la suba de casos de Covid-19. Menos aún lo es la utilización de las fuerzas represivas contra la juventud y el pueblo. Lo que sí queda en claro con estas medidas y declaraciones es que el gobierno del Frente de Todos sigue borrando con el codo aquello que decía sobre “ubicar la salud en primer lugar”.
Mientras la tercera ola está golpeando a los sistemas sanitarios de los países centrales de Europa y vuelve a exponerlos al colapso, Fernández no avanza en las medidas que realmente fortalecerían al sistema de salud pública del país. Si la primera línea está agotada tras este 2020, si el Presupuesto 2021 para salud bajó por directivas del FMI y si el 50% de la población está sumido en la pobreza, hay que hacer lo opuesto. Por ejemplo, nombrar más personal, aumentar los fondos destinados a salud, estatizar la salud privada y brindar una verdadera contención social restituyendo un IFE al valor de la canasta familiar para poder sobrellevar la necesaria cuarentena en condiciones dignas.