Desde la pandemia, las redes han cobrado un valor inusitado, principalmente para expresar las opiniones, tomar posiciones, dejar sentadas las broncas, los rechazos, las disidencias, y a través de ellas, muchas personas se sienten poniéndose “en acción”, convirtiéndolas en otro escenario de lucha, como las calles. Opiniones y análisis de una nueva realidad.
Las redes y la opinión
Como anticipamos, las nuevas tecnologías, las apps y la pandemia le han dado más lugar a las redes y los medios que antes. Es un territorio en disputa también. En esos espacios se da la construcción de consenso, de ideas y hasta de un accionar que va desde el acoso hasta la cancelación. Por supuesto aún es una zona muy gris por la poca legislación que hay al respecto; pero si hay fallos donde la comunicación a través de las redes han podido ser encuadradas y se ha podido determinar, identificando hasta delitos.
Un costado negativo que tienen estas expresiones en redes es que muchas personas consideran que sus opiniones, sus posteos, sus estallidos a través de las redes no necesitan ser pasadas a la acción en las calles, que ese “posteo” es en sí misma la acción en la que no se necesita poner el cuerpo. Muchas veces a través de las redes se dan expresiones de rechazo a determinadas cuestiones que después en la realidad no tienen un movimiento corporal, físico, no se expresan en movilización, ni acciones callejeras. Y a través de ellas canalizan la bronca. “yo ya colgué un meme” o “posteé un petitorio”. Sienten que ya hicieron.
Lo que se da en las redes a través de los diferentes posteos, no solamente es dar opinión, sino también es la acción, su movimiento.
Se da además la expresión de opiniones a través de memes, en chistes, en formatos discursivos que ironizan sobre la realidad, pero que en definitiva toman partido, expresan opinión y sientan un posicionamiento. Cada posteo es una pancarta de consignas; sentimientos, deseos y reclamos. Cada posteo es una declaración de guerra o la firma de paz según que diga o quien la lea. Un nuevo territorio de disputa.
Otro elemento de las redes como campo de disputa, es la imparcialidad. Los magnates tecnológicos dueños de las redes sociales, actúan direccionamiento determinados tipos de publicaciones a través de los algoritmos. Del mismo modo, utilizan muchas veces la censura para silenciar las voces u opiniones con las que no están de acuerdo. Imponen su visión de “libertad de expresión” a los millones de usuarios que las utilizamos.
Cancelación en la cadena nacional
El pasado domingo 15 de septiembre, el presidente Milei realizó su discurso frente al Congreso, a una pequeña concurrencia de legisladores casi propios, con poca expectativa por parte de la población. Esto se expresó en el bajo rating que ha tenido la cadena nacional que televisaba y comunicaba el discurso del mandatario. En algunos casos de 19 puntos que median las programaciones anteriores, bajo a 3 %.
La baja del rating de su cadena nacional es todo un indicador de ese rechazo que empieza a crecer por abajo y que evidentemente le dio la espalda a un presidente maniocodependiente de las redes. Y que mide mucho de su “éxito” a través de ese espacio.
La justificación que se dio desde el oficialismo sobre el rating a la baja, inédita en una cadena nacional presidencial, en voz de Majul es que la gente está cansada de las cadenas de Cristina Fernández de Kirchner. Si bien eso es cierto, a ella la siguen escuchando. Genera la atención necesaria para que sea seguida a través de los espacios donde son televisados sus discursos.
Porque la escucha de esos discursos, no necesariamente significa que hay aprobación. La gente que la rechaza también la quiere ver.
Milei se caracterizó siempre por reventar los niveles de rating en todos los programas, de hecho, se hizo famoso como “seudo panelista” en distintos programas debido a que sus provocaciones, su discurso agresivo, su formato polarizador tendía siempre a generar gran expectativa a los espectadores. Eso fue utilizado por LLA en las distintas aplicaciones que hay, en campaña electoral, a través TikTok fundamentalmente para los jóvenes, Instagram, pero generando todo tipo de provocaciones, videos, fotos que permitieran verlo al mandatario, en ese momento candidato, expresando sus ideas de forma provocante.
En definitiva, la cadena nacional fue un fiasco y tampoco fue seguido en las redes. Es más, en las redes fue atacado totalmente por distintos usuarios, fundamentalmente en X, en donde fue criticado e insultado. Tal es así que ni la enorme cantidad de trolls pagos lograron frenar los comentarios negativos que crecen y que el propio Milei tuvo que empezar a borrar. Fundamentalmente en esa red.
Para el presidente las redes son centrales, no solo podemos ver esto con la cantidad de tiempo que está conectado en X a diario y la catarata de publicaciones que comparto, sino que también podemos tomar esta frase que realizo en campaña, en la que el presidente afirmaba que uno de sus tuits tenía “más de 250 mil likes, tiene casi 16 millones de impresiones. Solo en mi cuenta de Instagram, el posteo tiene un millón de likes” y cerraba la entrevista, sosteniendo que “así como hay un salame, o tres salames, opinando desde una computadora ¿sabes qué? Mientras que ellos miran a la señorita por internet, yo estoy en sus sábanas”.
Otra evidencia de la relevancia que le da el gobierno libertario a las redes es la enorme cantidad de fondos públicos utilizados para financiar trolls. Pero a veces los trolls no son suficientes.
La población eligió hacer lo que mas le duele al león, le saco el espejo. Lo canceló. No lo escuchó. Quizá inconscientemente o quizá llevados por la bronca, en esta oportunidad no quisieron escucharlo. No quisieron escuchar mentiras, provocaciones ni agresiones.
Le dijeron no, como un cacerolazo silencioso, la población lo canceló. No solo este hecho nunca ocurrió con una cadena presidencial, sino que nunca le había ocurrido a Milei. Quizá esta expresión sea otra acción de bronca que no se traslada literalmente a la calle, pero que se construye en un golpe a la buena imagen presidencial que cae cada vez más. Milei actúa para un circo romano, en donde hay cada vez menos gente, y la manada de leones reducida esta cada vez más hambrienta. Un juego que puede costarle mucho.
Las encuestas de las que el gobierno no habla
Desde Milei hasta Adorni cada tanto se jactan de alguna encuesta en donde la imagen negativa del presidente no cayo por el piso. Es más, en todas conserva una base de 40% que es importante, pero crece la imagen negativa, y ya hoy en todas las encuestas la imagen negativa es superior a la positiva.
Pero a igual que en los otros escenarios, en redes, o en medios, la calle expresa muchas cosas, aun sin acciones de movilización enormes. Se puede ver que la bronca crece entre la gente y cada vez más se expresan el rechazo y el enojo por las políticas de este gobierno.
Hugo Haime dio a conocer en agosto algunos números que no hablan solo de imagen negativa de Milei, sino sobre preocupaciones y el clima general: “El clima social se deteriora. La bronca creció tres puntos, la esperanza bajo de 34 a 31 por ciento y hay un 29 por ciento que se identifica con una situación de tristeza. Sólo hay un 28 por ciento que dice no tener problemas para llegar a fin de mes, mientras que la mitad de la población (50 por ciento) cambió los hábitos de consumo o pidió plata prestada o utilizó ahorros o se endeudó”. Además, sostiene que “el declive de Javier Milei empieza a ser pronunciado. Muy pronunciado. Más de la mitad de los argentinos afirman que el presidente está llevando al país en dirección equivocada”.
Asimismo, analiza la autopercepción y compara con el 2001, en donde solo el 23 % se auto percibe de nivel bajo y que en estos momentos alcanza el 40% que se auto percibe del nivel más bajo.
Por su parte, Isonomía analiza también la autopercepción pero en comparación al 2011, en donde solo el 29% se auto percibía pobre, en comparación a la actual autopercepción del 63% que se ubica en el nivel pobre.
Mora Jozami, directora de Casa tres, también aporta otra arista de análisis sobre cuales son las preocupaciones de la población, qué temas son los mas calientes para la gente. Y otra vez “la pobreza” aparece como primera preocupación frente a otras que no desaparecieron tampoco, como desocupación e inflación.
El relevamiento de agosto arrojó un Índice de Irascibilidad Social (IDI) de -11 puntos, mostrando por tercer mes consecutivo un empeoramiento y por ende una mayor crispación en el humor social. En esta edición el IDI desciende del -7 de julio al -11 de agosto, la marca más baja de la serie que se inició en marzo, según el análisis de Casa tres.
La preocupación por la actividad económica también se refleja en la situación de los salarios: el 82% de la población declara que no le alcanza para llegar a fin de mes (51%) o que le alcanza con lo justo, valores que se mantienen estables desde la medición anterior. Tres de cada cuatro encuestados declaran haber resignado algún consumo que realizaban habitualmente. En sintonía con esto, un 33% ha experimentado una disminución en sus ingresos.
La misma consultora asegura que se esta agotando “la luna de miel”.
Es evidente que mas allá de no haber desborde social por diversos motivos, que no solo son la pasividad de las direcciones sindicales y políticas, existe la recesión, la bronca con los partidos tradicionales y gobiernos anteriores, la incertidumbre política, o sea, una realidad compleja que va mostrando expresiones de erosión en diversos escenarios, solo falta que ese sentir que se manifiesta en redes, medios, y encuestas, logré convertirse en una unidad que explote en la calle o encuentre mas canales que acorralen a un león que puede quedarse sin reinado.
Por mas que hoy no haya desborde, comienza un proceso en la selva de cancelación al león. Las micro acciones le van bajando el pulgar y como ya ha ocurrido en otros momentos, la ruptura de franjas sociales con Milei y su promesa que “la casta” pagaría el ajuste, fundamentalmente porque el ajuste lo pagamos los trabajadores, los jubilados, la educación y la salud pública, y la casta goza de buena salud. Esa promesa no cumplida y la pobreza ascendente puede hacer mucho mas ruido que los rugidos de Milei.