La crisis se agudiza y la paga con creces pueblo trabajador. El gobierno está en la lona, pero las salidas que se barajan –acuerdo tripartito en el frente gobernante, pacto con la oposición, hasta elecciones anticipadas- además de garantizar el acuerdo con el FMI, son tomadas entre pocos, los mismos de siempre y el pueblo es convidado de piedra. Desde el MST proponemos que sea el pueblo trabajador quien decida todo a convocando ya a elecciones, pero no presidenciales, sino a una Asamblea Constituyente libre y soberana para dar vuelta todo y reorganizar el país sobre nuevas bases. Va nuestra propuesta.
El gobierno del Frente de Todos atraviesa la mayor crisis desde que asumió. El fusible Guzmán no calmó las aguas, Batakis se desgasta a velocidad supersónica y Alberto se parece cada vez más a De la Rúa. Porque se va quedando sin base social con un pueblo trabajador ajustado, con mal humor y reclamos crecientes. Y un establishment que reclama profundizar las medidas del FMI y un marco de estabilidad capitalista para sus ganancias. Desde arriba emparchan la crisis con un triunvirato Alberto, Massa Cristina. Y llaman a la oposición de Juntos a un pacto de gobernabilidad. La burocracia sale de garante. Siguen decidiendo entre pocos y a espaldas del pueblo. Y cada minuta que pasa significa menos salario, menos trabajo, más miseria para el pueblo y más ganancias para los de arriba y el FMI.
Así no va más, se escucha cada vez más. El gobierno habla de desestabilización, cuando quien generó la crisis son sus medidas y no solo no mueve un dedo contra los sectores concentrados y especuladores, sino que les garantiza que sigan currando. Cada minuto que pasa son más medidas de ajuste que los de arriba y el FMI deciden en forma autoritaria. Se tienen que ir todos. Y debe ser el pueblo trabajador quien decida democráticamente cuál es la mejor salida. Es el pueblo quien debe decidir libremente qué hacer con la economía y el modelo de país. Resolver un plan económico alternativo en beneficio de las mayorías, para sacar al país de la crisis, y también cambiar las reglas de juego de este régimen político tramposo y corrupto.
¿Qué es una Asamblea Constituyente?
La crisis que nos agobia no se puede resolver a nuestro favor con un simple cambio de figuritas, ni de ministros, gobernadores o presidentes. Por eso creemos necesario que se convoque a elecciones para una Asamblea Constituyente, sin limitaciones, con plena soberanía, para deliberar y decidir cómo salir de este desastre nacional y avanzar hacia otro modelo. Es la salida más democrática.
La Constituyente es un mecanismo que incluso existe en la Constitución actual para dar salida en tiempos de grave crisis económica y política, como sucede ahora. Se convoca a elecciones nacionales para votar diputadxs, pero no para integrar el Congreso sino para reformar la Constitución en todo lo que haga falta, sin ningún tipo de limitación y, al declarar a la Asamblea libre y soberana, para tomar también las medidas económicas y sociales de corto y mediano plazo necesarias.
Esta convocatoria abriría un amplio proceso de debate democrático, con protagonismo de la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y los sectores populares. Para eso se debe garantizar la participación electoral sin ningún tipo de exclusión. Que todas las corrientes políticas tengamos acceso igualitario a los espacios gratuitos en los medios. El debate debe ser sin restricciones, para poder decidir sobre todo. Considerando al país como distrito único.
En esta “democracia” capitalista, deciden pocos
Para gobernar en beneficio de un puñado de privilegiados, los gobiernos que se suceden (pasó con Macri, ahora con Alberto y todos los gobernadores) se apoyan en un régimen político que impide la verdadera participación democrática. Las instituciones funcionan para garantizar que siga este status quo. Veamos.
Al no haber ningún tipo de control popular, hacen lo contrario a lo que prometen en las campañas. Alberto prometió plata en el bolsillo y la heladera llena, entre otras cosas, pero no cumplió. Gobiernan por decretazos, o imponen leyes antipopulares criminalizando la protesta cuando empiezan los reclamos, como ahora con los movimientos sociales. Tienen atribuciones para vetar las leyes que no le gustan o no las cumple, dejándolas sin fondos. Hacen acuerdos con el FMI sin consultar al pueblo. Alberto legalizó la deuda macrista y la paga. Pactan en el congreso y las legislaturas entre los bloques oficialistas y opositores y nadie se entera. La justicia es adicta al poder, con jueces puestos a dedo hasta en la Corte Suprema. A la Iglesia la banca el Estado, con la plata de todos. La cana es represiva y coimera y funciona como guardia pretoriana de los ricos, reprimiendo en las calles y los barrios. La casta política se recicla entre privilegios y corrupción. Están al servicio de los ricachones. Mienten y hacen caja de mil maneras, pero como no hay revocatoria de mandatos siguen atornillados en sus cargos. Los senadores y jueces son casi vitalicios. La casta empresarial pone y saca funcionarios. Y todo para ajustar al pueblo y entregar el país y los bienes comunes. ¿Qué democracia es esta?
Cambiar el modelo económico
La Asamblea Constituyente sería una herramienta para debatir cambios urgentes y también de fondo: una ruptura de raíz con este régimen político, económico y social.
Una salida de lxs trabajadorxs y el pueblo debería arrancar por romper con el FMI y no pagar la deuda externa, esa inmensa transferencia de riquezas hacia el capital financiero. Hay que cortar ese chorro y usar esos recursos para un plan económico alternativo que priorice el salario, el trabajo, la salud y la educación. Los bancos y especuladores financieros están haciendo fortunas: hay que nacionalizar la banca para evitar la fuga de capitales y terminar con la timba financiera. También nacionalizar el comercio exterior, para evitar la fuga de capitales y que el agronegocio y las exportadoras dejen de saquearnos, entre otras medidas, como cobrarles fuertes y permanentes impuestos a las grandes fortunas y corporaciones. Como venimos planteando desde el MST en el FIT Unidad.
También el modelo político
También hay que cambiar de raíz el régimen institucional. Terminar con los privilegios de la casta política. Los funcionarios deben ganar igual que una directora de escuela y utilizar obligatoriamente la escuela y el hospital públicos. Revocatoria de mandatos para quienes incumplen. Que los jueces, fiscales y comisarios se elijan por voto popular y sean revocables en caso de mal desempeño.
El Senado es una secuela feudal, ya que no es proporcional a la población, sino que todas las provincias tienen tres senadores por igual. Eso favorece a las más chicas y perjudica a las más pobladas, como la de Buenos Aires. Además, como van dos cargos al ganador y uno a la segunda fuerza, todo queda en manos de las poderosas familias feudales de las provincias. Debe ser disuelto, igual que los senados provinciales. Proponemos una cámara única de diputados, elegidos tomando el país como distrito único, sin pisos y con verdadera proporcionalidad según la cantidad de votantes.
También se debe separar la Iglesia Católica del Estado, eliminar todos los subsidios a los cultos. También garantizar que se cumpla efectivamente el derecho al aborto y todos los derechos de géneros en todo el país.
Una Asamblea Constituyente como la que estamos proponiendo permitiría abrir todos estos debates e iniciar un cambio de rumbo. Por eso no debe tener limitaciones ni corsé alguno. Debe declararse libre y soberana, con los más amplios poderes para reorganizar y refundar el país.
Nuestra propuesta tendrá como punto nodal un gobierno de lxs trabajadorxs y el pueblo que avance a una Argentina socialista.
Debatir y movilizar por esta propuesta
Queremos invitarte a que te sumes a debatir e impulsar con nosotrxs esta propuesta y todas las medidas que venimos proponiendo para salir de la crisis. A fortalecer al MST y al FIT Unidad para potenciar una alternativa de izquierda para los trabajadores, las mujeres y la juventud que termine con la falsa antinomia de las coaliciones pejotistas y de la derecha de Juntos y/o Milei. Para poner coto a este sistema capitalista de hambre y miseria y construir un modelo diferente, un modelo socialista y que de una vez por todas gobernemos lxs trabajadorxs y el pueblo.