Faltan prácticas en nuestra carrera. Esta es una conclusión a la que llegamos les estudiantes más tarde o más temprano. Una brevísima parte de nuestra cursada nos permite tener contacto con la profesión que estudiamos: apenas tenemos de 90 a 180 horas de prácticas en todo nuestro recorrido. Cabe preguntarse de cero, como futures profesionales de la salud ¿Para qué las prácticas?
La psicología como disciplina, como campo amplísimo de teorías, escuelas y prácticas no está aislada del contexto en el que se la aplica, contexto del que nace y que reproduce. ¿Cómo se puede formar un profesional de la salud que no tiene oportunidad de ejercer, errar, estar acompañade en el proceso, volver a intentar, acertar, aprender, poniendo en movimiento lo que se estudia en el otro 97% de carrera? El alerta que hacemos refiere al lugar marginal que se le da a este aspecto de nuestra formación y la necesidad de que Psicología -toda la comunidad educativa- reforme su plan de estudios teniendo en cuenta esta deficiencia, y otros tantos aspectos.
Durante el último proceso universitario, con el movimiento estudiantil volviendo a organizarse en asambleas, realizando movilizaciones históricas como la del 23A y radicalizándose, tomando las facultades en todo el país en defensa de la universidad pública, se abrieron debates aún más profundos que la brutal crisis presupuestaria de las universidades nacionales. Uno de ellos fue la falta de prácticas en nuestro plan de estudio y la intencionalidad política de que esto sea así. La salida al campo, abriría aún más debates hacia el interior de la facultad en torno a la salud pública, su desfinanciamiento y las problemáticas presentes en los hospitales (problemáticas de género, sobremedicalización, inclumplimiento de la Ley 26.657, entre otras). Desde Inconciente Colectivo, nos animamos al desafío de hacer cuerpo algo de todo lo que sostenemos como necesario en nuestra carrera y que las autoridades cohartan conscientemente: las prácticas “Subjetivas”.
Unidad obrero-estudiantil al servicio de la transformación social
A través de Asociación Gremial Interdisciplinaria del Hospital Moyano (AGIHM), un sindicato independiente, y de nuestros compañeros Mariano Veiga, psicólogo y docente recibido de la UBA diplomado en ESI y secretario general de AGIHM, y Gladys Roman, trabajadora social y Jefa de Servicio Social, construimos un proyecto para realizar las prácticas en el hospital. Es un ejemplo concreto del rol que pueden jugar los sindicatos para superar las limitaciones que hoy tiene la universidad pública para resolver necesidades de les estudiantes en su formación como futures profesionales, en este caso de la salud.
Primera experiencia
El primer cuatrimestre de 2025 llevamos adelante la práctica los sábados a la tarde en el Servicio San Juan del Hospital Neuropsiquiátrico Braulio A. Moyano con decenas de estudiantes que se comprometieron con la propuesta de una práctica con perspectiva desmanicomializante. Como éramos muches, nos dividimos en grupos y de ahí surge la idea de construir un espacio de formación teórica.
Entonces, de la mano de Mariano y Gladys llevamos adelante talleres de salud sexual y reproductiva. Se hicieron dinámicas grupales compartiendo mano a mano con las usuarias y se puso en juego la palabra para hacer aparecer eso que el manicomio aplaca, entre otros derechos. Se debatió sobre derechos sexuales y reproductivos, violencia de género y violencia en los vínculos, y los mitos sobre la sexualidad y las ITS. Contamos con mucha participación y hubo una apertura a la exposición de lo que en principio parece íntimo e individual, pero que se encuentra profundamente atravesado por las desigualdades estructurales que sostiene el patriarcado.
El espacio de formación teórica lo coordinamos junto con Sebastián Soto, psicólogo y trabajador de la salud mental, y nos dedicamos a hacer una lectura de la lucha por la desinstitucionalización -como se le llamaba en aquel momento-, y el movimiento antimanicomial que pisa fuerte con las experiencias italianas de Franco Basaglia, en Gorizia y luego en Trieste, cuestionando el imaginario social de la locura, el encierro, la medicalización de la vida, proponiendo la restitución de los derechos arrebatados por el modelo médico hegemónico y el acceso a la atención de salud mental para todo el pueblo. También debatimos acerca de la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 (LNSM), el incumplimiento sistemático de la misma, la casi nula formación sobre la ley que rige sobre nuestro trabajo y la necesidad del equipo interdisciplinario en la atención en salud mental.
Salud mental y lucha de clases
Este año se cumplieron 15 años de la sanción de la LNSM y desde Inconciente Colectivo junto a otres compañeres del campo de la salud mental empezamos a debatir sobre la necesidad de hacer un balance respecto de su aplicación y sus limitaciones a día de hoy. Con la experiencia del espacio de formación teórica empezamos a elaborar un documento en el que se vuelcan procesos históricos, la contradicción de todos los gobiernos de no llevar los cambios estructurales de fondo que nos plantea la LNSM, el rol del sector privado en el sostenimiento de la existencia de los manicomios de la mano de los laboratorios, las farmacéuticas y las clínicas privadas, la fragmentación y descentralización del sistema de salud en nuestro país, la necesidad del sistema capitalista de recrudecer nuestras condiciones de existencia y nuestro lugar como futures profesionales de la salud mental en cómo transformar esa realidad, la de todes les trabajadores y usuaries del sistema de salud.

Segunda experiencia
Para el segundo cuatrimestre nos propusimos volver al hospital, y lo hicimos. Como cierre del primer cuatrimestre y para organizar la segunda parte del año, dimos espacio a que las usuarias propongan qué hacer en la parte práctica y surgió por mayoría realizar talleres artísticos. Entonces, durante los encuentros pintamos una bandera en conjunto, finalizando con muchos ánimos de volver a encontrarnos el año que viene.
En el espacio teórico leímos el documento “Salud Mental y Lucha de Clases”, del cual salieron diversos debates y conclusiones, con un acuerdo general de que nuestro recorrido universitario debe ser vivido pisando el campo que estudiamos e interviniendo activamente en él. Que nuestro lugar en la disciplina que construimos es político y que es necesario pelear por lo que hace falta, y sobre todo, ganar.

Una necesidad. Más desafíos
Creemos haber acertado en canalizar una necesidad latente del estudiantado: prácticas con perspectiva comunitaria, desmanicomializante, de género y que cuestionen lo establecido, lo que damos por hecho como único posible y que motorice el ejercicio de una psicología puesta al servicio de las necesidades sociales. Es necesaria una formación que se cuestione y proponga otra manera de pensar el padecimiento y su tratamiento. Que ponga en juego lo que sostiene el entramado de opresión de la lógica manicomializante, que trascienda los muros de los hospitales psiquiátricos y que construya una psicología realmente transformadora, una salud al servicio de la clase trabajadora.
El año que viene vamos a retomar las prácticas en este mismo sentido. Sabiendo que una formación de futures psicólogos al servicio de la transformación social y la lucha por la desmanicomialización están relacionadas. Desde Inconciente Colectivo nos organizamos con estos objetivos, mientras enfrentamos al gobierno de Milei, porque para lograr los cambios que queremos, tenemos que derrotarlo, apoyándonos y uniendo al movimiento estudiantil con cada lucha, como lo hicimos todo el año, con les trabajadores del Garrahan, con el sector de discapacidad, los jubilados.
Sumate a construir una psicología al servicio de la transformación social.
Inconciente Colectivo-MST



