El Ministerio de Transporte de la Provincia de Buenos Aires oficializó a partir de julio un nuevo golpe al bolsillo: el aumento del 8% en la tarifa del transporte público.
Sin embargo este nuevo aumento, quizás el sexto del año, no significa ninguna mejora en el servicio que ofrecen las empresas privadas, a través de la concesión otorgada por el Estado. Lo que tenemos es una flota que no se moderniza y no cubre nuestras necesidades.
Estado actual de nuestro transporte público
En nuestro país, al igual que en otras partes de Latinoamérica, el transporte público es considerado de mala calidad por gran parte de la población. Y esto es aún más intenso cuando hablamos del bondi, que es el medio de transporte público más utilizado, el más contaminante y comúnmente controlado por empresas privadas.
En la provincia de Buenos Aires esto no es diferente, y las quejas por calidad, cantidad y tiempos de espera son constantes. Estos puntos débiles, sin embargo, no se resuelven con frecuentes aumentos de tarifas, como todos podemos ver. Para resolverlos es imprescindible cambiar la forma de gestionar el transporte público, y esto sólo será posible a través de un cambio político radical y necesario.
Impactos ambientales
Estos cambios implican no sólo un beneficio económico de los sectores populares, sino también una medida ecológica, ya que desincentivaría el uso del transporte individual, reduciendo contaminación.
Además, fomentar el uso del transporte público a través de su mejora reduce significativamente la emisión de gases de efecto invernadero. Y dada la intensidad de la crisis climática que estamos viviendo en nuestro país y en el mundo, la implementación de un proyecto que realmente apunte a mejorar la movilidad urbana debe ser una prioridad, mejorando tanto su calidad como los costos para el usuario.
Otro punto importante es que el aumento del uso del transporte público y la consiguiente reducción del uso de autos y motos conduce a una reducción del número de vehículos en las calles, reduciendo la ocurrencia de atascos y siniestros viales.
Nuestra propuesta desde la izquierda que se planta
Pero para lograr todo esto, es necesario que el transporte público salga de las manos del sector privado, que tiene como único objetivo maximizar sus beneficios a costa de encarecer y desguazar un servicio esencial.
Por eso, nuestras propuestas desde el Frente de Izquierda Unidad tienen como objetivo revertir la situación actual y traer mejoras en la calidad de vida de todos nosotros:
- Terminar con las concesiones privadas
- Estatización bajo control de usuarios y trabajadores
- Boleto educativo gratuito
- Bajar el precio del boleto general
El asunto del litio
Finalmente, en un país conmovido por la represión de Morales contra el Jujeñazo, con particular saña contra las comunidades indígenas que defienden el agua y los territorios sobre una de las reservas de Litio más grande del mundo, es necesario desenmascarar el doble discurso que afirma que la explotación de este mineral será utilizada para la transición energética. Por el contrario, en la agenda compartida por todos los políticos del sistema no se encuentra la urgente transición energética. El litio que extraen sirve para alimentar la producción de más transporte individual y de lujo o teléfonos celulares con caducidad programada.
¿Necesitamos reconvertir el transporte público a energías renovables? Sí, y para eso necesitamos expulsar a las privatizadas que controlan este servicio, a las multinacionales que saquean nuestros bienes comunes, nacionalizando el litio y dando el derecho a decidir a las comunidades afectadas.
Lo que hace falta para que esto se implemente es más y mejor izquierda.
Marcela Gottschald