jueves, 26 diciembre 2024 - 15:55

Progresar. Otro ataque a la educación

Se despierta una ola de indignación en el sector educativo y entre los estudiantes. El gobierno de Javier Milei ha decidido eliminar el fondo fiduciario que financia las becas Progresar. Esta decisión, que se alinea con un plan de ajuste más amplio, pone de manifiesto un ataque sistemático a la educación pública en Argentina. La pasada marcha educativa del 2 de octubre, las tomas de universidades y la movilización de ayer son solo algunas de las respuestas frente a esta ofensiva.

Contra la educación, los docentes y también los estudiantes

La supresión del fondo fiduciario es una medida que no solo afecta a miles de estudiantes que dependen de estas becas para continuar sus estudios, sino que también subraya la postura del gobierno respecto a la educación como un bien público. Desde su implementación, las becas Progresar han permitido que jóvenes de sectores vulnerables accedan a la educación superior, promoviendo la inclusión y el desarrollo social. Por supuesto con limitaciones, porque son insuficientes y responden más bien a la imposibilidad de trabajo, pero estas becas son paliativos ahora mucho más necesarios.

Sin embargo, la decisión de este gobierno se enmarca en un contexto de desfinanciación sistemática y ajuste, cuyo objetivo parece ser la destrucción de los pilares de la educación pública en Argentina.

Algunos ejemplos

Los ejemplos son evidentes: la falta de inversión en infraestructura educativa, la disminución de programas de apoyo y la creciente precarización laboral de los docentes, la eliminación del FONID y el desfinanciamiento educativo sistemático son solo algunas de las consecuencias que esta política está generando.

La eliminación de Progresar es una arista más de un ataque planificado que busca debilitar el acceso a la educación, dejando a los jóvenes a merced de un sistema que prioriza el lucro sobre el bienestar social.

El silencio de algunos, y la bronca en ascenso

El silencio cómplice de los sindicatos, que no han querido adherir a las protestas masivas contra esta medida, agrava la situación. Su inacción es el reflejo de una preocupante connivencia con un gobierno que claramente está en contra de los intereses del sector educativo. Al no movilizarse en defensa de nuestro derecho a la educación publica, los sindicatos están traicionando los intereses de los estudiantes y de la educación pública.

La reacción popular a esta decisión del gobierno ha sido contundente. Durante las 24 horas posteriores al anuncio, “Progresar” se convirtió en tendencia en X, una muestra palpable del descontento social. La indignación en redes no solo refleja la oposición a la medida, sino que también evidencia un clamor por la defensa de la educación pública frente a un gobierno que, lejos de promoverla, la desmantela.

Declaraciones del Ministerio de Capital Humano

En un intento por justificar la eliminación del fondo, las declaraciones del Ministerio de Capital Humano han resultado engañosas y desconectadas de la realidad. A pesar de los discursos sobre la optimización de recursos y la eficiencia fiscal, la verdad es que esta eliminación responde a un enfoque ideológico que desprioriza el acceso a la educación. Nos mienten en la cara, ignorando las consecuencias devastadoras que su política tendrá sobre miles de estudiantes y sobre las instituciones educativas en su conjunto.

Que se venga el tsunami educativo

La eliminación del fondo fiduciario para las becas Progresar representa un ataque directo a la educación pública que debe ser resistido con contundencia. La movilización estudiantil y el rechazo de la sociedad son fundamentales para frenar este ajuste que amenaza el futuro de nuestras generaciones. En este contexto, es necesario que los sindicatos asuman su rol de defensa de los derechos educativos en lugar de convertirse en cómplices de un gobierno que está en contra de la educación pública. Y que junto a los centros de estudiantes seamos un solo puño contra el plan de Milei.

La lucha por una educación digna y accesible para todos debe continuar, porque la educación no es un privilegio, es un derecho.

Por Ámbar Ledesma

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