Finalmente, Sergio Massa, en el Centro Cultural Néstor Kirchner con la compañía de empresarios, funcionarios del gobierno nacional, intendentes y dirigentes sindicales, anunció el programa Precios Justos. En medio de una escalada inflacionaria que no para, el ministro de Economía presentó un programa de congelamiento de precios por cuatro meses (120 días). Lo que en un inicio se esperaba como un congelamiento general, solo terminará incluyendo a 1.788 productos. A la vez, los salarios no aumentan y a pesar del congelamiento el poder real de los ingresos no se recupera. Otra medida con gusto a parche que, además, también tiene dádivas para el empresariado: se le adelantarán dólares para importaciones a las empresas adheridas al programa.
El congelamiento
Precios Justos será un nuevo programa de precios que incluye 1.788 productos. El congelamiento sobre los mismos se aplicará por 120 días, pero admitiendo un aumento al inicio del 4% en comparación con los valores registrados en octubre. Por otro lado, según lo informado por el Ministerio de Economía, las empresas que no forman parte del acuerdo tendrán un tope por mes del 4% para remarcar. A la vez, los productos que se encuentran en el programa Precios Cuidados serán absorbidos bajo Precios Congelados.
En el conjunto de productos entran lácteos, limpieza, perfumería, cuidado e higiene personal, artículos para bebés, productos frescos y bebidas. La mayoría, por ahora, a pesar de las grandes marcas que adhirieron a esta medida (Molinos, Coca Cola, Unilever, Quilmes, Mastellone, AGD, Ledesma y Las Marías, entre otras) son productos de segunda línea.
Como no podría ser de otra forma, estos emporios que han ganado fortunas durante este año obtendrán como beneficio el adelantamiento de dólares por parte del Banco Central. De esta forma accederán a las divisas que tanto reclaman a Hacienda para acceder a insumos importados que utilizan en sus procesos de producción. Con los dólares contados, el ministro de Economía larga lo poco a cuenta gotas; por tanto, este acceso privilegiado a los dólares terminó siendo un incentivo más que estimulante para las empresas, más cuando el Central está restringiendo a las importaciones.
Otro dato a resaltar es que desde el gobierno del Frente de Todos apuntan a que sean los consumidores, por medio de una app, quienes controlen a los estafadores de los empresarios por si se les ocurre remarcar.
Salarios congelados
Junto al sentimiento mundialista que se amplifica en estos días, Massa pretende lanzar una cantidad de anuncios que aturda las cabezas, mostrando un gobierno sensible con las mayorías. Pero esa sensibilidad no llega a los bolsillos o llega en forma de verso.
Ayer se comunicó un aumento de las jubilaciones que sumando los anteriores las deja 20 puntos abajo en comparación con la inflación interanual. Mientras la Defensoría de la Tercera Edad estimó la canasta básica en $ 151.000, el gobierno presenta como un logro que la jubilación mínima haya alcanzado unos magros $ 60.000.
La suerte de los salarios no es distinta. En los últimos cinco años han perdido un 20% del poder real de compra en promedio. Si nos basamos en los datos nominales, en junio el salario de bolsillo de los trabajadores del sector privado fue de $ 120.000, monto que a penas superaba los $ 104.000 que equivalía la canasta básica por aquel entonces. De más está decir que los trabajadores estatales y los informales tuvieron un pasado reciente mucho más duro.
Este panorama se complejiza aún más cuando la inflación no cesa. Al 6,2% del mes de septiembre seguro lo suceda una nueva marca que refleje otra disparada y corte la pequeña tendencia bajista entre mes y mes. Así, es muy probable que a fin de año se llegue a una inflación anualizada entre el 95% y el 100%.
Para terminar de graficar, este congelamiento viene luego de que las empresas, bajo el gobierno del Frente de Todos haya logrado alcanzar con su masa de ganancia un 49,2% de la renta nacional. Mientras, el porcentaje de la masa salarial bajó al 41,7%.
Muy lejos de la realidad está la frase dicha por Massa en la presentación de Precios Justos: “En un país que pareciera que todo se resuelve por peleas, las empresas, los trabajadores y el Estado que nos hayamos podido sentar a la mesa para darle tranquilidad a los argentinos y argentinas, merece que seamos todos agradecidas”. Nadie está agradecido ni ningún trabajador fue convocado.
El éxito de este programa está por verse, muchos empresarios han declarado no estar de acuerdo con este congelamiento, por más que sea a voluntad. Se sabe también que el gobierno es endeble ante las acciones de las patronales y cede constantemente. También hay que sumar que la posibilidad de una devaluación, tópico que no se ha ido de la discusión económica en nuestro país, también puede hacer que el congelamiento sufra un derretimiento en lo inmediato.
Desde el MST en el FIT-Unidad insistimos en que, si de detener la suba de precios se trata, hay que partir de la eliminación del IVA de los productos de consumo masivo. Además, hay que avanzar en un control social, pero lejos de una app, tiene que ser real. Esto solo se podría hacer volviendo pública la información que contienen los libros contables de estos monopolios. Para aquellos que aumenten es necesario aplicar grandes multas, hacer valer la vigente Ley de Abastecimiento y aplicar expropiaciones en aquellas empresas que lucran con este flagelo social.