Quizás no se corra aún el peligro de la película “Un cuento chino” de Ricardo Darín, cuando una vaca cae del cielo y mata a la novia del protagonista… pero con los precios de la carne por las nubes uno a veces alucina a las vacas…volando.
Lo cierto es que más allá de los intentos de mostrar “soluciones” lo prohibitivo que hoy esta hacerse un asadito para la mayoría de las familias argentinas, ha sido y sigue siendo un tema recurrente en lo que se habla en los medios… y en la calle. No faltó el comentario de un militante peronista que señaló “que en un año electoral se comenta entre los compañeros de los barrios el malestar que causa el precio de la carne”. No es para menos, durante las primeras presidencias de Perón se registraron los índices de consumo de carne por persona más altos de la historia argentina y el año pasado se registró el volumen más bajo.
Por eso hoy el presidente Fernández, ante la gravedad del problema, amenazó con aumento de retenciones y cupos de exportación, sino bajan los precios de los alimentos. Así, hizo con Vicentín, empezó con la expropiación y después desistió o con el maíz, suspendió por dos meses las exportaciones y después arregló un “fideicomiso” entre privados…
Consumo en picada y precios por las nubes
El aumento promedio del precio de la carne durante el 2020 fue de alrededor del 75% contra una inflación anual del 36%. Esto varía de corte en corte, como se muestra en el cuadro siguiente publicado por Infobae:
Los cortes “con rebaja” de Alberto
Entonces vinieron las soluciones del gobierno y sus rebajas del 30% en los “cortes populares”, ya que los mejores se reservan para exportación. La llamada “solución uruguaya”. Y aunque los cortes no son nada “populares” para la mayoría de los trabajadores que han perdido en los últimos tiempos cerca del 30% de su poder adquisitivo… eran un pequeño alivio para los que soñaban con un buen asadito a la antigua, con una buena variedad sobre la parrilla.
Hasta que llegó la foto de la verdad. La oferta incluía una buena cantidad de hueso, grasa y desperdicio. Tanta… que el viejo empresario cárnico peronista, hoy en prisión domiciliaria condenado por evadir impuestos de los frigoríficos, Alberto Samid, comentó: “es carne de tercera”, “ni los chinos quieren eso”, en alusión a las exportaciones de vacas a China que en el último año registró la cifra record de haber representado el 75% de la exportación cárnica del país y es uno de los motivos que han hecho subir el precio de esta forma.
Lo cierto es que Samid, que antes con Guillermo Moreno hacía negocios similares, según nos recuerda un ex militante de la Federación Agraria, no miente. Como lo refleja en la entrevista que le realizó La Nación del 04/02: “Va a ser preferible pagar 100 pesos más el kilo de carne y llevarse carne buena y no de este tipo. Ese asado a 400 pesos… El 50% tiene grasa y hueso, entonces estás pagando la carne de ese asado 800 pesos el kilo”.
Programa “Carne para todos”, otro recule más del gobierno
Ya hemos mencionado que no es “carne más barata” sino un gran negocio para los empresarios del sector. Lo otro es su limitado alcance, apenas contempla “6.000 toneladas de carne mensuales. Lo que nadie ha comentado es que el consumo en argentina asciende a 2.275.000 toneladas anuales. Esto implica que el acuerdo ascendería a 72.000 toneladas anuales, lo que implica el 3,2% del consumo anual de la Argentina. Para ponerlo en otra perspectiva, consumimos unos 50 kilos per cápita, y el acuerdo equivale a 1,6 kilos per cápita.” (Ámbito Financiero 27/01/2021).
Además, su venta se realizará a través de un número muy limitado de puntos de venta, entre los que se destacan los grandes supermercados. Otro negocio de los monopolios de la comercialización en perjuicio de las carnicerías del barrio.
Causas del aumento de precios
En estos días, y ante los dichos de la vice jefa de Gabinete Cecilia Todesca primero y recientemente de Alberto Fernández, sobre la posibilidad de un nuevo aumento de las retenciones, se ha desatado de nuevo una importante polémica, entre el gobierno, los productores y todos los que sufrimos cotidianamente el aumento en el precio de los alimentos. Polémica cruzada además por las necesidades y posicionamientos que plantea el “año electoral”.
Entre los dos primeros, palabra más, palabra menos, lo que están disputando es el margen de la renta agraria que se queda cada uno. El aumento de los precios internacionales de los comodities, presiona y hace aumentar, ante la falta de regulaciones estatales necesarias, los precios internos. El gobierno amenaza con mayores retenciones (impuestos) y hasta habla de cupos de exportación para equilibrar precios, pero como hizo con el maíz después recula.
En el caso de la carne, que no tiene retenciones, tendría que atendiendo a la baja en el stock ganadero y la demanda interna, poner un cupo de exportación, hasta por lo menos recuperar los planteles. Pero necesita, por ejemplo, seguir exportando a China esos volúmenes, que representan U$S 3.000 millones, en momentos en que esta juntando dólar sobre dólar para pagar los compromisos de deuda externa del país.
Todos estos elementos, aumento de los precios internacionales de los comodities, entre ellos del principal alimento en los feedlots, el maíz; monopolio en la producción ganadera y cerealera, monopolios en la comercialización, puertos privados sin control, ausencia de una flota naviera mercante estatal, falta de regulaciones, hace que tras la preocupaciones por la “mesa de los argentinos”, exista una fuerte disputa por la ganancia en una punta y una parrilla vacía en la otra, la de la mayoría de los argentinos.
Nuestra propuesta
Antes se hablaba del “país de las vacas y el trigo” pero a decir verdad más justo es el lamento de la canción “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Los socialistas del MST en el FIT (U) proponemos terminar con esta historia. En primer lugar estableciendo cupos de exportación de la carne y el maíz. Aumentando en forma bien segmentada las retenciones cerealeras y creándolas en el caso de la carne. Estableciendo una política de precios máximos que reduzcan sustancialmente los valores actuales, privilegie a las carnicerías del barrio y elimine el monopolio supermercadista, con el abastecimiento gratuito a los comedores populares, hasta que se produzca la necesaria recuperación salarial que eleve los niveles como mínimo al costo de la canasta familiar y se termine con la enorme desocupación e informalidad que pesan sobre los trabajadores argentinos.
Estas medidas de emergencia, deben ser complementadas por un drástico cambio en la producción y comercialización de los productos del campo, empezando por una profunda Reforma Agraria que termine con la enorme concentración capitalista en el agro, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, la estatización de los puertos privados y la creación de una flota mercante de bandera, en el marco de un programa económico alternativo que empiece por desconocer los pagos de la fraudulenta deuda externa.