Como en varias localidades, los días 10 y 17 de febrero se realizó una convocatoria abierta frente a la Fiscalía de Pilar, de la que participamos desde Juntas y a la Izquierda junto otras organizaciones de mujeres y disidencias.
Al grito de justicia por Úrsula Bahillo, una joven de 18 años de la localidad de Rojas asesinada por su ex pareja, Matías Ezequiel Martínez, un oficial de la Policía Bonaerense a quien la Justicia sistemáticamente encubría.
Durante la relación, Úrsula ya recibía maltratos por parte de Matías Martínez y realizó dieciocho denuncias contra él. Lo publicó en las redes sociales, avisó a sus amigxs y a su familia sobre el miedo que tenía y las amenazas de muerte que recibía de Martínez. Nadie hizo nada.
No solo recibió la desidia y abandono estatal, sino que tuvo que tolerar que en la comisaría en oportunidades le respondieran que “no trabajaban los fines de semana”. Y nos preguntamos ¿acaso la violencia descansa los fines de semana? La respuesta categórica es que no. La violencia está siempre, de día y de noche, y la policía es cómplice.
“Si no vuelvo rompan todo” escribió Úrsula en su red social Instagram. Ella sabía que iba a una muerte segura y nadie la protegió ¿Por qué la policía hizo caso omiso a dieciocho denuncias? ¿Por qué lo cubrieron tanto? En definitiva, ¿por qué no la cuidaron?
Durante la mañana del martes 9 de febrero, amigos y familiares convocaron a una protesta frente a la comisaría de la localidad de Rojas, donde las fuerzas de seguridad reprimieron y demoraron a nueve personas por resistencia a la autoridad. La policía reprime porque son cómplices y el Poder Judicial hace oídos sordos para encubrir femicidas. Por eso no va más esta maldita policía encubridora, represora de luchas sociales, asesina de Facundo y tantos otros pibes por gatillo fácil. Hay que disolver la Bonaerense. Basta de seguir tolerando lo que todxs sabemos: policías y jueces violentos, machistas y corruptos. Tienen que ser repudiados y separados de las fuerzas policiales o del espacio municipal que ocupan o de los trabajos, porque eso es realmente ponerse en el lugar de nosotras que somos las que vivimos en carne propia cada día la violencia machista.
El Estado y el gobierno son responsables, porque nos siguen matando. Las “estadísticas” indican que ya hubo más de de treinta y ocho femicidios en lo que va del año, algunos dicen cuarenta y cuatro. No somos una estadística, somos mujeres, somos madres, somos hijas y somos amigas.
A nuestros gobernantes les decimos: no alcanza hablar de NI UNA MENOS, tampoco sumarse de la boca para afuera a nuestras exigencias. Queremos un Estado que se haga cargo, que nos cuide; y para eso hacen falta políticas públicas, decisión política y presupuesto.
En nuestro municipio, Pilar, hay demasiada violencia, innumerables casos de femicidios, no estamos ajenos a eso, no estamos libres de femicidios.
Natalia Espasa dirigente de Juntas y a la Izquierda en la jornada frente a la fiscalía leyó el documento de izquierda y expresó: “Seguimos en alerta, seguimos organizadas, porque el patriarcado no terminó, porque no sabemos si mañana nos despertamos con la noticia de otro femicidio y no importa en qué lugar de nuestro país sea, es una de nosotras, cuando nos tocan a una tenemos que responder todas. Entonces tenemos que redoblar la fuerza y organizarnos con garra para el 8 de marzo. Porque el día de la mujer no queremos flores, no queremos bombones, no queremos marketing, no queremos aparecer en las publicidades como cuerpos esbeltos, queremos que dejen de violarnos, queremos que dejen de matarnos, queremos que se garanticen todos y cada uno de nuestros derechos. Y a la vista está que podemos lograrlo, que podemos conquistarlo pero que necesitamos ser muchas más, tenemos que seguir organizadas para que eso suceda”.
Hoy nos falta Úrsula, y si hay que romper todo para que sea la última, pues se rompe. Las paredes se arreglan, las pibas no vuelven más. Mientras tanto la única forma de hacernos oír es estando organizadxs y cuidándonos entre nosotrxs, nadie más nos va a cuidar.
Vamos a seguir en las calles exigiendo justicia por Úrsula y perpetua para Martínez. Vamos a seguir pidiendo por todas aquellas que hoy ya no están, que nos faltan. Estamos nosotrxs para alzar la voz por ellas. Duele. Duele la incompetencia de la Justicia, duele el patriarcado una vez más. Hoy nos hacemos oír por todas ellas.