En los últimos días se ha repetido reiteradamente por parte de los funcionarios y candidatos del Frente de Todos que los salarios le van a ganar a la inflación. Sin embargo, las últimas estadísticas señalan que, por el contrario, siguen perdiendo. Incluso se comenta que algunos pequeños aumentos para tratar de achicar el desfasaje serían excusa para nuevas remarcaciones. Para recuperar el poder adquisitivo hace falta un cambio de fondo como el que proponemos desde el MST en la PASO del FIT Unidad.
Como perros y gatos, las dos coaliciones más importantes, la gubernamental Frente de Todos y la “opositora” Juntos, vienen debatiendo sobre cómo mejorar la situación económica y recuperar el poder adquisitivo. Los medios opositores, a su vez, despotrican contra un supuesto festival de aumentos salariales y subsidios para la campaña que producirían mayor emisión monetaria y mayor inflación. Los candidatos del gobierno argumentan la necesidad de fomentar el consumo para que se reactive la economía y lanzan planes como el ahora 12-30, destinados a la compra de electrodomésticos. Unos pocos convenios paritarios logran redondear aumentos entre el 40 y el 45% en cómodas cuotas.
Tanto prometen, que a uno le dan ganas de que todo el año haya campaña electoral para que mejore, aunque sea un tanto, la situación de los trabajadores y todos los que estamos en la base de la pirámide social.
La triste realidad
El salario de los trabajadores ha perdido entre un 20% y 22% de su poder adquisitivo en los últimos tres años. La promesa es que con la reactivación económica -o mejor dicho, reactivación de los negocios empresarios- impulsada en esta etapa de la pandemia deberían comenzar a recuperarse.
Sin embargo, lo cierto es que, según datos que proporciona el INDEC, el aumento promedio del salario en mayo último fue del 2,8%, contra un índice inflacionario del 3,3%. Si tomamos el acumulado de los primeros cinco meses del año, nos encontramos con un aumento salarial de 20,1% en contraste con un 21,5% de inflación acumulada.
Los salarios de los estatales -ajuste de Guzmán mediante para cumplir con el FMI- solo alcanzaron un 36,2% de actualización, contra un aumento promedio interanual del 40,7 % del nivel salarial general, quedando 7 puntos debajo de lo obtenido por el sector privado en blanco.
En los sectores que no tienen paritarias, como los trabajadores autónomos, monotributistas e informales, la recuperación del ingreso es mucho menor; es decir que la pérdida de poder adquisitivo es mucho más pronunciada.
Los trabajadores “informales” han sido los más castigados en estos años. Durante el 2020 y lo que va del 2021, se estima que se han perdido 2,5 millones de puestos de trabajo en este sector y el nivel salarial ha sufrido el mayor deterioro, llegando en mayo último a actualizarse apenas un 0.9%, muy por detrás de la inflación mensual.
En los jubilados o beneficiarios de planes sociales la pérdida de los ingresos ha sido mayor aún. Si tomamos la inflación de abril de 2020 a abril de 2021, tenemos un incremento de precios del 46,3% contra un aumento del 29,4% de jubilaciones y pensiones.
Salarios muy por debajo de la línea de pobreza
De acuerdo al INDEC, el 60% de la población económicamente activa recibe un salario de $ 40.000. Si vamos a la distribución por género, existe una desigualdad muy notoria: el promedio general del ingreso de los trabajadores varones es de $ 48.570 mientras que el de las mujeres es de $ 36.123; muy lejos de los dichos del presidente Fernández de que el patriarcado ya terminó.
Los que pierden y los que ganan
En promedio, en el acumulado anual surge que el retroceso del salario real registrado llegó hasta un 5,4% a partir de una caída del salario de los empleados públicos del 8,46% y de un 3,7% para los empleados privados con respecto a la inflación acumulada interanual. Aunque ahora algunos gremios logren una pauta de ajuste del 45%, esta cifra quedará atrás de la inflación proyectada para el año -cerca del 50%- con lo que los salarios volverán a perder.
La resignación de parte del poder adquisitivo de los trabajadores en beneficio de las ganancias empresarias se refleja en que en el año 2020 la remuneración del trabajo asalariado representaba un 49,8% del valor agregado bruto y se redujo durante este año al 46,1%. En tanto los empresarios vieron incrementar sus ganancias desde un 35,2% a un 40,2% del valor agregado de la economía. En tiempos de pandemia, aguda recesión y retroceso del PBI -en el 2020 de alrededor del 10%-, los empresarios siguen aumentando sus ganancias a costa de mayor explotación de los trabajadores.
Hay que dar vuelta todo
Con discursos electorales distintos, los liberales de Juntos y los nac&pop del Frente de Todos, son los responsables de un gran deterioro del salario y los ingresos populares en beneficio de los grandes empresarios y los buitres del FMI, el Club de París y los grandes bonistas, acreedores de una fraudulenta deuda.
Solo podremos recuperar el nivel salarial perdido; superar este desastre social donde la mayoría de los trabajadores gana menos que el nivel de pobreza; que el salario mínimo de trabajadores, las jubilaciones y los planes sociales equiparen el costo de la canasta familiar cambiando de raíz este modelo económico que nos proponen desde el gobierno y la oposición de Juntos.
Como proponemos desde las candidaturas del MST en la PASO del FIT Unidad, hace falta un plan que privilegie las necesidades del 99% de la población y no del 1% que se beneficia ahora. Un programa que empiece por dejar de pagar la fraudulenta deuda externa, crear un fuerte impuesto mensual a las fortunas y ganancias empresarias, y con esos recursos relanzar un plan de obras públicas y construcción de viviendas populares que reactive la economía del país, invierta en salud, educación y en los ingresos del conjunto de la población trabajadora.
Fuentes: La Nación Ed. Impresa 04/08/2021, Tiempo Argentino 27/07/2021, Infobae 04/08/2021 y Economía y Política 29/07/2021