Si vos sos laburante, o hace tiempo que estás sin laburo, si sos estudiante, jubilado o de clase media venida a menos, seguro que tenés bastante bronca. Y claro, no es para menos. No es solamente porque la guita no te alcanza ni a palos para llegar a fin de mes y tenés que inventar malabarismos. Es que en estos tiempos de elecciones, entre tantas propagandas y lindas promesas de los diferentes candidatos en campaña, también crece tu bronca contra «los políticos».
Entonces, si esa es tu situación y aún con toda esa bronca tan legítima que sentís, te robo unos pocos minutos para pensar juntos antes de definir bien qué vas a hacer el domingo 13 de agosto, el día que son las PASO previas a las elecciones definitivas de octubre.
Si te abstenés, no los castigás
En las distintas elecciones provinciales que hubo hasta ahora, viene creciendo el promedio habitual de gente que no va a votar. Es evidente que esa abstención es una muestra de este ambiente general de un profundo malestar contra esos chantas que son la mayoría de los representantes políticos, la llamada clase política. Pero si vos también estás pensando en la posibilidad de no ir a votar, aguantá un minuto y escuchame. Porque la bronca tenés que apuntarla contra los responsables políticos de que estemos tan en la lona, contra los que nos gobiernan, ¿no te parece? O sea, contra el macrismo que nos ajustó con el gobierno anterior y contra el pejotismo que nos ajusta con el gobierno actual, ambos para cumplir con el FMI.
El problema es que si vos elegís no ir a votar para expresar ese descontento que crece en todo el país, a ellos en realidad no les importa un comino. Total, como el resultado se calcula sobre los votos válidos, o sea sobre los votos emitidos, de última el porcentaje se mantiene y terminan ganando igual. Entonces la salida por ahí no es, dalo por seguro.
No hay cargos «en blanco»
Hay otra variante del voto bronca, que tuvo mucho peso en el 2000, mostrando el clima social y político caldeado que se fue acumulando hacia la rebelión popular del 2001: el voto en blanco o nulo. Es decir, ir a votar, pero no poner ninguna boleta o buscar alguna forma de anular tu voto. No te quedas en tu casa y vas a la escuela que te toca, pero metes en la urna el sobre vacío o si es voto electrónico no marcas ningún casillero.
El problema ahí es que tanto en la Casa Rosada como en el Congreso de la Nación, las Legislaturas provinciales y los Concejos Deliberantes municipales no queda ningún cargo ni banca «en blanco». A la hora de contar y distribuir los cargos, los votos en blanco directamente no se toman en cuenta: todos los cargos en danza se ocupan igual. ¿Pero entonces, de qué te sirve? En realidad, de nada, porque también lo terminas perdiendo igual que si no hubieras ido a votar.
Al final, Grabois trabaja para Massa
Menos fachos, en mi militancia, la familia y en la vida tengo amigas y amigos de todos los palos políticos. Además de izquierda, lógicamente, unos cuantos compas son peronistas o mejor dicho kirchneristas y la mayoría no se tragan el sapo-escuezo de Massa. Por eso algunos están barajando a Grabois como variante de voto, más allá de que sea un cuadro político del Papa y por eso se opuso al derecho al aborto. De alguna manera tiene lógica esa opción, porque Grabois de vez en cuando tira algunas cosas piolas, como por ejemplo criticar al FMI, defender el litio o proponer una reforma agraria…
Pero alto ahí, para la moto. ¿Cuántas veces ya probaste con eso de «pelearla desde adentro»? Si es tan distinto, ¿por qué Grabois comparte todo el resto de la boleta, o sea gobernadores, intendentes, diputados y senadores, de Massa? ¿Acaso no es tiempo perdido confiar y darle el voto a alguien que plantea algunos puntos correctos, pero al final, como lo repite a diario, te propone «acompañar» al mismo Massa que es un felpudo del Fondo, la embajada yanqui y el ajuste sin fin?
No te engañes más: si en agosto lo votás a Grabois, ¡en octubre te sale un Massa! Y si Grabois lo va a «condicionar» a Massa como Cristina lo «condicionó» a Alberto, vas a volver a estar al horno con papas. Votar a una colectora es un mal negocio, porque resulta que terminas apoyando al mismo político que querías castigar. Lo único que de verdad sirve es animarse a un voto más pensado, que valga la pena.
Para castigar de verdad, votá a esta izquierda
Entonces, para que tu decisión el 13 de agosto tenga una verdadera utilidad, no la desperdicies absteniéndote, votando en blanco o por colectoras de políticos capitalistas que gobiernan en contra tuyo. No te resignes a una nueva frustración, esta vez animate a cambiar.
Te propongo que uses tu voto por la positiva, para castigar a los gobernantes y darle fuerza a esta izquierda militante, a la lista que encabezan Vilma y Solano. En la otra nota de esta misma página hay más razones de por qué acompañarnos. Pero vos ya nos conocés. No sólo ponemos el cuerpo cada vez que tenés que salir a reclamar por tus derechos, sino que somos una izquierda no sectaria, capaz de trabajar en común por las causas justas y que a la vez no se va en amagues y es coherente en proponer un proyecto político de fondo, realmente antiimperialista, anticapitalista y socialista.