Gobierno del Frente de Todos, oposición patronal de Juntos por el Cambio, Milei y burocracia sindical con el FMI, contra los trabajadores y el pueblo.
– Aumento de salarios igual a la canasta familiar y con indexación automática por inflación.
– Paritarias sin techo, discutidas en asambleas y con mandato de las bases.
– Paro nacional y plan de lucha.
El nuevo relato del gobierno del Frente de Todos de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa hablando de la desaceleración de la inflación fue desmentido por la realidad. Conocido el 6% en enero, se ha confirmado lo que todas y todos los trabajadores intuíamos: la pauta de inflación anual de un 60% del Presupuesto 2023 tiene por objetivo seguir bajando el poder adquisitivo de la clase trabajadora y el pueblo. El superministro de Economía Sergio Massa pactó con las burocracias sindicales de la CGT y las CTA el techo paritario del 60% anual para ajustar no solo los salarios, sino también ajustar las jubilaciones atadas a la recaudación y al salario. Del mismo modo, ajustar contra el salario mínimo que arrastra hacia abajo al plan Potenciar Trabajo y todos los beneficios de hambre de la asistencia social.
Una pauta de este tenor no pasaría la prueba de una asamblea de trabajadores o de un congreso con mandato de las bases. Imposible. Sin embargo, ya el gobierno macrista de la Ciudad de Buenos Aires encabezado por Horacio Rodríguez Larreta firmó exactamente ese porcentaje, nada menos que en siete cuotas. La oposición patronal de Juntos por el Cambio criticó el dibujo presupuestario, pero lo votó. En el ajuste no hay grieta. Y Milei se postula para multiplicar el brutal ajuste en curso, también con el FMI y más represión.
A esta confluencia de las dos coaliciones que nos vienen gobernando, macrismo y peronismo, Juntos por el Cambio y Frente de Todos, se ha sumado la burocracia sindical con sectores que picaron en punta para garantizar esa pauta salarial: SUTECBA y ATE en CABA, y nada menos que la UTA de Roberto Fernández, que aceptó el 29,5% en tres cuotas para el primer semestre, una variante de la pauta Massa-FMI.
Ya una decena de grandes gremios de la CGT habían dado su visto bueno verbalmente a la propuesta ajustadora. Habrá que ver si mantienen semejante entrega cuando la línea de pobreza en la Argentina escala por arriba de los $ 160.000 y el salario promedio en blanco apenas llega a $ 130.000 según el INDEC. A este escenario se agregan los tarifazos de las empresas privatizadas y los permanentes cortes en los servicios básicos como la luz.
Así las cosas, se aprecia el valor enorme de aquellas paritarias como la del SUTNA, arrancada con la huelga y la movilización de los trabajadores del Neumático, que consagró ajustes por inflación y diez puntos arriba cualquiera sea la inflación del período. Del mismo modo, los $ 200 mil de inicial arrancados por la enorme huelga general y las movilizaciones de los médicos residentes y concurrentes de CABA, el aumento salarial arrancado por los trabajadores de la salud autoconvocados y la UTS en Córdoba, los paros y movilizaciones del Garrahan y el Posadas, la salud en la provincia de Buenos Aires y en todo el país.
A esto se suman las grandes luchas docentes autoconvocadas del año pasado en La Rioja, San Juan y otras provincias, al igual que los paros del ferrocarril Sarmiento y movilizaciones de la Bordó a la Unión Ferroviaria contra la entrega de la burocracia de Sassia, de los SUTEBA combativos y la Multicolor en la provincia de Buenos Aires contra la entrega de Baradel. En CABA el sindicato docente combativo Ademys rechazó en asamblea el 60% en cuotas y va al paro; al igual que la docencia de Córdoba, Santa Fe, Río Negro, Chubut, Formosa y otras provincias; lxs trabajadorxs del subte luchan contra el asbesto y por los dos días de franco; en la tercerizada de Aerolíneas Argentinas, GPS, están luchando en las calles contra los ataques a su comisión interna combativa y por paritarias; los obreros de Megaflex enfrentan los despidos igual que los químicos de Atanor de Córdoba.
Todos los sectores de la burocracia sindical, desde los “gordos” de la CGT hasta ambas CTA y el moyanismo están comprometidos con el gobierno del Frente de Todos, cuyo único programa es el del FMI y ha transformado la inflación en el arma central del ajuste para cubrir el endeudamiento, la fuga de capitales y la desinversión; mientras precarizan más y más las condiciones laborales. A la sombra de ese ajuste se han producido las más de 100 mil bajas de beneficiarios del Potenciar Trabajo, cuyo único ingreso es un plan de $ 32.000, menor a la línea de indigencia, que solo sirve para paliar el hambre. De allí nuestro apoyo incondicional a la lucha que libra la Unidad Piquetera en todo el país en defensa del sector más castigado de los trabajadores y por un salario mínimo vital y móvil que cubra la canasta básica de $ 170.000.
A su vez rechazamos enérgicamente las persecuciones y procesamientos por acciones de lucha en todo el país; entre ellas el juicio de desafuero sindical que el gobierno de Larreta ha iniciado contra Jorge Adaro, secretario gremial de Ademys, y las condenas en primera instancia a los compañeros Cesar Arakaki y Daniel Ruiz.
Los sindicatos, cuerpos de delegados, agrupaciones y activistas reunidos en el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) exigimos e impulsamos asambleas en todos los gremios para votar los pliegos paritarios para rechazar la pauta ajustadora del 60% del FMI, Massa y el gobierno. Por la inmediata recomposición salarial que recupere lo perdido estos años, la actualización automática mensual por inflación. Por aumentos en el salario real para lograr un salario igual a la canasta familiar. Por la abolición del impuesto al salario. Por la eliminación del trabajo precarizado, reducción horaria y reparto de las horas de trabajo para generar empleo genuino sin reducción salarial. Por el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI. Por un plan económico de y para las y los trabajadores.
Desde el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) llamamos a todas las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos antiburocráticos y combativos a pronunciarse contra este ajuste y nuevo tope paritario, y a solidarizarse con todas las luchas en curso de trabajadores ocupados y desocupados. Y exigirles a los dirigentes de la CGT y CTA que rompan su pacto con el gobierno y las patronales para impulsar un paro nacional y plan de lucha.
Mesa Nacional del Plenario del Sindicalismo Combativo