El 25 de febrero y a través de los medios de comunicación, el eterno secretario general de la UTA, Roberto Fernández, informó a los trabajadores del gremio y a la población en general, que, sin ningún tipo de consulta a los compañeros del transporte, volvió a firmar un nuevo acuerdo paritario y por supuesto miserable. Fernández y la conducción de la UTA siempre de espaldas a los trabajadores.
En el acuerdo firmado por la UTA se compensan los 3 últimos meses de 2020 que habían quedado por fuera de la paritaria, con 3 cuotas de $5000 no remunerativos, o sea que no se computan ni para el sueldo, ni para el aguinaldo, ni para nada. Una vergüenza que encima vino acompañada por la levantada del paro del viernes 26 de febrero.
Una tremenda bronca recorre a las bases de nuestro gremio. Somos trabajadores de la primera línea, dicen que somos esenciales pero la única verdad es que estamos maltratados salarial y laboralmente. Hay mucha bronca acumulada, y no es solamente por plata, todavía resuenan los nombres de nuestros compañeros Leandro Alcaraz y Pablo Flores asesinados, de las promesas arrancadas con el corte de la General Paz que no se cumplen en lo más mínimo. Todavía no hay cabinas de conducción blindadas a pesar de que UTA saluda y festeja las renovaciones de flotas, ni siquiera custodias ante el ataque al compañero de la 303 de Morón y los 4 compañeros de la 266 de sur lastimados. Los trabajadores seguimos poniendo los muertos y los heridos mientras las patronales se llenan de plata y la conducción de la UTA sigue cobrando sus coimas y sus favores a las empresas.
Una burocracia amiga y socia de las patronales
Nada bueno se podía esperar de esta lacra, que asistió a la audiencia a pedir “humildemente” al gobierno que mediara entre una patronal que vive de los subsidios y una conducción gremial “prudente” que se anotó en la primera fila de ese engendro de pacto social llamado Consejo Económico y Social que se está formando, presidida por el amigo de Domingo Cavallo y ahora del presidente Fernández, Gustavo Beliz, e integrada por uno de los peores exponentes de los dirigentes sindicales traidores, Gerardo Martínez de la UOCRA, colaborador de la dictadura y servicio secreto del Batallón 601.
Hay que decir también que a la supuesta oposición de Miguel Bustinduy “el solidario”, mano derecha del monopolio DOTA no se le oyó decir palabra alguna sobre esta nueva entrega. Para firmar acuerdos contra los trabajadores Fernández y Bustinduy no tienen diferencias.
Desde que empezó la pandemia, hace ya un año, nos dijeron que éramos trabajadores esenciales y estuvimos todo el año de pandemia en la calle. Con algunos pequeños cambios en las unidades, nos quisieron convencer que nos protegían del COVID-19. Y ahora que llegan las vacunas a cuentagotas, nunca son para los trabajadores que estuvimos en la primera línea desde el inicio.
Rechazar esta entrega y organizarnos desde cada línea
Desde nuestra agrupación nacional ANCLA/MST y desde Uniendo Líneas, llamamos a repudiar esta nueva agachada, esta nueva traición de los dirigentes de la UTA, y a seguir el ejemplo del cuerpo de delegados y compañeros de la línea 60 que convocaron a asambleas el lunes 1/3 en varios horarios, para que participen todos los compañeros.
Creemos que hoy más que nunca ese es el camino a seguir en todas las líneas, todos juntos, golpeando en unidad, pasando por encima de los delegados que sean vendidos y organizando la bronca por abajo. Agrupando a los compañeros que en cada línea ya no aguantan más y quieren decir basta a esta desastrosa situación salarial y de nuestras condiciones de trabajo.
Si nos organizamos y coordinamos entre las distintas líneas, podemos avanzar en la lucha por la recomposición salarial que tiene que partir de los $100.000 de básico que levanta la línea 60 desde octubre del año pasado y avanzar en el modelo sindical que necesitamos, donde decide la mayoría incluidos los compañeros de técnica, sin patotas ni caudillaje. La coordinación en Interlíneas, las marchas a Panamericana de línea 60, el corte de Puente Saavedra, los compañeros de Almafuerte de Matanza y cada respuesta que damos cuando matan o lastiman a un compañero, vienen mostrando lo que hay que hacer. Basta de acuerdos miserables, basta de dádivas, somos trabajadores esenciales y eso se tiene que traducir ya en nuestro salario, dignificación del trabajo y vacunación urgente para todos.
Sergio Paz