Ayer lunes por la tarde se realizó la revisión paritaria de los estatales nacionales estipulada para enero. Tanto UPCN, gremio mayoritario, como ATE aceptaron un aumento del 23,13% repartido en 3 cuotas (10% en febrero, 8% en marzo, 5,3% en abril) para llegar a un 97% en la paritaria anual. Estos aumentos se dan sobre el monto salarial de enero del 2023. Además se actualizó el monto del reintegro por los jardines de primera infancia a 32 mil pesos y se espera una recomposición de grados para febrero y una actualización de licencias para abril.
Si bien ambos gremios festejan este logro en sus redes sociales y comunicados con la consigna de ganarle a la inflación, lo que ocultan es que hablan de porcentajes y no de montos. Hace tiempo venimos insistiendo en que lo que hace falta es una recomposición salarial real. A enero de 2023 una letra C grado 5 del agrupamiento general del convenio SINEP (que según ATE Capital es la letra y el grado promedio de las y los estatales) gana en bruto $148.800 pesos. Tomando ese salario como promedio, estamos a 90 mil pesos por debajo de los $238.000 que calcularon los compañeros del INDEC que debe ser nuestro salario para cubrir la canasta familiar de una familia tipo. La realidad es que los salarios hoy están devaluados. No se puede salir a festejar un acuerdo que naturaliza que una amplia mayoría de trabajadores estatales estén por debajo del mínimo que necesita una familia tipo.
Para los estatales nacionales el reclamo salarial es el más sentido, porque se acumulan años de pérdida del poder adquisitivo producto de las devaluaciones, las paritarias en cuotas heredadas del macrismo y la inflación mes a mes que licua los “aumentos” cuota tras cuota. Los trabajadores tenemos que decir basta, con paritarias como estas no ganamos los trabajadores gana la política de ajuste que el gobierno nacional aplica y que, una vez más, estas conducciones sindicales aplauden.
Desde Alternativa Estatal/ANCLA, creemos que es urgente salir a pelear por el salario y otras demandas. Necesitamos recuperar el 35% del salario que perdimos desde el 2015 hasta la actualidad. Eso no se va a resolver solo en una mesa en el Ministerio de Trabajo sin lucha y presión en los distintos organismos y en las calles. No festejamos montos mentirosos, exigimos salarios dignos, es decir, que cubran la canasta familiar. Además proponemos eliminar el pago en cuotas, establecer una cláusula gatillo, de actualización inmediata según la inflación, de lo contrario las revisiones serán siempre a destiempo e insuficientes. En todos los organismos se han logrado sumas adicionales o ítems de refrigerio pero terminan siendo en negro, no remunerativas, terminan siendo un placebo al igual que las horas extras ¡Basta de parches, todos los ítems tienen que incorporarse al básico! Y en los sectores donde se hayan conquistado convenios colectivos sectoriales que se reabran las mesas negociadoras para discutir el salario, la carrera laboral y toda la agenda político-gremial.
Frente a los embates del empresariado que aumenta indiscriminadamente los precios, la inacción del gobierno y un FMI que exige más ajuste es fundamental construir desde abajo una fuerza que se plantee dar las peleas que las conducciones sindicales, por tibias y cómplices del gobierno no están dispuestas a dar. Les estatales tenemos y podemos recuperar los espacios de debate y acción, impulsando asambleas en los sectores, exigiendo plenarios y un paro nacional para enfrentar el ajuste en las calles.