Con un tratamiento exprés la dirigencia gremial de los estatales bonaerenses pactó con el gobierno el cierre de la paritaria de la 10.430.
Primero fue Alberto Fernández quien con la complicidad de los sindicatos amigos cerró de la mano de UPCN y con la pasividad de ATE, un acuerdo paritario (que solo discute salario) del 7 %. No solamente desconocieron los acuerdos de revisión previstos para noviembre 2019 y marzo 2020 sino que también avanzaron ajustando a la baja, ya que la inflación en el periodo que va de paritaria a paritaria acumula casi un 50 % de inflación.
Ahora, los estatales bonaerenses corrimos una suerte parecida: un aumento en cuotas y que en promedio a lo sumo llega al 15% nos quieren hacer creer que es un acuerdo beneficioso.
La verdad sobre el acuerdo
Lamentando la flaqueza de las finanzas provinciales y sobreactuando un esfuerzo inexistente, el gobierno propuso un 10% para septiembre, al cual se suma un 2 % en octubre y un 2% en noviembre.
Reacomodando las asignaciones familiares y subiendo levemente algunas bonificaciones según el sector del estado, barnizaron la propuesta prometiendo una recategorización extraordinaria… a partir de enero.
Y, como frutilla del postre, agregaron un bono en negro y por única vez de $2000 para noviembre, pero solo a los estatales que en ese mes cobren menos de $33.750.
Resultante: un trabajador de la ley 10.430 cobrará en noviembre, contando el bono en negro y por única vez, 28.700 pesos. Y en diciembre, les trabajadores de las categorías iniciales percibirán 26.700 pesos. Una vergüenza. ¿Dónde están los 28,5% de aumento que propagandiza el gobierno de Kicillof?
La dirigencia de ATE embellece el acuerdo
Que UPCN y Fegepba acepten in limine, sin consultar y alabando al gobierno de turno, no nos sorprende. Es el modus operandi de toda la vida de esta burocracia gobiernera.
Pero ahora es la dirigencia de ATE quien se ha sumado a al coro pro oficialista. Históricamente la dirigencia de las Verdes, poco afecta a la lucha, rechazaba una paritaria que cerraban sus colegas de la CGT. Lanzaba alguna medida de movilización acotada y, criticando a quienes habían colocado su firma, metía violín en bolsa posando de combativos.
Esta vez no cuidaron ni las formas. Se fueron en elogios para con el gobierno durante las sesiones paritarias y adelantaron su aceptación. Salieron a embellecer de manera casi impúdica ese acuerdo, tildándolo de histórico, que recuperaba el salario, que le ganaba a la inflación, con mentirosa la afirmación que los aumentos llegaran al 35 %. Peor sabemos que no es así. A una categoría 5 de auxiliares de educación que su sueldo de bolsillo actual es de casi $24000 y que al final de las cuotas llegará a $28200, la dirigencia de ATE la presenta como un triunfo.
No sólo difundieron profusamente un acuerdo mentiroso. Tampoco consultaron a la base. En un plenario exprés del CDP y encima “por mayoría” cerraron. Y, esta vez, sin amague de medida de lucha alguna.
Aceptan que seamos variable de ajuste, omite la situación de miles de auxiliares reemplazantes, de los cuales muchos ni siquiera están cobrando su sueldo y pretende que festejemos.
Espacio aparte merecen lxs trabajadorxs de la salud, quienes desde hace un tiempo y con los compañerxs de capital federal como punto de lanza, vienen llevando adelante una dura pelea que no solo tiene que ver con el reconocimiento económico por ser la primera línea ante la pandemia, si no que expresa la desesperación de ver caer como moscas a sus compañerxs producto de la falta de empatía de los distintos gobiernos que ya han decidido abandonar toda política tendiente a contener los contagios y que ha dejado en sus manos esa tarea. El gobierno de Kicillof les asignó un aumento del 11%, con lo cual no alcanzaría a cubrir siquiera la mitad del valor de la canasta básica que hoy está en $72.200. Y quedarían por debajo de la canasta oficial de pobreza de $ 45.478.
Organizar la pelea
Había plata. Mientras se le bajan las retenciones al campo o se otorgan aumentos que rondan el 40% a la maldita policía bonaerense, a los realmente esenciales nos aplican un duro ajuste, dejando al descubierto cuáles son sus verdaderas prioridades: la deuda, de la que Kicillof lleva pagados lleva pagados 300 millones de dólares, y la ganancia empresaria.
Hay que preparar la pelea, no esperar a la prometida reapertura de fin de año. Por un verdadero aumento salarial acorde al valor de la canasta familiar ($72.700) con actualización automática según inflación real. Reincorporando despedides, pasando a planta a todes y avanzando en las condiciones laborales que nos merecemos. Con la plata de la deuda y cobrándole fuertes impuestos a las patronales de la provincia, hay plata de sobra para les trabajadores. Rechacemos esta burla y preparemos y reclamemos un plan de lucha.
Es hora de dar vuelta todo, desde Alternativa Estatal (ANCLA/MST) en la Multicolor te invitamos a que te organices con nosotros para impulsar esta pelea y también para avanzar en nuevos dirigentes que consulten y quieran pelear. Por un nuevo modelo sindical que priorice a lxs trabajadorexs, que sea democrático y sin ataduras con ningún gobierno.