Este lunes en distintos medios como La Nación y el DiarioAR, se publicaron más novedades del trabajo que lleva a cabo el equipo de investigación[i] sobre los Pandora Papers. En este caso el centro de la escena lo ocupan los dueños de la tan reconocida empresa Baggio, como responsables de un modo de operar igual al del resto de los mega-millonarios del país.
El estruendoso conflicto familiar entre los hermanos Ruffino Pablo y Juan Alejandro Baggio, en pleito por la herencia que significa el emporio de los jugos, tiene un nuevo capítulo que ya comienza a hacer eco en la ciudad de Gualeguaychú y en el resto del país. La disputa en el seno de esta familia empresaria, que en 2020 tuvo el inicio de un conflicto jurídico por la desaparición de casi US$7 millones que salieron de la firma RPB SA (Baggio), hoy parecen estar totalmente relacionados con el hallazgo periodístico que descubrió una offshore en las Islas Vírgenes Británicas vinculada a parte de los Baggio.
Aquella denuncia que tenía como ruta la fuga de capitales hacia una empresa fantasma en Hong Kong, que luego tuvieron destinos en bancos del paraíso fiscal más grande del mundo, Estados Unidos, hoy parece encontrar un tentativo cierre del lugar donde se hallaban los fondos. Según relata el equipo de investigación de los Pandora Papers, Celia María Munilla, viuda del fundador y madre de los hermanos en disputa, un año antes de que Ruffino Pablo denuncie a su hermano Alejandro por fugar fondos y vaciar la empresa, fundó LSH Global Ltd, una sociedad inscripta en las Islas Vírgenes Británicas.
La firma aludida, que según indican los portales de La Nación y el DiarioAR fue creada con el propósito de realizar “inversiones líquidas”, cuenta con un poder firmado por Munilla a Alejandro. El dato resonante es que, así como se acusaba por parte de Ruffino Pablo el desvío de fondos por US$ 7 millones de la firma RPB SA, la guarida fiscal tuvo movimientos de inversiones por la misma suma.
Un saqueo que no sólo afecta un apellido
Más allá de lo que pueda significar la rencilla familiar, lo preocupante es la estafa que está saliendo a luz y comprende a las grandes empresas del país. En una Argentina atrapada en la miseria donde casi la mitad de la población está sumergida en la pobreza, se descubre y sin sanción alguna que una cantidad de firmas empresarias, aquellas que se quejan de las “cargas impositivas” o el “costo” de los salarios, resultan ser las primeras estafadoras.
La empresa que reside en nuestra ciudad suma una historia más a esta serie de delitos financieros que comprende a casi 3000 sociedades. El mecanismo de “lavado” en los paraísos fiscales, resulta también ser algo permitido por los partidos políticos tradicionales. A tal punto que, en caso de necesidad, les permiten reingresar lo fugado con “blanqueos” y demás beneficios impositivos.
Hablar de la historia familiar de los Baggio, es discutir sobre la estructura económica del país. Claro que, lejos de quedarnos con el hecho, es necesario que pensemos horizontes nuevos para terminar con estas injusticias. Pero nada bueno puede venir de las recetas que tanto agitan los mismos empresarios y figuras del Frente de Todos o Juntos por Entre Ríos. Las tan reclamadas reformas laborales, impositivas o jubilatorias, lejos se encuentran de ser una solución, más bien son medidas que pueden agudizar el estado de situación en el que nos encontramos.
Pensar nuevos horizontes, es pensar medidas a favor de los que venimos siendo víctimas de las fugas de capitales. Aunque nos quieran hacer creer que estamos ajenos a estas historias, somos la parte damnificada. Los dólares fugados se traducen en las penas que luego se plasman en los escalofriantes indicadores sociales. Aplicar fuertes impuestos permanentes a las fortunas personales y a las sociedades y nacionalizar la banca conjuntamente con el comercio exterior, son algunas propuestas que nos pueden volver más soberanos. Seguir avalando el comportamiento de las “grandes familias” argentas es lo que nos está llevando al fracaso.
[i] El equipo está integrado por los siguientes periodistas: Hugo Alconada Mon, Maia Jastreblansky y Ricardo Brom (La Nación); Mariel Fitz Patrick, Sandra Crucianelli e Iván Ruiz (Infobae); y Emilia Delfino (elDiarioAR)