Luego de la refinanciación de la deuda con el Club de París del ministro Guzmán y de las declaraciones del gobierno sobre este “gran logro” del ministro, distintos economistas han comentado sobre el curso de las negociaciones con el FMI ¿El Fondo aceptará mejores condiciones para el pago? ¿Hasta dónde llegan las diferencias entre el kirchnerismo y Alberto sobre el pago de la deuda?
Con una política encaminada a cerrar con el FMI un acuerdo para la refinanciación a 10 años de la fraudulenta deuda contraída por Macri por U$S 45.000 millones, de cara a evitar en el período pre electoral hacer pagos importantes de las reservas que lo obliguen a ajustar aún más a los trabajadores y sectores populares en medio de la campaña, el gobierno refinanció el vencimiento de la deuda con el Club de París. Acaba de negociar patear el actual vencimiento por U$S 2.400 millones, con un pago parcial de capital de U$S 430 millones dividido en dos cuotas, una el 31 de julio y la otra mitad el 28 de febrero de 2022, fecha en que debería llegar a un acuerdo de pago por el total de esa deuda.
Como la mayoría de las deudas con los usureros imperialistas, para los mandamases del mundo es mejor que “refinanciemos” esta deuda, ya que los intereses son leoninos: 9% anual en dólares. Hasta Macri logró mejores tasas (3,5%) en su fraudulento acuerdo, y esas tasas también son exorbitantes.
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Ahora muchos se preguntan qué hará el gobierno con los U$S 3.600 millones de vencimientos con el FMI que restan pagar antes de fin de año, en momentos en que las reservas líquidas del Banco Central (U$S 6.800 millones) son necesarias para cubrir importaciones. De estos pagos, U$S 1.840 millones vencen en septiembre y el resto en diciembre.
En un principio, Guzmán había anunciado que cubriría estos compromisos, para no entrar en default con el Fondo hasta que cierre la negociación total de la deuda, con parte de los U$S 4.353 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG) que el Fondo girará a la Argentina. Estas remesas son parte de un giro mayor a nivel mundial[i], para auxiliar a sus miembros con fondos prestados para afrontar la emergencia de la Pandemia.
Luego el kirchnerismo apareció objetando el uso de estos fondos para cumplir con el FMI y planteó que deberían ser usados para la emergencia del Covid (y la campaña electoral) y que había que endurecerse en la negociación con el FMI. A lo que muchos opositores han dado manija para mostrar la “irresponsabilidad” de Cristina y el kircherismo, mostrando que ellos son los verdaderos “nacionales y populares”.
Lo cierto es que la búsqueda de acuerdos con distintos sectores del imperialismo para flexibilizar las exigencias del Fondo llevada adelante por Guzmán y Fernández como también Massa en su reciente viaje a EE.UU., han chocado con la misma piedra que el vice secretario del Tesoro de EE.UU. señaló en su reciente entrevista con el ministro de Economía: que Argentina necesita, antes de cualquier consideración, un “plan económico sustentable” y cerrar con el FMI. Frente a esto, algunos analistas especulan sobre algún acuerdo “light” de corto plazo y la mayor parte señala que sin un acuerdo completo el país deberá pagar sí o sí lo próximos vencimientos, ya que los estatutos del Fondo no permiten pagos parciales, para lo cual se deberán usar los mencionados DEG.
¿Se enfrentarán finalmente al Fondo Guzmán y el kirchnerismo?
Lo cierto es que, aunque todo el acuerdo aún no está cerrado y existen los tironeos lógicos de una negociación en curso, Guzmán está cumpliendo con un ajuste tremendo sobre las cuentas fiscales, uno de los principales reclamos del Fondo. En los meses que va del año, no solo no tuvo déficit (ni el 6,5% del PBI del 2020, ni el 4,5% del presupuesto acordado previamente con los técnicos del organismo), sino que tuvo superávit.
Esta plata, este “ahorro”, salió del gasto social. Fundamentalmente de un tremendo sacudón en lo que se paga por jubilaciones, en el dinero destinado a desarrollo social y a enfrentar la emergencia del Covid 19. Este año, con el pico de la epidemia y 90.000 muertos, se gastó mucho menos que en el año pasado. Tanto se ahorró que ahora se están discutiendo algunas “gastos sociales” para hacer campaña electoral.
Hasta ahí llega la combatividad soberana del kirchnerismo, alharaca nacionalista para la tribuna, ajuste y más ajuste para cumplir con el pago de la deuda. Así ya lo había señalado Carlos Pagni, quien reconoció en un reciente programa estas cuentas fiscales del gobierno. Según este periodista liberal, el gobierno del Frente de Todos no quiere cerrar el acuerdo antes de las elecciones porque “dejás escrito en letras de molde las políticas que vas a hacer para cumplir ese acuerdo con el Fondo”.
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Más allá del discurso electoral, lo cierto es que en la necesidad de cerrar un acuerdo con el FMI y pagar la fraudulenta deuda externa de $ 45.000 millones, no hay grieta entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, ni diferencias de fondo al interior de la alianza gobernante. Para cerrar con la entidad que preside Kristalina Georgieva se va a necesitar un ajuste aún más grande: seguir rebajando el presupuesto social, en particular el destinado a las jubilaciones, manteniendo la actual rebaja de los salarios de los docentes y empleados públicos; profundizar la flexibilidad laboral en curso e incluso algunos economistas hablan de una nueva y brutal devaluación para seguir licuando salarios y presupuestos públicos.
El hecho es que Néstor primero y Cristina después fueron pagadores “seriales” al FMI y a los acreedores de la fraudulenta deuda del país. Es el MST en el FIT-U quien propone romper y dejar de pagar esa sangría que representa la brutal y fraudulenta, deuda externa.
[i] El FMI remitirá U$$ 650 mil millones en DEG para enfrentar la crisis de la pandemia del Covid 19.