A partir de lo que se dio a conocer desde la Jefatura de Gabinete, por medio de un comunicado y un tuit de Santiago Cafiero, el gobierno convocó para la semana que viene a empresarios y sindicatos para discutir un acuerdo de precios y salarios.
Luego de que se efectuaran sucesivos aumentos en naftas y gasoil -con su correlato en el aumento de precios de los alimentos- motivando una escalada inflacionaria que consultoras privadas prevén en un 4% o 5% para el mes de enero, llega este cónclave entre empresarios, la cúpula de la CGT y el gobierno. Según Cecilia Todesca, vicejefa de Gabinete de la Nación, la reunión tiene como objetivo “convocar tanto a las y los trabajadores como a las y los empresarios, porque queremos discutir con ellos nuestra metodología de trabajo”.
Cabe destacar que, aunque desde el oficialismo hoy sentencien que “es momento para hacer un esfuerzo grande para hacer converger las variables de precios, salarios y gasto en torno a lo que hemos puesto en el Presupuesto”, esta reunión se da en un marco donde la CGT, una semana atrás, rechazó con mucha diplomacia el tope de aumento impuesto por parte del gobierno. Santiago Cafiero remarcó “somos un gobierno peronista: vamos a defender las paritarias libres, sin pisos ni techos”, pero fue el mismo Héctor Daer quien se encargó de salir por los medios a tirar por la borda el techo del 30% de aumento propuesto por parte del gobierno que había generado malestar en los lugares de trabajo.
Sin dudas, los funcionarios del gobierno de Alberto Fernández, aunque ahora lo nieguen, van a buscar seguir degradando los salarios que llevan tres años consecutivos de pérdida de poder adquisitivo por ubicarse los aumentos por debajo de los índices inflacionarios. Es parte del acuerdo con el FMI. El cinismo y doble discurso no tiene límites, a tal punto que Todesca argumentó que para cumplir con los números del Presupuesto 2021, se necesita el “compromiso de los trabajadores y también de los empresarios”. Para sintetizar, podríamos decir que desde el gobierno miden con la misma vara a los empresarios que subsidiaron todo el 2020 vía el programa de ATP -para resguardar sus ganancias- y a los trabajadores que solo han visto cómo se degradaron sus ingresos.
A pesar de las rispideces mencionadas entre uno de los popes de la burocracia sindical y la política paritaria dictada por Alberto Fernández, no se puede depositar ninguna esperanza en la reunión convocada, donde van a transar a espaldas de los trabajadores. Las patronales que han despedido sin discreción durante todo el 2020 y tampoco han respetado los protocolos de Covid-19 para los trabajadores no provocaron ningún tipo de reacción a la cúpula de la CGT ni de ninguna otra dirección sindical burocrática. Las verdaderas soluciones salariales no van a venir de reuniones palaciegas, donde solo se acordarán medidas ajenas a las realidades de los ingresos de las mayorías trabajadoras. Ante el rumbo tomado por el Frente de Todos, donde se prioriza defender los intereses de las empresas antes que el de los trabajadores, es necesario organizar la resistencia desde las bases. Hay que reclamar un paro y plan de lucha nacional. Pero la única garantía es prepararlo desde abajo con asambleas y reuniones de activistas. Y con coordinación de los sectores sindicales combativos. Para rechazar el ajuste pactado y pelear en las calles por un programa alternativo, obrero y popular.