Compartimos la declaración nacional de Libre Diversidad MST rumbo a las marchas del orgullo en Argentina.
Se vienen marchas del orgullo en todo el país y sobran motivos para salir a luchar. Los discursos de odio de Milei y su séquito impactan nuestras vidas: los crímenes de odio crecieron un 70% este año. Intentaron recortar la ley de identidad de género, los derechos no binaries y el acceso a programas de VIH, mientras niegan el patriarcado y nos culpan de todos los males. La oposición apenas nos menciona para hacer propuestas tibias de campaña.
Solo la lucha callejera frena esta ofensiva hetero cis patriarcal, como lo demostramos el 1F con la primera marcha antiracista, antifascista y disidente. Unificamos la bronca popular y le hicimos temblar el piso al gobierno. Ese es el camino. Para sostener lo conquistado y avanzar, hay que terminar con este gobierno de odio, ajuste y represión. ¡Milei se tiene que ir!
Denunciamos que mientras el gobierno nacional difunde odio, los provinciales y municipales —sean peronistas o radicales— aprovechan para recortar presupuestos que garantizan nuestros derechos. Hoy más que nunca, recuperemos nuestras reivindicaciones, ganemos las calles y construyamos una gran acción que deje claro que los que deben retroceder son los fachos, machos y antiderechos, no nosotres.
Son una reacción mundial
En cualquier país, los fachos buscan recortar nuestros derechos. Desde Estados Unidos a Rusia, las políticas contra nuestra población van desde negar salud a personas trans hasta ilegalizarnos. La ultraderecha entendió que la cuarta ola es feminista y disidente, profunda, antipatriarcal y anticapitalista. Quieren desmontar nuestras conquistas y limitar nuestra existencia, pero como dijo Diana Sacayán: “nosotras no pedimos permisos para ser, existimos y resistimos”. Y nosotres sumamos: avanzamos por más derechos hasta que el mundo sea como lo soñamos.
Hoy la pelea está abierta. Gobiernos giran a la derecha, ascienden fuerzas protofascistas, y los dueños de todo nos usan de chivo expiatorio para justificar el ajuste. En esa ofensiva aparece la cara más violenta del capitalismo patriarcal: el fascismo, que intenta usar nuestras luchas para lavarse la cara. No lo vamos a permitir.
No hay orgullo con un genocidio
La humanidad presencia un genocidio transmitido en vivo. Entre sus cómplices están los ultraderechistas y organizaciones LGBT ligadas al PJ que promueven el pinkwashing de Israel. Al gobierno de Milei y a las agrupaciones LGBT sionistas les decimos: ¡No en nuestro nombre!
A quienes preguntan por qué nos importa lo que ocurre lejos, respondemos que este holocausto concentra las contradicciones de nuestra civilización. Es el modelo que la ultraderecha capitalista quiere imponer.
Para sostenerlo, los Estados sacrifican libertades, derechos sociales y el equilibrio ambiental. Se ataca el derecho a la protesta, la salud, la educación y los salarios dignos, todo para alimentar el armamentismo. Los palestinos descartables resurgen en migrantes explotados, juventudes empobrecidas y personas LGBT perseguidas en todo el mundo. Por eso, esto nos importa profundamente.
No hay orgullo en el genocidio. Abajo el pinkwashing sionista
Denunciamos el pinkwashing[i] como parte de una política global de ocupación y exterminio que maquilla a Israel como defensor de derechos humanos, mientras impone apartheid y difunde prejuicios racistas sobre pueblos árabes y musulmanes.
Colectivos LGBT ligados al PJ y voceros del sionismo afirman que no podemos apoyar a los árabes porque nos matarían, ignorando que Israel y Netanyahu se alían con los mayores enemigos de las personas LGBT, como Trump, Bolsonaro y Orban. Las políticas genocidas no distinguen entre palestinos LGBT y quienes no lo son.
Rechazamos esta campaña cómplice del genocidio. No queremos a Israel en los espacios del orgullo. Abrazamos la lucha palestina por una liberación inseparable de la nuestra: una Palestina libre, laica, democrática y socialista, posible solo con una revolución de los pueblos árabes.
La limpieza étnica palestina fue sostenida por gobiernos de todo signo, incluidas las “democracias” occidentales. Pero un movimiento solidario global la desenmascaró: acampes universitarios, flotillas humanitarias como la que integró Cele Fierro, y huelgas generales. Hoy, el apoyo a Israel se reduce a la ultraderecha mundial. Sin embargo, el genocidio continúa bajo un falso acuerdo de “paz” que convierte a Gaza en un principado manejado por quienes fabrican las bombas que ayer caían sobre hospitales y escuelas.
Sionismo, patriarcado y capitalismo. Que caigan juntos
Tras el ascenso de la cuarta ola feminista-disidente a nivel mundial, emergió una podrida reacción liderada por la ultraderecha.
Con argumentos religiosos y biologicistas reciclados, buscan reinstalar el disciplinamiento sexual en los territorios donde hubo avances, al servicio de regímenes más autoritarios. Esta ofensiva no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para imponer superexplotación sobre los pueblos y la naturaleza, en beneficio de la obscena riqueza capitalista.
La ideología machista y la xenofobia que promueven apuntan a disciplinar las relaciones sociales y preparar a las clases empobrecidas para la confrontación interimperialista. La reacción contra las identidades trans busca restaurar el control reproductivo sobre las mujeres y replegar las tareas de cuidado en la familia nuclear, como resultado del desmantelamiento de los presupuestos estatales para derechos sociales.
Sin embargo, frente a esta avanzada conservadora, el movimiento feminista-disidente surgido de la cuarta ola ha respondido con acciones callejeras en distintos puntos del planeta. Estas movilizaciones, junto al movimiento global por Palestina y la Generación Z en defensa de sus derechos sociales, han abierto una coyuntura de ascenso de explotades y oprimides.
Ni un derecho menos, ni un facho más. Fuera Milei
La ultraderecha impulsa discursos de odio que derivan en asesinatos de personas LGBT, como ya ocurrió en nuestro país. La negativa a sancionar la ley integral trans o reformar la ley antidiscriminatoria busca cambiar las relaciones de fuerza a favor de los explotadores.
Tenemos el desafío de poner en juego nuestra historia de lucha, la de Lohana Berkins, Pablo Vasco y otros, para frenar el genocidio. Eso exige terminar cuanto antes con el gobierno cómplice de Milei por ajustador, coimero, narco y antiderecho. Es en defensa propia, es por todes.
Las luchas recientes construyeron conciencia, como se vio en el masivo 1F o en las marchas por el triple femicidio-narco. Las marchas del orgullo serán otra expresión del rechazo a las políticas liberfachas.
Las derrotas legislativas y la probable caída electoral de Milei no deben ocultar la responsabilidad del PJ en la crisis y frustración popular, tanto en su gobierno anterior como en sus gestiones actuales, donde sigue ajustando, precarizando y, en algunos casos, respaldando al sionismo o denunciándolo con tibieza.
Aunque buscamos la mayor unidad en las calles contra Milei, sus políticas de odio y el sionismo, no dejamos de criticar a la CGT, al PJ y a los gobiernos que permitieron el avance del negacionismo.
Vivimos tiempos desafiantes. La debilidad coyuntural de la ultraderecha es una oportunidad para desplegar una lucha sin concesiones. Para eso, es clave fortalecer una organización LGBT de izquierda, que combine unidad en la diversidad con convicción revolucionaria. Te invitamos a sumarte a las marchas del orgullo en las columnas de Libre Diversidad y el MST, y a militar con nosotres.
Ni un derecho menos, ni un facho más. Fuera Milei.
No hay orgullo en el genocidio. Abajo el pinkwashing sionista. Palestina Libre.
Ni motosierra ni precarización: implementación ya del cupo laboral trans.
Aprobación de la ley integral trans y reforma de la ley antidiscriminatoria.
[i] El pinkwashing es un concepto que se refiere a la estrategia de gobiernos o corporaciones que promueven una imagen de respeto hacia los derechos LGBT para ocultar o justificar otras formas de violencia estructural. En el caso de Israel, se trata de una política estatal deliberada que presenta al país como un “paraíso gay” para desviar la atención de su ocupación militar, apartheid y genocidio contra el pueblo palestino.