miércoles, 18 diciembre 2024 - 22:57

Lago Escondido. El infierno en el paraíso

Compartimos a continuación la columna de opinión de Cele Fierro, dirigente nacional del MST-FIT Unidad, publicada originalmente en Las 12, suplemento feminista de Página 12, sobre su participación en la Séptima Marcha a Lago Escondido.

Hablar de soberanía, de la defensa de nuestros bienes comunes indefectiblemente es también hablar de entrega, de despojo, de violencia. Lamentablemente es así. La patota de Lewis que nos atacó, a 200 metros de la ruta 40, en el camino público de Tacuifí, lo hizo porque gozan de impunidad. Esta vez no se van a salir con la suya como están acostumbrados.

Esta vez, se toparon con militantes que luchamos conscientemente por recuperar Lago Escondido, por nuestra soberanía. Se encontraron con militantes que estamos dispuestas a tocar los intereses de Joe Lewis, dejando en evidencia la connivencia entre el poder político, económico y judicial. Con la violencia que ejercieron, lo dejaron aún más en evidencia. Porque lo hicieron con la misma impunidad con la que Lewis hoy tiene su propio enclave británico en la Patagonia, apropiándose de un bien público como es el Lago Escondido, adquiriendo esas tierras de forma ilegítima, que aún goza por el amparo de todos los gobiernos. Hoy no es prioridad para la gobernadora de Río Negro, Carreras, pero si fue prioridad la creación y puesta en acción del comando unificado con nación para reprimir a las compañeras mapuches, que hoy siguen detenidas.

Volvió a quedar claro que en esas tierras hay un Estado paralelo, como cuando se conocieron las reuniones secretas. Sus fronteras son esos portones de hierro que impiden el paso. Su seguridad, es la inseguridad de toda la población. Son una patota, sicarios al servicio del patrón. Pueden usar boina y colgar una bandera argentina, pero defienden los intereses del inglés. En ese Estado paralelo no acatan fallos judiciales, la policía actúa para ellos, la Justicia no va a fondo ni el gobierno los enfrenta porque trabajan también en beneficio de sus intereses. Indigna, pero no sorprende, es la misma impunidad con la que se manejan todos los ricos y poderosos.

Y lo más grave, es que pueden ser oligarcas vestidos de gauchos o la fuerza de seguridad reprimiendo a los pueblos originarios. En la Patagonia, y en el país todo, ya no importa quién reprime. El que lo hace muestra un ensañamiento sistemático contra quienes queremos defender nuestros territorios, nuestros bienes comunes. Y esa represión, es avalada por el Estado, tanto nacional como los provinciales. Esta semana fue Lago Escondido, pero antes fue Bariloche contra las hermanas mapuches que siguen detenidas, fue contra los compañeros de Andalgalá, Catamarca y en Chubut a quienes se movilizaron contra la megaminería.

No me arrepiento de poner el cuerpo, y estoy convencida que lo vamos a seguir haciendo y cada vez vamos a ser más. Porque si la decisión política de quienes nos gobiernan es seguir avalando la compra ilegal de nuestras tierras, su extranjerización, el saqueo de la mano del extractivismo y la usurpación de nuestros lagos, nuestra decisión es seguir enfrentándolos. A pesar de que cada día inventan una nueva forma de atemorizar a quienes lo hacemos, queriendo amedrentarnos, cada vez vamos a ser más.

Y cuando hablamos de nuestra lucha por la soberanía no solo hablamos de Lagos, también hablamos del reclamo por las Malvinas. Y también es contra el FMI. Porque el FMI al estar co-gobernando nuestro país, pone en riesgo no solo nuestros bolsillos, sino también nuestras tierras y agua ¿o cómo se explica tanto fuego, tanto desmonte luego del acuerdo? ¿las petroleras off shore? ¿O la promoción de los falsos motores de desarrollo? El horizonte es el extractivismo y todo para pagar una deuda fraudulenta, de una entidad estadounidense. Ahí también perdemos soberanía de la que, quienes firmaron ese acuerdo, luego hablan y se rasgan las vestiduras.

Al final, todas estas causas convocan a pelear por la soberanía, por una verdadera independencia. Como socialistas decimos que es por la 2da, la definitiva. Porque la lucha antiimperialista está ligada completamente a terminar con este sistema capitalista. Peleamos por todo esto, para cambiar de raíz este modelo, que genera más desigualdad. Nos organizamos para dar batallas que nos lleven a que las decisiones estén en nuestras manos, en las manos de las y los de abajo, de las y los trabajadores, de los oprimidos. Para que la tierra sea de quien la trabaja. Que los lagos, mares, todos nuestros territorios no sean saqueados. Que para llegar al paraíso no tengamos que cruzar tranqueras, rebenques. Que para disfrutar del paraíso en la tierra no tengamos que pasar por el infierno. Tirar por la borda a los piratas es clave en la pelea por un país realmente soberano, y un mundo, en clave eco-socialista, donde las mayorías podamos disfrutar de toda su belleza, dejen de cercarlo, saquearlo, contaminarlo, y que deje de ser privilegio apropiado por una minoría.

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