viernes, 22 noviembre 2024 - 23:27

Olivos. La misoginia y la miseria política

Al haberse hecho públicos unos listados de visitas -algunas nocturnas- a la Quinta de Olivos durante los tiempos más restringidos de la cuarentena, desde la derecha política y social se lanzó una repudiable campaña de posteos en las redes sociales, declaraciones y comentarios.

En esa campaña, la evidente intención política de atacar al gobierno nacional se combinó con toda una sarta de barbaridades e insultos de carácter abiertamente patriarcal y misógino. Así, mujeres como la asesora Sofía Pacchi, la periodista Úrsula Vargues y la actriz Florencia Peña fueron atacadas no sólo por ser mujeres sino por brindar supuestos servicios sexuales.

En cambio, no pasó lo mismo con visitantes varones a Olivos en ese mismo período, como el actor Luis Brandoni, el empresario Adrián Suar o el conductor Marcelo Tinelli, que habían concurrido allí por los mismos motivos que Peña: reclamarle al presidente de la Nación por la crítica situación del sector artístico debido a las restricciones por la pandemia.

Esta desigualdad tan abrumadora es otra expresión más de que esta sociedad capitalista también sigue siendo patriarcal. El colmo de la bajeza fueron algunos diputados del macrismo, como Fernando Iglesias, que repite lo de “escándalos sexuales” y “puticlub” sin pruebas, y Waldo Wolff, que en la misma tónica agraviante habló de “ella de rodillas”. Un machismo y una miseria política que asquean.

Desde ya, el Frente de Todos aprovechó esta situación para victimizarse y algunas de sus diputadas proponen expulsar a Iglesias y Wolff de sus bancas. Nos parece puro oportunismo, porque si fueran coherentes también deberían pedir la expulsión de varios de sus pares del bloque oficialista, en donde también abundan los dinosaurios.

A su vez, más allá de protocolos o permisos, irrita la ventaja de personas afines al gobierno, o incluso no afines, que por ser figuras gozaron de privilegios para circular mientras la gran mayoría no tuvo el mismo derecho. Con mucha mayor legitimidad, hay gente que no pudo visitar a parientes enfermos ni tan siquiera darles un último adiós a seres queridos.

En este caso, la verdadera grieta no es entre gobierno y macrismo. La principal grieta real es el desprecio a la mujer versus el privilegio patriarcal. Y a un nivel menor, también es la diferencia entre la gente común y el privilegio de la casta política y sus amistades. Como socialistas, rechazamos todo privilegio y nos solidarizamos con las mujeres agredidas y también con quienes sufrieron las restricciones por no integrar ninguna élite.

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