El 11 de julio, diputados del partido La Libertad Avanza (LLA), liderado por el presidente Javier Milei, visitaron el penal de Ezeiza y se encontraron con condenados por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
Los diputados que formaron parte de esta “visita humanitaria”, fueron Beltran Benedit, Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra, Lourdes Arrieta, María Fernanda Araujo y Rocío Bonacci. Todos ellos son representantes del LLA, un partido que frecuentemente niega los crímenes cometidos durante la dictadura genocida.
Los mensajes
“Fuimos a ver a excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista por orden de un gobierno constitucional”
Fue de esta manera que el diputado de LLA por Entre Ríos, Beltrán Benedit, describió su visita al penal de Ezeiza.
En realidad, esos “excombatientes” son criminales condenados por crímenes de lesa humanidad, que participaron en las atrocidades de la dictadura. La “subversión marxista” se refiere a las víctimas del terrorismo de estado que devastó el país durante la dictadura.
Este es el pensamiento del bloque de diputados que, junto con Benedit, realizó esta “visita humanitaria”. Una afrenta al pueblo argentino, que sufrió durante el régimen dictatorial y continúa sufriendo, ahora bajo un gobierno que intenta de todas formas reescribir este oscuro capítulo de nuestra historia.
Apología del crimen
Esas y otras afirmaciones del diputado se difundieron ampliamente en redes sociales, revelando una tentativa deliberada de propagar estas ideas negacionistas. Estas no constituyen simplemente una opinión personal, sino que reflejan el pensamiento predominante del gobierno Milei-Villarruel respecto a la dictadura y a otros temas relacionados con los derechos humanos.
De acuerdo con el artículo 213 del Código Penal, “Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que hiciere públicamente y por cualquier medio la apología de un delito o de un condenado por delito”. En otras palabras, la conducta de los representantes de este gobierno es un crimen en sí mismo.
No podemos permitir que esta tentativa de distorsionar la realidad siga en curso, mucho menos que torturas, desapariciones forzadas, robos de bebés y asesinatos sean considerados aceptables. Porque eso es lo que los actos y las palabras del diputado Benedit significan.
Marcela Gottschald