lunes, 18 noviembre 2024 - 10:17

Informe de Junta Interna ATE – INDEC. Para no ser pobre una familia necesitó $930000 en enero

Desde primer mes de la gestión de Milei, la situación de la clase trabajadora se agrava y los datos lo reflejan. La política de ajuste que se implementó desde el primer día de mandato dejó una brutal devaluación del casi 120% del peso argentino. La consecuente depreciación de los ingresos, producto a su vez del achicamiento del Estado a través de despidos y la falta de recomposición salarial, siguieron embarrando la cancha para muchos que aún no pueden ni siquiera costear los mínimo de lo mínimo. Es en este contexto la junta interna de ATE-INDEC volvió a realizar su medición con respecto al primer mes de gestión, para indicar de cuánto debería ser el salario mínimo que contemple el gasto de una familia tipo (compuesta por dos mayores de 35 años y dos menos en edad escolar).

Los trabajadores necesitaron en enero de 2024, $931.323 para satisfacer sus necesidades mínimas de un hogar constituido por una pareja con dos hijos. Este valor se compone de $ 341.302 necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $ 590.021 para acceder a otros bienes y servicios básicos. Un año atrás, para cubrir los gastos mínimos se necesitaban $ 253.647. El desfasaje entre la variación de salarios y la corrida de precios, demuestra el carácter del gobierno y para quién responde. Mientras los sueldos, jubilaciones e ingresos en general quedan congelados y perdiendo poder real, los empresarios llenan sus bolsillos con ganancias monumentales producto de las remarcaciones o tarifazos.

Las canastas utilizadas para este ejercicio no son las utilizadas por el INDEC para la medición de la pobreza, que en enero de 2024 llegó a un monto mucho menor. Según el instituto fueron $ 596.823 los que necesitó una familia de cuatro integrantes para no ser pobres, pero sin contemplar el pago del alquiler.

Estos números reflejan una realidad escalofriante que, con los anuncios de nuevos aumentos en los meses futuros para el transporte y los servicios energéticos, degradaran aún más las condiciones de vida de millones de trabajadores. A la par de la inflación otra estadística escala a un ritmo similar, la pobreza. Las políticas de liberalización de la economía están produciendo una masacre social, aumetando de manera meteórica el 40% de pobres a nivel nacional, que ya había dejado el anterior gobierno de Alberto y Cristina Fernández.

De estos datos se desprende la lógica necesidad de actualizar de emergencia los salarios y los ingresos general al valor de una canasta familiar y actualizar los mismos con clausula gatillo tomando la inflación como referencia. Un nuevo paro general de la CGT y las CTA, junto con un plan de lucha, son las herramientas que se necesitan para torcer un rumbo económico inviable para los trabajadores.

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