sábado, 4 enero 2025 - 04:00

Ni la bengala, ni el rock and roll. 20 años de Cromañón

Se cumplen 20 años de una masacre que cambió la historia de la cultura, la juventud y el rock en Argentina. Una masacre donde quedó expuesta la desidia del Estado, de los empresarios y funcionarios públicos. Una masacre que se cobró la vida de más de 194 pibes y pibas, miles de heridos y una sensación de impotencia en gran parte de la sociedad. 

La historia de corrupción y las cadenas de negligencia detrás del crimen social que significó Cromañón fueron el punto central de lo que quisieron esconder la burguesía, los medios y gobiernos. La gran mayoría escuchó falacias, como que funcionaba una supuesta guardería en un baño, pero poco se habló de Rafael Levy, dueño del boliche o los funcionarios detrás de este entramado. 

Es la corrupción 

Rafael Levy era el dueño del inmueble donde funcionaba República de Cromañón, además del hotel Central Park que funcionaba al lado, las canchas de futbol que se encontraban en la terraza, un estacionamiento y un kiosco. Todo lo tenía a nombre de una offshore, Nueva Zarelux. Levy fue condenado recién en 2012 a tan solo cuatro años de prisión. En el juicio se probó que él mismo dio la orden de sellar la salida de emergencia que daba al hotel, ya que tenía lugar en la toma de decisiones de la gestión del boliche junto a Omar Chabán. Aún hoy intenta a través de apelaciones en la Justicia que se le devuelva el control del predio donde hoy tendría que funcionar un espacio de memoria. 

Es curioso, al revisar las condenas de funcionarios públicos no pasaron los 4 años y se redujeron a medida que avanzaban las instancias judiciales. A quien solo armó la escenografía de la banda para el show se le condenó a 5 años en la cárcel; mientras la directora adjunta de fiscalización y control solo estuvo 2 años presa. Ni hablar de Aníbal Ibarra, principal responsable político como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires qué fue absuelto de las causas y nunca se lo investigó. 

Para junio del año 2003, alrededor del 70% de los “boliches” de la Ciudad de Buenos Aires no poseía instalaciones contra incendios, mientras que otro 20% no había actualizado el certificado que otorgaban los bomberos. Durante ese mismo año, Aníbal Ibarra, había despedido a más de 300 inspectores, dejando solo 30 para controlar a más de 300 mil locales y verificar si estaban en condiciones. Años de decidía, coimas y corrupción generaron las condiciones para que una tragedia estallara y termino por suceder el 30 de diciembre del 2004. 

20 años de lucha 

Del sábado 28 al lunes 30 se organizó el Festival Cultural por lxs pibxs de Cromañón, bajo el lema Presentes ahora y siempre”. Durante el sábado 28 y domingo 29 de diciembre, distintas bandas se presentaron en el escenario emplazado sobre Bartolomé Mitre a metros de la estación de ferrocarril Once, donde funcionó República de Cromañón, en el marco del festival cultural que llevaron adelante Movimiento Cromañón, Organización Que no se repita, Agrupación Ni Olvido Ni Perdón, y Organización 30 de diciembre, entre otras. También hubo homenajes, charlas con sobrevivientes y familiares de víctimas directas, entre otras actividades. 

Este lunes 30 se llevó a cabo una serie de actividades, desde las 11 horas en el Santuario Cromañón. Desde las 16 horas en Plaza de Mayo con música en vivo, lectura del documento y suelta de zapatillas. A las 19:30 horas comenzó la marcha desde Plaza de Mayo al Santuario Cromañón en el barrio de Once, donde a su llegada a las 20:30 horas se realizará el acto central. 

Que nunca se repita

El rock y la cultura post Cromañón sufrieron la escasez de lugares para tocar, actuar, bailar y desarrollar arte y cultura. “El PRO comenzó una política que fue terrible para la música independiente: con la excusa de ‘la seguridad’ se dedica hace años a cerrar y clausurar todo tipo de espacio cultural popular e independiente, haciendo que los únicos lugares donde se pueda consumir cultura sean en espacios manejados por grandes capitalistas y favoreciendo al monopolio. No combatió la corrupción en absoluto y dejó sin trabajo a toda una generación de músiques independientes y sin lugar a las expresiones de la cultura popular. Privatizar la cultura, la solución neoliberal”, escribe Malena Joel en el artículo A 18 Años de Cromañón. Que nunca se repita.

La connivencia entre la corrupción del poder político, funcionarios, policía y empresarios son la muestra de la cara del capitalismo, un sistema que pondera las ganancias por sobre las vidas humanas. Un sistema que tras los medios de comunicación, políticos y desinformación, trabajaron para cubrir su propio funcionamiento.  Poniendo el eje en los músicos, la responsabilidad en las víctimas y dejó correr libres a quienes manejan los hilos de los negociados. 

Hoy la lucha sigue, el 30 de diciembre no es solo una fecha conmemorativa, es el grito y la voz de miles de jóvenes que luchan por qué nunca se repita.

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