En el día de hoy, viernes 29 de julio, dos facciones de ATE se enfrentaron en San Martín de los Andes en el marco de una protesta en las puertas de la municipalidad. Por un lado, la Verde Anusate quienes dirigen la seccional de esa localidad y por el otro, la Verde y Blanca dirigida por Carlos Quintriqueo, Sec. General de ATE Neuquén.
En el violento enfrentamiento, un miembro de la Verde y Blanca sacó un arma calibre 22 y efectuó disparos, hiriendo a una trabajadora. Uno de los disparos apuntó directamente contra el periodista Federico Soto, quien afortunadamente salió ileso. Este accionar, propio de una patota, muestra claramente el rol que juegan las conducciones de ambas agrupaciones de ATE, siendo funcionales al gobierno y manteniendo una disputa por la caja del sindicato, muy lejos de la defensa de lxs trabajadorxs estatales.
Dos facciones, un mismo método
Si bien para afuera se pelean públicamente, ambas facciones tienen el mismo método de funcionamiento, la violencia a través de sus patotas rentadas. En el caso de Neuquén, la Verde y Blanca viene de protagonizar hechos de violencia contra los elefantes de la salud en una asamblea y también contra docentes y estudiantes en la movilización del 4 de abril a 15 años del asesinato de Carlos Fuentealba.
Pero la Verde Anusate que por estas horas intenta diferenciarse y ponerse en el rol de víctima, actúa de la misma manera. Así fue semanas atrás en Río Negro, dónde esta organización atacó a lxs trabajadorxs de la salud nucleadxs en ASSPUR.
Por un nuevo modelo sindical
La crisis social y económica que vive nuestro país tiene a la burocracia sindical como sostén del gobierno, enchalecando a lxs trabajadorxs para que no salgan a las calles a reclamar por aumento salarial, contra la inflación y por la ruptura con el FMI. Es fundamental que los sectores combativos, antiburocráticos y de izquierda, sigamos fortaleciendo una alternativa al interior de estos gremios para recuperarlos y ponerlos a favor de la defensa de los derechos conquistados y contra todo el paquete de ajuste que están descargando sobre nuestras espaldas.
Leonel Fernández