El reporte emitido por el Comité de Crisis muestra que de los 15 meses de pandemia que atravesamos empiezan a surgir los números más altos de contagios y muertes. Si tomamos como referencia la jornada del 27 del mes corriente, se reportaron 22 muertes por coronavirus, al tiempo que se informaron 1.229 contagiados en la jornada. La cantidad de muertos de ese día es récord y no se daba desde el 19 de octubre del año pasado, cuando se registraron 19 muertes en la primera ola de contagios del virus, informó el Ministerio de Salud de la provincia.
Ante esta crisis, es la primera línea la que viene sosteniendo la salud pública sobre sus hombros y haciendo esfuerzos desmedidos. Están sobrecargados de horas laborales, con compañeros y compañeras que se contagian, sin un plan de ingreso nuevo de trabajadores al sistema. Con una infraestructura que está en colapso, porque ya se están usando las guardias para la internación de pacientes Covid. Esta última situación fue noticia durante la semana y en todo el país, cuando se dio a conocer que en los Hospitales Heller y Castro Rendón se ven obligados a internar pacientes en las guardias por el colapso de la Unidad de Terapia Intesiva (UTI).
El hospital sobre las espaldas del Elefante
Son los elefantes que estuvieron 60 días de conflicto reclamando por aumentos salariales, reconocimientos laborales y mayores cuidados personales con los EPP que hacen falta quienes lograron arrancarle al gobierno un aumento que, comenzó con un mísero 12% aceptado por las burocracias traidoras de ATE y UPCN; pero que, al calor de la lucha incesante, se transformó en un 53% (en cuotas, que se termina de cobrar en diciembre). Todo gracias a la autoconvocatoria, la democracia de base y la presencia de la primera línea en todo el conflicto. Desde ya creemos que este aumento sigue sin ser suficiente, pero es un gran triunfo de ellos y ellas. Tanto es así, que el gobierno insiste con cobrarles la rebelión. Siguen los sumarios, los descuentos de días de paro, han anulado nuevamente las licencias -tan necesarias para un ritmo de trabajo acelerado-. El ejemplo más claro es el despido de Guillermo Aigo, camillero del Hospital Heller, producto de la denuncia de las malas condiciones laborales en las que se encuentran.
En resumen, quienes han hecho algo por el sistema de salud y su futuro próximo, han sido las y los trabajadores de la primera línea, no el gobierno con la burocracia amiga. Porque no fue solo por su bolsillo; parte del triunfo es la incorporación a planta permanente de 500 trabajadores temporarios y 54 médicos/as que habían ingresado al sistema hace ya más de un año.
Fase 1 con derechos asegurados
Habiéndose cumplido una semana de decretadas las nuevas medidas de circulación y sanitarias, los gobiernos no lograron su cometido. Es que la situación económica arrojó a cientos de comerciantes a verse obligados a abrir las puertas de sus locales, a cuentapropistas y autónomos a seguir trabajando. Todo esto responde a la falta de un plan económico para hacerle frente al confinamiento.
Por otra parte, la crisis social que atraviesan miles de familias hacen aún más complicada la situación. Falta de empleo, trabajo no registrado, educación virtual no garantizada con dispositivos y conectividad, y un gran etc. requieren de medidas de fondo, que contemplen todas las necesidades.
Hasta ahora se demuestra que la fase 1 da respuestas a la disminución de los contagios y la propagación del virus. Pero no puede haber una vuelta a las restricciones más estrictas sin un plan económico y social que lo haga posible.
Necesitamos un IFE de $40.000 para que las familias no tengan necesidad de salir a trabajar. Un IFE que no sea por única vez, y que alcance a los millones de personas que lo necesitan. Si no se destinan recursos para evitar la circulación de personas, no se revertirá el colapso sanitario. Las vacunas, además de ser insuficientes, ni siquiera han llegado a la totalidad de esenciales. Es necesario avanzar con mayor número de vacunas y dosis para alcanzar al resto de población y con ello alivianar al sistema sanitario.
Estas medidas urgentes se deben tomar partiendo de la base de que existen recursos económicos para conseguirlo, falta decisión política. El gobierno nacional y los gobiernos provinciales deben garantizar un plan inmediato que deje de pagarle al FMI y destine todos esos dólares a paliar la crisis interna del país. Debemos avanzar en poder utilizar las vacunas que se producen en el país para uso interno, y para ello proponemos la inmediata expropiación del laboratorio mAbxcience que las produce en Garín, provincia de Buenos Aires.
Necesitamos un plan más general, por lo que hay que unificar el sistema de salud público con el privado, permitiendo fortalecer a la salud y sus recursos.Creemos que el equipo de la primera línea tiene que ser partícipe fundamental en la toma de estas decisiones, por lo que la Asamblea Interhospitalaria debe jugar un rol articulador de las demandas, tanto las inmediatas como en general todo lo que hace falta.
Juan Bari