Lo que vivimos ayer fue una especie de trailer de la etapa en la que estamos entrando en la Argentina. Fachos envalentonados que montan provocaciones. JxC que deja correr liberando la Legislatura. El faltazo escandaloso del kirchnerismo y la corriente de Grabois. La izquierda poniendo el cuerpo. Una aproximación para pensar y actuar en consecuencia.
El fascismo es el último eslabón de un ciclo político que atraviesa diversas estaciones y fases, hasta su cristalización en régimen de fuerza represiva y guerra civil contra los trabajadores y sus organizaciones. Es decir: no se concreta de un día para el otro, ni lo define el resultado de una elección. Por lo tanto, ser conscientes de un peligro potencial, pero todavía no completado dada las relaciones sociales de fuerza actuales entre las clases y partidos, es decisivo para definir un curso de acción. El acto de ayer convocada por la ladera de Milei, la militarista Victoria Villarruel no es un episodio improvisado, sin importancia ni valor: la derecha ultra envalentonada, se proponía hacer una demostración anticipando que llegó para quedarse, y que se propone derrotar las conquistas democráticas de nuestro pueblo como condición necesaria para imponer su agenda de guerra económica y social contra la clase obrera, la juventud, el movimiento de mujeres, el colectivo LGBTI y los sectores más pobres.
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Ganar ideológicamente la lucha contra el espacio conquistado por la Memoria, la Verdad y la Justicia, hace parte de la hoja de ruta liberfacha. Por eso, era central, responder de forma contundente a esa provocación consciente. Desde encuadre, razonamos.
Pacto antiderechos en CABA: JxC y los libertarios como eje político
La jornada que estamos analizando, también reveló otro dato significativo: la articulación de un eje derechista entre el PRO y la Libertad Avanza. La Legislatura fue virtualmente liberada en los términos exigidos por Villarruel y su banda pro-genocida. Las autoridades políticas del PRO se borraron completamente y dejaron al personal de la Legislatura a cargo del recinto. Los libertarios impusieron un corralito a la prensa, como parte de las condiciones exigidas en el uso del recinto. Querían evitar que el periodismo registrara los términos de su acto pro-genocida, desnudando la inconsistencia del pretendido “homenaje” naif a algunas víctimas de las organizaciones armadas de los 70. Tuvieron a disposición el mejor de los salones, el más protocolar y simbólicamente importante de los espacios institucionales. Como contracara, se amuralló la Legislatura con un descomunal operativo policial, con vallas, despliegue de personal, camiones hidrantes y un régimen de cacheo para el ingreso al lugar. Ayer, se corroboró otro anticipo: la nueva articulación de poder en CABA, que aspira a proyección nacional, entre JxC y la Libertad Avanza. Una advertencia muy seria para tomar nota.
El faltazo del kirchnerismo y Grabois
El otro dato significativo de ayer fue la ausencia con mucho aviso del kirchnerismo y la corriente de Juan Grabois en todas sus vertientes (salvo algún “saludo” de última hora al acto que convocamos a la puerta de la Legislatura): su bloque porteño se negó a actuar en unidad con la izquierda, sus conducciones sindicales en CABA dieron “la instrucción” de no moverse y dejar correr, y ninguno de sus colectivos ni referentes pasaron más allá de alguna declaración de compromiso. Estela de Carlotto, directamente llamó a “no darle importancia, porque no existen” al acto negacionista. Sectores de su intelectualidad orgánica explicaron que “era un error levantar a Villarruel protestando” y que hay “cosas más importantes que estas” (fue lo que oficialmente nos transmitieron dirigentes de estos espacios cuando los convocamos a unir fuerzas en la acción para rechazar la provocación libertaria). Este patrón de comportamiento político, no es nuevo, y se suma a una línea de giro general a la derecha de toda la superestructura del llamado “progresismo” en la coyuntura y a una concepción profunda, enemiga de la movilización para bancar una relación de fuerzas a favor. Fue así con el macrismo gobernando, fue así durante todo el gobierno de Alberto y CFK (con Vicentín, con los remarcadores, con el FMI, con todo) y es ahora que despunta un protofascismo con chances de gobernar el país. Sabemos, porque tenemos muchos vasos comunicantes con infinidad de activistas y militantes, que simpatizan con el campo del progresismo que no estuvieron de acuerdo con la línea de esas conducciones políticas en el día de ayer. Sabemos que la decepción se amplifica entre muchos de esos valiosos y valiosas militantes.
Nuestro planteo es arribar a una conclusión común, juntos: en los términos del país al que estamos entrando, el programa, el método y la orientación del kirchnerismo y su intento de renovación con Grabois, son la impotencia manifiesta para enfrentar el peligro que significa un gobierno bolsonarista en Argentina. A partir de ahí, confluyamos en la acción y la construcción política común. Estamos a tiempo, todavía, de todo. Nuestro sincero llamado a militar codo a codo.
Es con la izquierda: adentro de la Legislatura, en las calles y en las urnas
Ayer también se manifestó otra prueba política categórica: fue la izquierda la que se plantó contra el negacionismo. Fuimos los principales referentes en CABA del FIT-Unidad, con mi compañera la diputada Vanesa Gagliardi, pero también con Vilma Ripoll y los demás legisladores porteños de nuestra coalición, actuando en unidad para repudiar con el cuerpo a los fachos en la Legislatura. Las imágenes y la repercusión en la prensa, hacen indiscutible este veredicto.
La articulación del FIT-Unidad, la convocatoria del EMVyJ a un amplio arco de organizaciones políticas, sociales, estudiantiles y de distintos ámbitos, construyeron una potente demostración de fuerza movilizada en las calles ayer, contras las vallas que protegían de ese movimiento a los negacionistas adentro. Fue también, el anticipo de la etapa en la que estamos ingresando y del tipo de articulación en la lucha política de calle, y en el terreno de la construcción de alternativa a izquierda frente a la postración del progresismo que se requiere. Hace pocas semanas, en campaña electoral, otro de los principales dirigentes de la izquierda, nuestro compañero Alejandro Bodart, había sido tendencia enfrentando con determinación a otro elemento provocador en los estudios de TN, el empresario García Moritán. Esa acción decidida recogió amplia simpatía en la militancia de izquierda, pero también del progresismo y el movimiento democrático del país. Evidentemente, lo de ayer, dejó huellas. Dejó conclusiones. Dejó advertencias. Es crucial, fortalecer la militancia anti-fascista para enfrentarlos cada vez que levanten cabeza. La ultraderecha gobernando, todavía no es un hecho consumado. Entonces, estamos a tiempo. Y si eventualmente, les toca gobernar, prepararse ahora resulta indispensable. Es con la izquierda, con el MST, con el FIT-Unidad: en las calles y en las urnas. Lo importante de tener bancas de ese palo, en la Legislatura. Lo fundamental, de tener fuerza militante afuera. Con memoria. Con decisión. No está dicha la última palabra.