Ayer murió Jorge Lanata, un periodista reconocido y fundador de varios medios masivos de comunicación, a los 64 años luego de estar internado desde el 14 de junio, cuando se descompensó en medio de un estudio de rutina.
Fundador de Página 12, revista 23 y diario Crítica; conductor de Día D. Los años 80 y 90 vieron en Lanata a un periodista crítico del poder político que hasta se animó a hacer, aprovechando la investigación de Olmos, una película sobre la estafa de la deuda externa Argentina.
Estos momentos de independencia política con ciertos sectores del poder político y económico, como la vez que criticó la concentración de los medios de comunicación en televisión, no ocultan que como dueño de medios atacó siempre los derechos de los trabajadores.
Tanto en Página 12 como en Crítica fue un patrón antisindical, que se lavó las manos cuando los proyectos estaban en crisis. Dejó sin sueldo durante tres meses a los trabajadores en Crítica, por ejemplo. Alejandro Bercovich, uno de los periodistas de este último diario y una de las caras visibles del conflicto en el 2012 decía: “Lanata que dijo que parábamos por $ 300 cuando no cobrábamos hacía 3 meses, estábamos cobrando en cuotas; el mismo Lanata que le faltó el respeto sistemáticamente siempre que pudo a la organización de los trabajadores”.¹
Lanata fue un audaz que produjo programas y medios que fueron semillero de periodistas, pero en su proceso de adaptación al sistema se fue convirtiendo en lo que siempre criticó: un burdo operador y devolvedor de favores a sus amigos empresarios.
¿Qué periodismo?
El periodismo y la marca del periodista como mercancía hacen que lo que valga sea quién lo dice y no qué dice. Lanata arrancó construyendo un periodismo con cierta independencia para volverse una herramienta de los sectores más concentrados.
Los últimos años de crisis económica y polarización política vienen dejando en claro que la famosa independencia de los medios no existe. Lanata fue uno de los primeros en buscar mostrar los intereses económicos detrás de los grandes medios para después responder a ellos.
Hoy con un gobierno de ultraderecha que ataca cotidianamente a los sectores populares, los trabajadores, las mujeres y la juventud, pensar un periodismo que se plante en contra y desnude los sectores económicos que lo apoyan y a los que beneficia, mientras nos golpea a las mayorías es central. Porque como dice nuestro lema, periodismo sin falsas neutralidades, es decir investigar, dar la información y luego analizarla pero reconociendo desde dónde partimos y qué es lo que queremos.
Somos un medio que busca ser voz y herramienta para un nuevo mundo y no nos vamos a cansar de denunciar a los empresarios que dejan sin pagar a trabajadores, sean quienes sean y a los gobiernos que los apoyen, sean quienes sean.
Ese es el periodismo a hacer y construir.