Este fin de semana en Lanús, la Multicolor organizó un panel de debate sobre las reformas antipedagógicas que encabezan en educación tanto el gobierno de Milei como el gobierno de las distintas provincias de nuestro país. En provincia de Buenos Aires las encabeza el propio Axel Kicillof, reformas inconsultas y con precarización concreta de saberes en todos los niveles.
Un debate necesario
Los panelistas invitados por la Multicolor en Lanús fueron Francisco Torres (Alternativa Docente), Romina del Pla (Tribuna Docente), Julián Odriozola (Unite-Encuentro Colectivo), Aldo Chiaraviglio (La Roja Tigre), Hernán Centeno y Cristian Cañete.
Desde hace mucho tiempo la propuesta de Alternativa Docente es la necesidad de debatir estas cuestiones en la Multicolor. Somos conscientes de la crisis de la escuela pública, pero creemos que esa crisis fruto de una sociedad capitalista, voraz, meritocrática y mercantilista no se resuelve con menos contenidos, pluriempleo o virtualidad. Necesitamos discutir que escuela necesitamos para que país.
Nuestro frente siempre está a la cabeza de todas las luchas y por supuesto encabeza los reclamos de las compañeras y los compañeros. Pero desde hace rato, desde nuestra agrupación insistimos en la necesidad de la batalla cultural, de la disputa pedagógica, que es necesaria también a los efectos de discutirle a la derecha qué proyecto de escuela necesitamos y queremos. Pero también para discutirle a la Celeste su falso discurso progresista en educación y desnudar las reformas que precarizan los saberes y nuestras condiciones de trabajo.
Nuestro planteo va más allá de rechazar las reformas, como hacen la mayoría de las agrupaciones de la Multicolor, es necesario tener propuestas, qué hacer y cómo, también cuáles son nuestros objetivos y nuestro modelo de educación. Desde nuestro espacio hemos elaborado una mirada integral y pedagógica sobre cada nivel, como también de la educación pública en general.
Por eso insistimos en la exigencia de un congreso pedagógico nacional que discuta con la comunidad educativa no solo contenidos, criterios y formas; sino también recursos para poner de pie la escuela pública.
Fruto de esa insistencia y el acuerdo de las agrupaciones de tomar posición sobre las cuestiones pedagógicas, surge en Lanús esta actividad que intenta exponer los problemas de las reformas, pero también plantea la necesidad de organizarnos frente a estas.
Algunos acuerdos y matices
Los panelistas coincidieron en la necesidad de rechazar estas reformas por varios motivos. En primer lugar, por antidemocráticas, fueron pensadas por fuera del seno de la escuela, sin la comunidad educativa y sin tener en cuenta las formas y recursos que en cada escuela hoy tenemos. Pero además, porque son antipedagógicas. En muchos casos son recortes de derechos o recortes de contenidos y por supuesto precarizan el saber y nuestras condiciones de trabajo.
Hay matices, Julián Odriozola, por ejemplo, plantea la posibilidad de desobedecer en las aulas, para usar esos resquicios y grietas en favor del pensamiento critico. En primer lugar parte de aceptar que lo único que queda es desobedecer. Ese ya es un problema porque no plantea en sí cómo combatir integralmente la disputa pedagógica contra la derecha y solo queda el aula como espacio para encontrar piso firme. Si bien es verdad, eso lo hacemos todos los días. Es necesario dar la disputa institucionalmente con todos los actores, de cara a la comunidad educativa, junto con los estudiantes y los docentes.
Pero a la vez “la desobediencia “ per sé, sin organización desde cualquier lugar no es la solución. Pensamos que debe ser desde la izquierda, desde un programa y pedagogía liberadora, que no solo desobedezca sino organice la desobediencia desde la defensa de la escuela pública, libre, laica, feminista y liberadora.
Francisco Torres enfatizó estas cuestiones, como también la necesidad de exigir congreso pedagógico y la anulación de los subsidios a la educación privada, que gobierno a gobierno se ha incrementado, lo que muestra en el fondo el objetivo concreto: fortalecer la educación privada en detrimento de la educación pública, una educación para pobres.
El intercambio dejó como tarea la necesidad de organizar estos debates y un plan de lucha para rechazar estas reformas.
Buenos Aires no es una isla
Kicillof no solo adhirió a la reforma como todos los gobernadores -en Superior encabezada por Torrendel-, también en su propia provincia se encaminan reformas.
Algunas ya de hecho, otras en borrador y otras tantas con modificaciones concretas que modifican el régimen académico y los diseños curriculares, precarizando saberes, con mayor virtualidad, sin recursos y con las mismas plantas orgánicas. Kicillof hace obligatoria la permanencia y la escolarización desde los 2 años, sin escuelas, sin maternales ni recursos en educación pública. Y modificando a su paso las secuencias didácticas, los saberes y los criterios con un objetivo de recorte sobre los mismos.
Ni hablar de infraestructura ni salario. La provincia de Buenos Aires reforma a medida de Nación. Esto nos obliga a poner de pie un plan de lucha que incluya el rechazo y nuestra propuesta pedagógica necesaria para poner de pie la escuela pública.