Mientras descargan un feroz ajuste sobre el conjunto del pueblo trabajador, el presidente Milei y su actual socio, José Luis Espert, agitan un llamado a la “rebelión fiscal” contra lo que consideran un impuestazo bonaerense hacia los grandes productores agropecuarios. Mientras Kicillof llamó a una conferencia de prensa hoy para refutarlo.
¿Son solo fuegos de artificio? ¿Qué hay de cierto, atrás de todo esto? ¿Es el gobernador un Robin Hood que les saca a los ricos para darles a los pobres del conurbano? ¿Hay o no un impuestazo bonaerense y a quiénes afecta? ¿Puede un presidente llamar a no pagar impuestos, mientras descarga tarifazos, recortes e impuestazos sin contemplación?
El cinismo de Espert y Milei para tapar el ajuste
Por el lado de Espert, además de diputado, es un productor rural que quiere subir algunos puntos de rating y ver si logra pagar menos para enriquecerse más. Es el mismo que pide meter “bala” a los movimientos sociales que movilizan, reclamando partidas para los comedores populares.
Nada bueno puede venir de este saltimbanqui y retrógrado de Espert, que después de “matarse” en la campaña, se junta ahora con Milei porque son lo mismo: ajustadores seriales del pueblo, al servicio de los poderosos para los que gobiernan.
Respecto a Milei, su cinismo no encuentra límites al llamar a defender la sacrosanta “propiedad privada” contra la suba de impuestos, cuando es el mismo presidente que quiere reinstalar el nefasto impuesto a las Ganancias sobre los salarios, ampliando la base de trabajadores que terminarían pagando ese regresivo tributo.
Hacen como los teros: “en un lao pegan los gritos y en otros tienen los güevos” como decía el Martín Fierro. Es otra maniobra distractora para polarizar con los K y con el supuesto “comunista” de Kicillof. Al servicio de que pase su saqueo a los bolsillos de trabajadores, jubilados, sectores medios y populares.
Porque es el mismo gobierno que en solo 3 meses aplicó tarifazos del 150% al 400% en la luz a las familias y a los comercios, pymes o industrias. Que descargó subas del 250% y 420% en los boletos del transporte y anuncia una tarifazo del 700% en el gas. Mientras con el impuesto PAIS registró una suba de 1439,6% interanual en febrero, que supone un aumento real de 302,3% (Clarín, 6/3). Así no va más y por eso exigimos a la CGT que deje de dormir la siesta y llamen a un nuevo paro y movilización nacional para derrotarlos. Basta de Milei y su plan.
¿Es Kicillof el Robin Hood bonaerense?
Diputados del PRO como la ex gobernadora Vidal o Ritondo, que hundieron la provincia y descargaron feroces impuestazos en sus años de gobierno, vienen denunciando al gobernador, siendo voceros del reclamo de los oligarcas del campo que no quieren pagar prácticamente nada.
En ese sentido, desde la prensa hegemónica baten también el parche sobre el supuesto ahogo impositivo de Kicillof contra estos productores agropecuarios, por la nueva ley impositiva 2024, votada por toda la legislatura provincial, salvo el Frente de Izquierda Unidad.
Nada más lejos de la realidad. Y así lo explicó Kicillof al reconocer que la mayoría de los 300 mil productores rurales que habría en la Provincia, pagan menos impuestos en proporción que el año pasado. Esto es así porque el aumento del impuesto inmobiliario rural, “y también se puede decir para el urbano”, según las palabras del gobernador en la conferencia de hoy, las tasas fijadas están por debajo de la inflación.
Kicillof lo reconoce sin vueltas: “en prácticamente la totalidad de los productores rurales, la tasa de impuestos creció menos que la inflación, es decir, se redujo…”. Por lo tanto no hay ningún Robin Hood en el sillón de Dardo Rocha. Y para que no queden dudas, el gobernador agrega: “hay una excepción entre los 300.000 propietarios que pagan el inmobiliario rural, con solo 2.000, cuyas propiedades en el mercado valen más de 3 millones de dólares”. Da hasta vergüenza ajena esta progresía…
Es que el gobernador asegura sin vueltas que así con “el impuesto, aún para la mayoría de los que no tienen ese techo, es menor que lo que cobraba Vidal…”. A renglón seguido, insiste con que esto implicaría darle “progresividad” a una matriz impositiva claramente regresiva. Porque lejos está del relato de cobrarle más a los que más tienen, que pregonan la progresía del PJ, los K o quienes defienden al gobernador.
Lo cierto es que son solo chispazos mediáticos, funcionales a la necesidad mutua de forzar una “polarización” entre la ultraderecha de Milei y el supuesto plan desarrollista, estatista y sin ajuste de Kicillof. El que se postula para ser el abanderado de la oposición, ante el saqueo de los liberfachos para cumplir con el FMI y los bonistas buitres de la estafa de la deuda externa, además de beneficiar a las corporaciones, empresarios industriales y grandes patrones agropecuarios.
Pero acá, si hay un impuestazo, es a los bolsillos de los sectores medios y trabajadores que cobran salarios muy por debajo de la inflación. En la conferencia de hoy, Kicillof insistió en “dibujar” un aumento salarial a maestras y profesores del 25% en diciembre, cuando solo fue del 15% real, habló del 20% en enero, pero apenas implicó un 10% real y ahora anuncia otro 13.5% que en promedio no supera el 11%, al aplicarse sobre el salario de diciembre y no sobre el último cobro.
Algo similar pasa con auxiliares de escuela, enfermeras y trabajadores estatales o jubilades bonaerenses, cuyos salarios siguen por debajo de la pobreza y lejos de la inflación. Kicillof critica además a Milei por congelar el Presupuesto 2024 en los montos del 2023, pero aplicó esa misma receta para licuar por inflación las partidas de la Provincia.
A su vez, esa ley impositiva regresiva con el pueblo trabajador, está lejos de toda “progresividad”, ya que mantiene la fuerte subvaluación fiscal de las propiedades en el campo fundamentalmente, aunque también sobre las que se aplica el impuesto inmobiliario urbano. Con propiedades que aparecen como baldíos o terrenos sin valor, cuando son millonarias.
Revertir la matriz impositiva: que paguen los que más tienen
El gobernador dijo también hoy que no puede gastar ni “dilapidar” lo que no tienen, es decir, carecería de recursos al estar ante “la provincia que menos recursos tiene por habitante”. Pero no es así: hay plata y mucha en la Provincia, solo que Kicillof la usa para seguir pagando la deuda trucha que nos cargaron Vidal con el voto del PJ, como antes hicieron Scioli o Solá. Por eso el pasado viernes 1°, el gobernador decidió pagar 360 millones dólares por intereses de la deuda a los bonistas buitres.
Se trata de 290.000 millones de pesos, que equivalen al presupuesto anual de 4 ministerios del área social y 2 programas claves en salud. Además, piensan pagar U$S 350 millones más que vencen en setiembre, cuando podrían usarlo para aumentar 60% el presupuesto en salud. Porque acá, la única deuda es con el pueblo trabajador.
Al mismo tiempo, el gobernador y su ministro de Hacienda publicitan que Buenos Aires aporta el 39,4% de las exportaciones nacionales por U$S 26.298 millones (casi $ 22 billones). Una montaña de recursos concentrados en algunas corporaciones, terratenientes y grandes empresarios, a los que apenas si les piden que realicen un pago por única vez y adelantado del impuesto en Ingresos Brutos. Una vergüenza total.
Lo que se necesita es luchar para imponer un urgente revalúo fiscal de todas las propiedades, construcciones, campos y tierras subvaluadas. Porque deben pagar por su valor real, con un impuesto progresivo muchísimo más alto que el planteado por Kicillof hacia los grandes empresarios, banqueros, sojeros y demás oligarcas del campo.
Para terminar con la matriz impositiva regresiva y responder a las necesidades de salud, educación, salario, trabajo y vivienda del pueblo de la provincia. Esto no está en los planes del PJ y menos de los liberfachos. Ante el fracaso del gobierno anterior, que le abrió la puerta a Milei y Villarruel, necesitamos avanzar en un nuevo movimiento político junto a la izquierda. Esa es la única y verdadera “rebelión” que necesitamos.