jueves, 21 noviembre 2024 - 08:03

Milei. Presentó el presupuesto en la casa de la casta

Este domingo el presidente dio un discurso en el Congreso con supuestas explicaciones del proyecto de presupuesto para el año 2025, del que no específico nada.

Un discurso para pocos

En un Congreso con poco auditorio, Milei trató de pavonearse con “sus logros” que intentó mostrar a un público que lo aplaudió como si de verdad fuera Cicerón, de quien habló y mencionó frases que son “desconocidas” o no pueden atribuírsele. Similar al Menem que mencionaba los libros que escribió Sócrates pero lejos del león con el que se identifica, vino a pedir a la casta que le aprueben el presupuesto.

En las casas pocos acompañaron el discurso, todos los canales sufrieron una merma en su rating de mas de 10 puntos cuando comenzó su exposición. Se hace difícil escuchar tantas mentiras en un formato hostil y tan verborrágico que se come palabras.

A domicilio

Las palabras y frases pueden ser las mismas que el Milei de la campaña, pero hay elementos que cambiaron desde que el experimento liberal llego a la gestión. El principal de ellos transita en el concepto de la casta, utilizado para aludir a la clase política que el presidente esboza detestar. La gran paradoja es, si el problema es la casta, por qué el presidente negocia descaradamente y compra los votos de la casta y acude, en este caso, a su casa para pedirles que voten su “ley de leyes”.

No hay ninguna fuerza popular que sostenga a Milei, lo sostiene la rosca en el palacio y la complicidad con la casta que dice detestar. Por mas épica que Milei intente darle, no está Cicerón dando un discurso en el Senado, sino un hombre que con cada encuesta acumula peor imagen política, intentando convencer a algunos legisladores para que le voten su ley de ajuste y hambre.

Los aplaudidores pagos no faltaron, su discurso comenzó con el “Hola a todos” ronco que caracteriza su presentación y la promesa de que “va a cambiar para siempre la historia de nuestro país, de manera que volvamos a ser la Argentina grande”.

Sueños de un pasado que nunca existió

“El primer presidente economista de la argentina” volvió al sueño del paraíso “roquista” de fines del siglo XIX, que fue interrumpido por la política económica de “violación sistemática de los derechos de propiedad de los ciudadanos”. Según el, este elemento sumado al déficit fiscal causaron que nuestro país tenga “menos resistencia a la distorsión fiscal” y menor capacidad de pedir crédito, como “efecto acumulado de un siglo entero de crisis recurrentes”.

Continuó el mandatario: “Así es como llegamos al 50% de pobreza, al retorno del analfabetismo, tasas de criminalidad siderales, un entramado energético que no soporta 4 días de calor seguidos, fuerzas armadas abandonadas y sin posibilidad de respuesta, una justicia trágicamente lenta y hospitales públicos sin insumos, que no pueden curar a nadie”.

No está de más decir que sus políticas agravaron todos los problemas que señala, salvo el reposicionamiento que busca el gobierno con las fuerzas armadas, que responde a engrosar el músculo de las instituciones represivas del Estado para luego poder reprimir a jubilados que reclaman por un aumento de $ 17.000.

Del mismo modo, habla de un “éxodo de capital humano que vivimos hace 20 años”, ¿será que no ve la fuga de cerebros que hay por el brutal ajuste que esta desarrollando en el Conicet y las universidades? ¿O le molesta competir con capital humano más capacitado que él?


El presidente sostuvo que si no da la pelea por el equilibrio fiscal de una vez y para siempre será todo cuesta arriba. Mientras tanto se enorgulleció de haber realizado “el ajuste más grande de la historia de la humanidad”, bajando según él, 15 puntos del PBI, 5 correspondientes al Tesoro y 10 al BCRA, y constituyendo de esta forma un “recorte del gasto de alrededor de 90 mil millones de dólares”. Siempre prometiendo que de este modo “volveremos a ser el primer país del mundo y la mejor economía “ como en otros tiempos que nunca existieron.

Un presente de falsas promesas de libertad

El elemento central que guía los objetivos de ajuste fiscal de Milei se reduce al “cepo al Estado”, encuadrado en una falsa promesa de libertad y reconstrucción social que nunca va a llegar.

De este modo, el presidente afirma: “Gestionar no es saber usar el GDE, como decía el excandidato Massa, gestionar es haber evitado la hiperinflación que nos dejaron en puerta, gestionar es sanear el balance del Banco Central y desactivar la bomba de deuda que heredamos, gestionar es reducir el gasto público de la manera que la hicimos, en el tiempo récord que lo hicimos y sin haber abandonado a los sectores más desprotegidos de la sociedad”.

Si, leíste bien. Para Milei un gobierno que empuja a más de la mitad de la población a la pobreza y siquiera permite un insuficiente aumento a las jubilaciones teniendo en cuenta que 5 millones de jubilados no superan la línea de pobreza, es uno que no abandonó “a los sectores más desprotegidos”. Más que Cicerón en la republica romana, es Milei alucinando en el reino del revés.

Habló de la eliminación de “los intermediarios que lucraban con la pobreza” mientras que colocó a su amigo Galperin como intermediario del Potenciar Trabajo y su ministra Pettovello sigue sin acatar los fallos judiciales que la obligan a entregar la comida a los comedores.

También se declaró feliz de “remover las infinitas regulaciones” y de ese modo generar que los empresarios “proyecten invertir más 50 mil millones de dólares como ya han anunciado”. Le debería avisar al coloso Sturzenegger, que no se le cae la cara de vergüenza mientras pide a gritos inversiones, pero guarda bolsones de dinero afuera del país.

La óptica presidencial se resume en “achicar el Estado para engrandecer a la sociedad”. Promesas vacías de libertad, ante un Estado en aras del desguace y un mercado que no le esta respondiendo.

Veto a veto

Como era de esperarse, el presidente defendió el veto al aumento de las jubilaciones con su obsesión por el déficit fiscal. Ojo, esta no es aplicada cuando toca bajar el impuesto a los bienes personales o cuando permite blanqueos millonarios.

En su discurso sostuvo que “no hay nada más empobrecedor para los argentinos que el déficit fiscal” y es la razón por la cual “vetaremos todos los proyectos que atenten el equilibrio fiscal”.

No deja dudas, que el siguiente veto en camino es el aumento del presupuesto universitario y que el gobierno empieza a marcarle una agenda al Congreso donde vetará todo lo que no le guste. Veremos hasta cuándo durara la sumisión legislativa. Y qué dinamiza esto en la calle.

La paradoja de la casta

Para todo hay un culpable, para Milei fueron sus “predecesores por acción u omisión”. Cualquier distraído podría darse cuenta de que muchos de sus predecesores son quienes estuvieron sentados en el Congreso aplaudiendo su discurso, son quienes ocupan sillas en sus gabinetes o en el Poder Legislativo, son quienes le ayudan a gobernar y también a quienes les está pidiendo que voten su presupuesto.

El presidente no lo niega, sabe muy bien que hubiese sido imposible llegar hasta donde llegó sin complicidades y a sus cómplices les agradece públicamente: “Haber aprobado la reforma legislativa más grande de los últimos 40 años con 37 diputados y 6 senadores, motivo por el cual también agradezco mucho a aquellos que nos han acompañado en todas estas sanciones de leyes”. De hecho, llamó “héroes” a los 87 que votaron contra el aumento de 17 mil pesos la jubilación mínima, y los invitó a comer un asado en la quinta de Olivos.
Ahora con un numero de legisladores más bajo del que menciona, la faceta del negociado y la transa que posee el presidente salió a la luz. Las fotos con radicales, el PRO y el MID son solo algunas muestras gráficas de los intercambios que realizan por debajo de la mesa. En el mundo liberal, todo en el mercado tiene un valor y los votos se compran en Hot Sale.

“La casta tiene miedo” cantaban los aplaudidores pagos que llevó Milei al Congreso. La realidad es que la casta está más cómoda que nunca, inclusive sus nuevos integrantes.

Seguir poniendo el hombro

Milei afirmó que para “hacer valer el titánico esfuerzo realizado por todos los argentinos y darle sostenibilidad para el futuro” es necesario “cambiar la metodología a través de las cuales se elabora el presupuesto”.

De esta forma presenta el presupuesto “más radicalmente distinto de la historia” y acompaña pidiendo que los de abajo sigan poniendo el hombro al ajuste “mientras más profundo el cambio mayor tiene que ser el esfuerzo para pelear por él”.

Continua Milei afirmando que “el déficit siempre fue consecuencia de pensar primero cuánto gastar y después ver cómo financiarlo. Nosotros vamos a hacerlo al revés, pensando primero cuánto tenemos que ahorrar para después ver cuánto gastar”. Es por eso por lo que buscan constituir una“regla fiscal inquebrantable, para este presupuesto y todos los demás que vengan en adelante”.

Luego de sus balbuceos económicos, el presidente define: “Nuestra metodológica presupuestaria va a lograr tres objetivos inéditos: uno, va a blindar el déficit fiscal para siempre terminando con el castigo de la deuda y la emisión. Va a obligar al Estado a hacerse cargo y absorber los efectos de las perturbaciones en la economía y para cuando haya mejores permanentes, como serán los años venideros, va a obligar a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la reducción de impuestos”.

Lo que Milei plantea como novedoso es parte de la reestructuración capitalista que aplican todos los gobiernos del sistema cuando precisan maximizar las ganancias empresariales. Con un riesgo importante, que apretar los bolsillos y vaciar las heladeras de los de abajo, sin ninguna política de contención social tiende a terminar con fuerte conflictividad en las calles.

El enema liberal

Para culminar volvió a la teoría liberal sosteniendo que “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario” y como si fuera un recitado de La riqueza de las naciones de Adam Smith: “Lo fundamental que debe hacer un Estado nacional es asegurar la estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley. Cualquier otra cuestión puede hacerse cargo el estado o es competencia de los gobiernos subnacionales”.

Mientras sostenía que “así como el déficit es el corazón del problema, la reducción del gasto para lograr superávit va a estar en el centro de la situación”, apuntaba directo a los mandatarios provinciales: “A los gobernadores les digo, cumplir con el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI requiere que las provincias en su conjunto hagan”.

Les insiste en que lleven adelante “un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares. Nosotros hemos cumplido nuestra parte del acuerdo, ahora faltan ustedes”, aclarando que los aumentos o la creación de nuevos impuestos de gobiernos subnacionales “no van a caminar”.

El despertador de leones promete “niveles de libertad económica similares a los de Alemania, Francia o Italia. En menos de un año de gestión con viento y marea en contra, y vamos en rumbo firme decididos a ser el país más libre del mundo”.

“Si hacemos las cosas bien…” dice el presidente, mientras promete un mundo de fantasía, en tanto, las cosas les salen bien a los de arriba y mal a los jubilados, docentes, estatales, trabajadores y sectores populares.

Las diez claves del presupuesto

La ley de leyes como llamó Milei al presupuesto consta de 10 claves para analizarlo, que según el presidente darán abundancia al país; aunque al repasarlos solo dejan en claro una síntesis: no se gastará en nada que “no tenga que ver con la función del Estado” remarcando que no puede hacerse cargo de todo. O sea más hambre y más ajuste.

  • Equilibrio Fiscal, será levemente superavitario y no se gastará nada que no entre.
  • Sector público, con un gasto consolidado , luego de recortes, despidos y desmantelamiento de políticas publicas.
  • Administración Nacional con un leve ascenso de 3% con respecto al presupuesto anterior.
  • Economía, solo se prevé un aumento de 5% en este presupuesto con respecto al anterior.
  • Dólar con un valor del oficial a $ 1200.
  • Deuda, no se utilizará endeudamiento ni emisión monetaria en el Sector Público Nacional.
  • Inflación proyectada en un 18 % interanual para el 2025.
  • Privatizaciones, seguir avanzando sobre empresas públicas
  • Exportación/ Importación, el primero se proyecta con un aumento del 9% mientras que el valor importado será con una suba del 13%.
  • Acompañar sin intermediarios, recuperación de la capacidad de seguridad, y simplicidad del Estado.

Podríamos ya meternos a desarmar cada una de estas cuestiones, y seguramente en los días que siguen será necesario discutir cada eje, cada promesa en el aire. Lo que sí está claro es que a este presupuesto de hambre y miseria deberemos combatirlo, para ello se precisa la mas amplia unidad en las calles, intentando construir una autoconvocatoria contra la “ ley de leyes” y exigirle a las centrales un verdadero plan de lucha para dinamizar a todos los sectores contra este nuevo desafío, rodeando el Congreso cuando se trate, pero desarrollando todas las fuerzas que se pueden acumular en el creciente enojo y rechazo que crece por abajo.

Milei nos devuelve vetos, será hora de vetar su gobierno y para eso, es hora de organizarse y luchar.

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