En la previa a esta contundente medida de fuerza nacional, Milei difundió su foto diciendo “Yo no paro”. Pero durante esa noche y toda la mañana, la foto real está expresando que este segundo paro es total. Milei no habrá parado, pero el país sí. En un categórico golpe que su gobierno no pudo minimizar. La tumultuosa conferencia de Bullrich expresó el cachetazo y baño de realidad que sufre el gobierno con esta jornada de lucha como hace mucho que no se veía. Sus consecuencias reforzarán las tendencias a pelear por derrotar todo el plan de ajuste y represión. Y debe tener continuidad, con un nuevo paro y movilización cuando se trate la nefasta Ley Bases en el Senado. Fuerza social sobra para lograrlo.
La mañana arrancó fría, pero el clima social se mostró caliente. La bronca por el ajustazo salarial, en las jubilaciones, congelando ingresos sociales, recortando en educación, salud y obra pública, por la falta de trabajo y una crisis que paga la clase trabajadora y los sectores medios, se expresó en la notable contundencia de la medida.
En el centro político del país, la actividad era incluso menor a la de un feriado. Muchos comercios cerrados, calles bastante vacías, algunos kioscos o supermercados abiertos, pero sin gente comprando. Es la respuesta masiva, de una punta a otra del país, a la motosierra y licuadora de Milei, que lleva a que -en el país de las “vacas y el trigo”-, cayeran la venta de carne, pan o leche, así como otros artículos de necesidad. Eso expresa este paro que está para más, para seguirla hasta derrotar toda esta política de hambre y entrega.
Las cámaras patronales critican un paro que les explotó con fuerza
Asistimos a un paro total como hace décadas no se veía. Lo tildan de “un paro político”, como si toda medida de lucha no fuera un cuestionamiento político categórico al gobierno, las patronales y el FMI. En ese contexto, el presidente de CAME debió reconocer la fuerte adhesión y marcar que hace meses sufren la caída en las ventas. Mientras otras cámaras empresarias, de comercio, la AmCham (Comercio de EEUU en Argentina), la Sociedad Rural y demás patronales cuestionaron con dureza el paro, diciendo que era innecesario o “inconveniente” y sacaron duros comunicados, apretando a sus trabajadores.
Así lo hizo la gerencia liberfacha de Aerolíneas, pero sin tener mella. Se retomó incluso una tradición de la clase obrera de realizar acciones para garantizar la contundencia del paro, contra algún carnero o personal jerárquico que quería trabajar. La impotencia patronal, al fracasar en sus intentos de apretar trabajadores, se expresó en los titulares de la prensa hegemónica.
No hay clases en las escuelas, no funcionan los bancos, cerrados en su mayoría, la adhesión es prácticamente total de los gremios del transporte, con pocos colectivos que circulaban, pero que medios afines al gobierno mostraban mayormente vacíos, chocando con el argumento de que la gente quería ir a trabajar, pero no podía.
En una realidad que se ve pocas veces, los aeropuertos y el de Ezeiza reflejaban su imagen vacía. Todos los vuelos de cabotaje o internacionales mostraron el rojo de “cancelado”, solo intentaba volar FlyBondi desde Ezeiza, con dificultad. Con sectores afines al gobierno que destacan que esa empresa no tiene sindicato y expresa el anhelo burgués de “acuerdos” por empresa, sin convenio. Pero lo cierto es que no hay vuelos en el país ni al exterior.
Fuerte adhesión al paro en el país
En ciudades del interior bonaerense como Bahía Blanca, el paro es muy fuerte en todos los sectores. En las escuelas, una gran adhesión. En colectivos, paro absoluto. Los comercios cerrados mayormente, excepto algunos dueños que abrieron. En el Polo petroquímico y el puerto están de paro también.
En Mar del Plata, desde las estructuras, los lugares de trabajo y los medios de transporte, el paro es toral. Hay algunos negocios, almacenes y verdulerías abiertas. En el partido de La Costa y en Miramar, General Alvarado la situación es similar.
El paro se hizo sentir también en La Plata, mostrando escuelas y reparticiones públicas vacías, alta adhesión en los hospitales, con bancos y comercios cerrados, con muy escaso tránsito, expresando un gran impacto en la capital bonaerense.
En la zona Oeste del conurbano fue total en la Anses, en las dos UDAI. En salud, las salitas con 90% de adhesión y guardias mínimas, en Educación fue total igual que en los municipales y en obras públicas. En empresas y fábricas como Gabexel, una gran adhesión, solo fueron jefes y algunos en bicicleta.
En las provincias se puede ver también la masividad. En Entre Ríos el paro es muy importante en todo el sector docente y estatal, y va a haber una movilización de estos sectores, con los gremios de las CTA y la CGT que pinta grande. En Neuquén, al igual que otras provincias, no se movía nada, en un paro muy importante, con una marcha prevista de distintos sectores gremiales y la izquierda para hacerlo activo.
En San Juan el paro es también bastante fuerte, en las escuelas el 87% había votado parar en las consultas previas, pararon los bancarios, choferes de la UTA, no hay taxis y eso no suele ocurrir, con lo que el paro es total, en la recorrida por la capital sanjuanina, la paralización de los comercios también era casi absoluta.
En Jujuy la medida también tenía fuerte adhesión, el paro es casi total en las escuelas, igual en los bancarios, salud y estatales, en los colectivos solo una empresa dijo no adherir, hubo algunas unidades que salieron con personal jerárquico, pero muy espaciados y se rompieron algunos colectivos. En Catamarca hay una fuerte adhesión en la provincia, mayor al paro anterior. En Santiago del Estero, la adhesión es del 80% en el sector docente, como hace mucho no ocurría, en el transporte el paro es total y los gremios convocan a una marcha unitaria en la que participamos.
En el centro de Córdoba había poco movimiento y se movilizaba la CGT local, en Colón y Gral. Paz, con distintos sindicatos marchando desde sus sedes como la UOM o la UEPC Capital, la UTS y otros. En Mendoza dominaba al ausentismo de estudiantes, pese a que el gobierno dijo garantizar las clases, las familias no mandaron sus pibes. En la docencia el paro fue más desparejo por el funesto Ítem aula con fortísimos descuentos. En la Destilería YPF el paro es muy fuerte, garantizado por los camioneros que hicieron un piquete al ingreso. Los colectivos funcionan en un 60%, pero igual se veía muy poco movimiento. En bancarios el paro es total, en salud y la administración pública más flojo, mejor sí en judiciales donde vienen con medidas.
¿El “paro de la debilidad” o la debilidad del gobierno?
La ministra Bullrich fue la única que habló a la prensa. Intentó minimizar la medida, pero logró lo contrario. Habló de mucha gente que quiere trabajar, pero no puede por los “miguelitos” y roturas de vidrios a los micros, o empresas bloqueadas para que no se trabaje, igual que en los puertos. Dijo que estaba asegurada la “libertad” para trabajar, pero reconoció “un bloqueo permanente” al cambio que plantea su gobierno. Ante un paro total, contundente, porque la mayoría de la clase trabajadora, los sectores medios y precarizados incluso, decidió parar.
Bullrich pretendió negarlo, diciendo que durante el día iba a estar “todo abierto”, porque la “contundencia” era de la gente que quiere trabajar, pero se fue sin poder sostenerlo por el cachetazo de esta medida. Más tarde dio otra tumultuosa “conferencia” con el Secretario de Transporte diciendo que un 40% del transporte estaría circulando, siendo lo opuesto a lo que mostraban esos mismos medios que la entrevistaban.
Finalmente la ministra solo atinó a rogar a la gente que “salgan los que no han podido salir, utilicen el auto, su bicicleta, su moto, que salgan porque el país lo necesita”. Habló del “paro de la debilidad”, pero lo único débil fue su respuesta como representante de un gobierno ajustador. Solo pudo apelar a criticar a “los gremialistas”, pero para decir que es muy difícil medir el paro porque “están agrediendo”. Por lo que no pudo dar ninguna evaluación.
Al contrario, muy enojada se quejó porque a otros gobiernos “no le hicieron nada”. En realidad, la base trabajadora paró superando la división y entrega de la burocracia cegetista y de las CTA, que no movieron un dedo al votarse la Ley Base en Diputados, dividir y aislar las luchas.
Luego, el inefable vocero Adorni lo tuvo que reconocer también: “este gobierno tuvo más paros que leyes hasta ahora”. Es la expresión de impotencia de un gobierno que mostró su debilidad real, con la clase trabajadora mostrando quién mueve realmente el país y tiene la posibilidad de pararlo. Con un gobierno y sus aliados cómplices, que deben rendirse ante una realidad de paro fortísimo.
Esta contundente medida debe tener continuidad
Este golpe a la política oficial ya tiene consecuencias al trabar la intención de sacar hoy el dictamen en el Senado a favor de su Ley Bases, postergada para la semana próxima. La noticia de senadores “decidiendo” a espaldas del pueblo trabajador quedó en los febriles ensoñamientos de este gobierno, aislado. Si el golpe no es mayor, se debe a que la CGT y el PJ -al cual esa burocracia responde-, no quieren derrotar a Milei y todo su plan. A lo sumo, desgastarlo y canalizar electoralmente la bronca.
Desde los sectores en lucha, la coordinación independiente de la izquierda, el sindicalismo combativo, asambleas vecinales, sectores de la cultura y la ciencia, movimientos sociales, estudiantes y jubilados, debemos exigir que esta contundente medida tenga continuidad, con un nuevo paro y movilización el día que el Senado trate la Ley Bases para tumbarla.
Fuerza social hay de sobra, la dirigencia sindical y política tiene que garantizarlo. Eso les debemos exigir y es nuestro compromiso, para seguir aportando a decir Basta de Milei, su ajuste y represión. A la vez que impulsamos una alternativa política de la izquierda y los luchadores, que se plante para dar una salida al servicio del pueblo trabajador a la crisis.