miércoles, 18 diciembre 2024 - 18:24

Milei en el Vaticano. El papa, la Iglesia católica y su “sana” costumbre de avalar gobiernos ajustadores

En el marco de su gira internacional, al presidente Javier Milei le tocó el turno de visitar el Vaticano, en donde fue recibido por el papa Francisco. Una visita que comenzó el domingo 11 de febrero en la ceremonia de beatificación de María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, en donde la foto principal fue el caluroso abrazo que se dieron Bergoglio y Milei. Luego de esto, a primeras horas de la mañana del lunes, se realizó en el Vaticano la audiencia pautada entre el sumo pontífice y el mandatario argentino.

Dejando de lado el historial de declaraciones que tiene Javier Milei en contra de la figura del papa Francisco, se realizó una audiencia privada, la cual se quedó con el récord de ser la más extensa que ha tenido este papa con los mandatarios argentinos que se han reunido con él. Según las declaraciones del presidente argentino y el comunicado publicado por el Vaticano, en los 70 minutos de duración que tuvo la reunión, los temas centrales que desarrollaron fueron los conflictos internacionales que están abiertos en la actualidad y la situación de crisis política y económica que atraviesa Argentina.

Luego de finalizada la audiencia privada entre los mandatarios, el papa recibió parte de la comitiva argentina integrada por Karina Milei, Diana Mondino, Sandra Pettovello y Guillermo Francos. Una vez terminado el encuentro en el Vaticano, en la agenda presidencial restan realizar una reunión con el presidente italiano, Sergio Mattarella, y posteriormente para finalizar la gira internacional, un encuentro con la jefa de Gobierno de dicho país, la ultra derechista Giorgia Meloni.

La Iglesia y el ajuste

Si se mira la cordialidad con la cual se desarrolló el encuentro parecería que no existiera diferencia alguna entre el papa y el presidente argentino, y que actualmente el país tampoco está transitando ninguna crisis a causa de un programa de ajuste y represión. Pero la realidad marca algo muy distinto, por lo que el encuentro responde a otras necesidades, como la urgencia del presidente argentino, luego de los severos golpes sufridos en su corta gestión, de sumar figuras que avalen el brutal ajuste que está aplicando sobre el pueblo trabajador, y parece que el papa Francisco aporta su granito de arena para avalar el accionar de este gobierno, un clásico comportamiento de la Iglesia católica.

Según el comunicado publicado por el Vaticano, en la reunión los dos temas centrales que se tocaron fueron la situación de crisis que atraviesa el país y los conflictos internacionales actuales. Por el lado de los conflictos internacionales, Milei ha dejado en claro en varias oportunidades cual es su posición ante estos, el ejemplo más grosero y claro, son las últimas acciones que realizó en su visita al Estado genocida de Israel, durante el cual avaló la matanza que se viene desarrollando contra el pueblo palestino y además se animó a dar un paso más, pidiendo el traslado de la embajada argentina a Jerusalén. En cuanto a la situación que sucede en Argentina, el gobierno trata de aplicar un ajuste cada vez más feroz a las mayorías trabajadoras del país. Conociendo estas dos posiciones por parte del gobierno de Milei, para el Vaticano y sobre todo para el papa Francisco, la audiencia realizada tuvo un resultado satisfactorio.

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Es complicado creer que algo bueno puede salir de esta institución cuando con estos actos se avalan gobiernos ajustadores. La Iglesia católica y puntalmente este papa, una figura que se arroga la defensa de los más débiles y desprotegidos, recibe a una las funcionarias más miserables que tiene este gobierno, como lo es la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. La cual se viene encargando de que los comedores populares no reciban ni un gramo de mercadería para las millones de familias que solo encontraban un plato de comida en estos lugares. Cabe aclarar que para esta gestión la ayuda alimentaria solo estaría existiendo para la Iglesia evangélica, ideológicamente afín al programa político de los libertarios, y para la Iglesia católica, como lo dejaron expresado en su último acuerdo con Cáritas.

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Una vez más vemos el papel que cumple la Iglesia católica. Mientras que a la cabeza de esta institución se encuentra el papa Francisco, quien en sus discursos dice defender a los sectores más débiles de la sociedad, en esta audiencia, sin crítica alguna, terminó apoyando a la figura de un presidente que está hambreando al pueblo y en función de esto, para hacer pasar todas sus medidas de ajuste, no tiene problema en reprimir, como lo demostró hace algunas semanas en el tratamiento de la Ley Ómnibus. Un acto que demuestra la hipocresía de esta institución, ya que hace unos días la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal publicó un documento donde advertía la gravedad de la situación social. En dichas declaraciones, con frases contundentes como “un plato de comida no se le niega a nadie”, “la comida no puede ser una variable de ajuste” y otras líneas que advierten del daño que está causando la inflación, la principal figura de la Iglesia católica le da la bendición a un gobierno hambreador.

Mientras que algunos sectores progresistas como el de Grabois levantan la figura del papa, acá quedan demostrados los límites de esta institución, que solo circunscribe en apostar a ejercer un rol desmovilizador que garantice la conciliación de clases, para no romper así con nada de lo establecido de este sistema, papel parecido que realizan las burocracias sindicales y los partidos tradicionales de este régimen.

Desde el MST en el FIT-U, como los socialistas revolucionarios que somos, militamos la separación de la Iglesia y el Estado para terminar con cualquier intervención religiosa que estas instituciones intenten imponer sobre el conjunto de la población. Es por esto que denunciamos cualquier intervención política que tenga la figura del papa, sobre todo si va en detrimento de los derechos de los trabajadores y los sectores populares que dicen defender.

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