Por más que los liberales nos quieran vender un nuevo amanecer, las sombras siguen siendo parte del panorama. Y si bien se muestra favorecido por algunos títulos de la macroeconomía, no todo es felicidad. Los nubarrones son parte del cielo.
“Domador de tormentas”
Este 2025 comenzó con aumentos de servicios y combustibles que volvieron a golpear el poder adquisitivo de las y los trabajadores. Además, es fácil imaginar lo que significó este año para el salario, ya que la propia vicepresidenta acusa cobrar “dos chirolas”, cuando recibe más de dos y medio millones en mano todos los meses. ¿Qué le queda a las familias que viven con el salario mínimo de miseria que estableció el gobierno que ni siquiera cubre la canasta básica total de un adulto?
Lo confiesa el propio Milei, sosteniendo que “el 95% de los argentinos gana mucho menos” que la vicepresidenta. Agregando que “el salario promedio de la economía es 400 mil y pico”. Pero, ¿cómo? ¿No era que los sueldos argentinos volaban? ¿Qué superaban los 1000 USD? Quizás con una tasa de conversión de hace 20 años, pero hoy estamos lejos de eso.
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Lo que deja sentada una primera cuestión, los números macroeconómicos que presume el gobierno no son aire fresco para todos. Aun así, el gobierno se apalanca en una especie de “primavera” económica, donde supuestamente “domó” la inflación y el riesgo país, sostiene todavía imagen positiva a su favor y pudo controlar con reservas la disparada del dólar.
Eso sí, ¿a qué costo? Por un lado, el movimiento del dólar causó preocupaciones en el gobierno y afines, que rápidamente fueron a buscar un préstamo en forma de Repo para garantizar solvencia en el Banco Central frente a un verano con “ posibles corridas”
Además de seguir con las negociaciones con el FMI para que la entidad tenga compasión con los vencimientos de deuda y flexibilice plazos y desembolse aún más dinero.
Las “inversiones” no llegan y el ancla salarial estancó el consumo en cifras desoladoras. Las fiestas demostraron reconfiguraciones en el consumo que no se traducen en una economía saludable.
Mientras Milei discute con Villarruel, le prende una vela al Tío Sam. Resulta que el presidente con su imprescindible delegación ira a tierras norteamericanas para finales de enero, donde participará de la jura de Donald Trump y también aprovechará para pasarle la lata de las limosnas al Fondo. Por supuesto, es necesario aclarar que aun obteniendo nuevos préstamos deben volcarse en la economía de alguna manera para que esto impacte en una recesión que golpea varios sectores de la llamada industria nacional.
Atrapados en el tiempo
La realidad es dinámica, pero parece no afectar a todos: el PJ parece haberse quedado atrapado en aquel 19 de noviembre del 2023, donde Milei le gana el balotaje a Massa. El trauma sigue expuesto y las culpas y responsabilidades se acusan día a día. Por supuesto, en una discusión donde más bien la responsabilidad está puesta en las próximas elecciones y no en la profundidad que significó el fracaso progresista y la actual superficialidad en enfrentar a Milei.
No pudo, no quiso o no supo romper con la parálisis de aquel día. Aun con CFK volviendo a tomar el timón del partido la herida no suturó. Y quizá no suture con ella encabezando. Esto se evidencia por ejemplo en parte de los sectores afines a ella que boicotearon el presupuesto de Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Un espejo de la crisis política, donde ni nación ni la provincia más importante del país lograron consumar su presupuesto para el año venidero.
Como declaró el diputado provincial del MST en el FITU, Guillermo Pacagnini: “Todo se limitó a negociaciones de trastienda, a peleas por repartija de fondos y a cambiar votos por cargos. Pero se les quemó la rosca, la sesión cayó, sin presupuesto y sobre todo sin ninguna solución al pueblo trabajador”.
Pero no es solo la versión política del peronismo la que está atravesada por esta crisis, también lo es la sindical. El 2024 fue un año que midió a las direcciones sindicales, dejando a la burocracia muy por detrás de lo que se necesitaba para frenar el ajuste.
Fue tan rastrera la CGT apostando al diálogo y negociando con el gobierno la reforma laboral, que incluso provocó la renuncia de uno de los nombres pesados de la Confederación, como lo es Pablo Moyano, que rompe con la cúpula de traidores pero sin ninguna perspectiva a desarrollar un plan de lucha para voltear el ajuste en curso.
Es decir, ni a través de sus vertientes políticas ni sindicales puede hacer pie el peronismo como principal variante de oposición al gobierno, no puede recomponerse de la derrota electoral y ofrecerle una alternativa distinta al pueblo que lo desterró. Un punto clave que ayuda a posicionarse a Milei.
Aliados y rivales
Otra de las cartas del mazo de Milei es la complicidad que ha tenido la mayor parte del arco político en cada una de sus iniciativas. El presidente intentó sortear lo más posible al Congreso y los gobernadores; aun así, cuando tuvo que llamar a su puerta siempre fue bien recibido.
Los radicales expulsados de su partido y otros que aún en ese espacio ven con ojos de oportunidad Milei, se envolvieron para navidad y aparecieron en la Casa Rosada como regalo para el presidente, que ya piensa en los armados electorales en un marco de dinámica acelerada por el desdoblamiento de las elecciones en CABA.
Resulta que los Macri tras sentirse acorralados y sin ningún reconocimiento del gobierno a pesar de haberse arrastrado todo el año, definieron preservar la Capital y de ese modo, obligar a que LLA ceda en sus pretensiones. No obstante, los únicos que se regalan y desobedecen al presidente de su partido no son los radicales, sino que del lado amarillo está lleno. Antes de que termine el año, vimos la conversión de Kravetz y el reordenamiento del gabinete porteño.
El líder calabrés busca tener sus filas ordenadas exponiendo carpetazos con cada amarillo que se acerca a Santiago Caputo, pero como quien juega con fuego se puede quemar, el mismo quedó envuelto tras la denuncia de su hermana, Alejandra, que vincula 398 firmas no declaradas (entre ellas, offshores) con el grupo Macri.
Veremos cómo el año electoral acomoda cada trinchera, pero parece que Mauricio y Javier están lejos de volver a comer milanesas en Olivos, y ese desacuerdo les quita tranquilidad a sectores del poder.
No hay pasividad
Las luchas no se toman vacaciones y hemos sido testigos de cómo la ESMA se vio colmada ante el desguace de la memoria y en particular el cierre del Centro Cultural Haroldo Conti por parte de la motosierra de Milei. En una clara demostración de la fuerza que aún permanece en el pueblo cada vez que se pretende tocar una fibra sensible para el cuerpo social.
También hubo grandes movilizaciones en Óran tras el asesinato de un trabajador de frontera por parte de las fuerzas federales comandadas por Patricia Bullrich y conflictos obreros como el de Linde Praxair en Pacheco.
Es decir, mientras por arriba parece haber calma y que la descarga del ajuste es aceptada con pasividad, por abajo hay movimientos que evidencian malestares con el plan motosierra. El “domador” de tormentas tendrá que seguir aplacando las ventiscas que se proyectan en el cielo. Y aunque todo se encamina al año electoral, no será de mansa calma.
Desde el MST en el FIT Unidad creemos que es necesario fortalecer a la izquierda que durante todo este año estuvo en las calles enfrentando a Milei y que lo seguirá haciendo en todos sus roles, también en el Congreso. Para terminar con la ultraderecha, basta de soluciones comunes y malmenoristas, fortalezcamos a los únicos que de verdad enfrentan el plan motosierra.