miércoles, 18 diciembre 2024 - 17:25

Merlo. El cuerpo de Owen fue hallado en la tosquera

La noticia nos estremeció a todos. La tristeza nos tomó por completo. Owen, de 7 años, fue hallado muerto esta mañana. Poco después se halló también el cuerpo de su padrastro. Ambos habían salido a pasar el día, como era su costumbre, a la tosquera de Pontevedra. El domingo al mediodía dejaron la casa, pero la comunicación con la mamá se cortó a la tarde, y a la noche no regresaban. La desaparición de Owen provocó la conmoción en Barrio Nuevo, al punto que anoche los vecinos realizamos un corte de la ruta 1003 exigiendo su búsqueda.

Esta mañana los buzos tácticos de la policía hallaron su cuerpo en el fondo de la tosquera de la muerte, el paseo de los pobres en estas áreas del conurbano. La combinación de aguas cristalinas que se ven azules a distancia, vegetación y fauna autóctona, son una tentación en los días soleados y en verano. Pero entrañan un peligro fatal. Es el rostro que adquiere el extractivismo en nuestro conurbano.

Las tosqueras son excavaciones profundas que realizan empresas de construcción y de obras públicas sobre terrenos que comprar a bajo precio. El material, la tosca, es utilizado como base firme en autopistas, obras de alta circulación, grandes edificaciones, etc. Ese material terroso firme y rojizo puede hallarse bajo la profundidad de las napas freáticas.  Las canteras pueden tener una extensión de cientos de metros y una profundidad de entre 20 y 50 metros. La actividad está clasificada como minería de tercera categoría. Una vez que las empresas extraen toda la tosca que hay disponible en el lugar, lo dejan abandonado con total irresponsabilidad. La cava se llena de agua de las napas por lo bajo y con agua de las lluvias por la superficie. La diferencia de las temperaturas del agua provoca correntadas y remolinos suelen ser fatales. El paisaje artificial atrae especialmente a niños y jóvenes de nuestros barrios. Sabido es que los atractivos naturales y piletas no están al alcance de los pobres.  Hay 36 de ellas en toda la provincia de Buenos Aires. Algunas tosqueras ya llevan décadas y a su alrededor se han formado nuevos barrios, como ha sucedido en El Ombú, de Pontevedra. Cada tanto las tosqueras se cobran nuevas víctimas, y nadie hace nada.

Ni las empresas que las crean y abandonan como trampas, ni los Estados municipal, provincial y nacional hacen nada con esta problemática. Solo se limitan a colocar carteles. Nada de rellenar ni cercar. Ello implica erogaciones que no están dispuestos a encarar. Solo les importan sus negocios.

La bronca por la muerte de Owen nos lleva a exigir justicia, y que se tomen medidas contra las empresas depredatorias que solo ven por sus propios intereses sin reparar en los pasivos ambientales que dejan detrás de sí. Basta de extractivismo irresponsable. Basta de gobiernos que miran para otro lado y dejan hacer a su antojo a estos emprendimientos. Nuestras vidas valen más que sus negocios.  Y vamos por un modelo de sociedad donde el sano esparcimiento y la recreación estén al alcance de todos, para no tener que exponernos a estos peligros.

Vico Burgos

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