Este viernes 27 de septiembre el activismo de todo el mundo salió a las calles a movilizarse en el marco de una nueva huelga mundial por el clima. Las sociedades de los diferentes países son conscientes que solo con protestas masivas se puede obligar a los gobernantes a sancionar leyes que protejan los ecosistemas. Sin embargo, las medidas, legislaciones y tratados internacionales han resultado ser completamente ineficientes; pues el cuidado de nuestros recursos naturales es inasequible al modo de producción y consumo del capitalismo. Por lo que el calentamiento global, las inundaciones y extinciones masivas continuarán si no rompemos con este sistema.
A nivel nacional nos encontramos con un panorama completamente desalentador. Durante los últimos años hemos sufrido terribles incendios forestales incentivados por el mercado inmobiliario, que no ha tenido dificultades para usurpar áreas naturales protegidas para el goce de los ricos. El agronegocio juega un papel muy importante en el desmonte para crear nuevas áreas de cultivo, también acaba con la fertilidad de los suelos con monocultivo y agrotóxicos. Las empresas de hidrocarburos, desesperadas por extender su subsistencia, se han abocado al fracking, una práctica que ha sido prohibida por muchos Estados dado su alto impacto ambiental. La minería a cielo abierto o megaminería continúa siendo un terreno de disputa entre el gobierno y la sociedad. A estas alturas la mayoría de los argentinos ha corroborado que esta industria no pudo sacar de la pobreza a las provincias en las que se instaló, sino todo lo contrario.
Entre los gobernantes existe una complicidad para llevar adelante negocios que atenten contra el medio ambiente. El Frente de Todos basa su plan económico en potenciar la megaminería, el fracking, el negocio inmobiliario, el agro negocio y ahora debemos sumar su proyecto de instalar mega granjas de producción porcina. Todas estas políticas son llevadas adelante sin el consenso de la población y con acuerdos firmados de forma secreta. Por su parte, Cambiemos acompaña estas medidas y las aplica en las provincias donde gobierna.
A nivel provincial la lucha por el medio ambiente ha unido casi todos los sectores de la sociedad. Esto ha resultado crucial para frenar atropellos del gobierno, como intentar modificar la ley guardiana del agua -la 7722- o la construcción del proyecto Cerro Punta Negra. Este año en particular nos encontramos en elecciones legislativas y el único espacio que propone un cambio de rumbo real, un proyecto ecologista y de desarrollo sustentable es el Frente de Izquierda-Unidad; pues los candidatos de Cambia Mendoza y el Frente de Todos han legislado en favor del extractivismo y siguen proponiendo los mismo. Por otro lado, el resto de los partidos o alianzas apoyan la implementación del fracking o la megaminería en la provincia. Incluso el Partido Verde, que dice ser ecologista, pero hizo campaña por el Frente de Todos en el 2019 y hoy una de sus candidatas con posibilidades de acceder a una banca es la actual senadora por el peronismo Andrea Blandini.
Desde el MST en el FIT-Unidad creemos que la única salida a la crisis ambiental es fuera de los marcos del sistema capitalista, porque este sistema es incompatible con una lógica sustentable. Si hemos llegado a este punto ha sido a causa del modo de producción centrado en la ganancia privada de unos pocos y no en el desarrollo y bienestar de la mayoría. El plan de este sistema para un país subdesarrollado como el nuestro es continuar con el saqueo de nuestros recursos. Por ello queremos terminar con el extractivismo y prohibir toda actividad económica contaminante a lo largo y ancho de nuestro país. Apostamos a la innovación y las energías renovables. Proponemos un modelo de desarrollo sustentable y soberano. Por sobre todas las cosas, queremos hacer valer el derecho de las mayorías a decidir sobre su territorio.
Nico Fernández