viernes, 19 abril 2024 - 15:04

Megaminería. Ni transparente, ni sustentable: un nuevo verso

El gobierno busca avanzar nuevamente por sobre la cordillera y nuestros bienes comunes, buscando un pacto social entre empresarios de la mega minería, ministerios estatales y un grupo pseudo ambientalista completamente ligado al gobierno, el cual justifica cualquier avance extractivo por parte del mismo.

El pasado 2 de mayo, el gobierno lanzó a través del Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo Matias Kulfas, la Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad (Memac). Este lanzamiento se enmarca en el ya conocido doble discurso, donde buscan hacer creer a la gente una especie de “transparencia” sobre los debates que encierran a los proyectos mineros. Una especie de “debate público” entre supuestos expertos que presentarían proyectos y expondrían informes. Claro está que estos “expertos” son funcionales a los empresarios, lo cual carece de todo tipo de transparencia. Esto viene acompañado del lanzamiento del Sistema de Información Abierta a la Comunidad sobre la Actividad Minera (SIACAM), una herramienta virtual, que contendía información sobre el sector y busca otorgar “transparencia” en materia de sustentabilidad y regulaciones.

Esta maniobra del gobierno busca acercar a los empresarios que muestran su descontento a partir del “impuesto a la renta inesperada” y que, con el antecedente del reciente chubutazo, no cuentan con un respaldo de la comunidad para llevar adelante estas actividades. Pues, claro está, temen al levantamiento de los pueblos contra las actividades extractivas que saquean y destruyen el territorio y comunidades enteras. Todo esto se da en el marco del recambio de nombres en la Secretaría de Minería, a la cual el subsecretario Andrés Vera presentó su renuncia el pasado viernes 29 de abril por supuestos “motivos personales”.

De esta primera disertación participaron el presidente del Banco Central, Miguel Pesce; el ministro de Trabajo, Claudio Moroni y la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont. Todo un equipo gubernamental dispuesto a lavarle la cara a una actividad contaminante y destructiva, con el mero fin de retener algunas divisas que irán a parar a el pago de la fraudulenta deuda externa con el FMI. Llama poderosamente la atención la ausencia de Cabandié, ministro de Ambiente, quien tras el intento de avance en la instalación de las petroleras off shore en el mar argentino guarda un sepulcral silencio.

“Hay que ir en contra del mito de que la minería no deja nada en el país” dicen desde el Ministerio, pues está claro que lo único que dejan son pueblos contaminados y enfermos por los químicos, pobreza estructural en las comunidades e irrisorias ganancias para los empresarios. Mientras que el Estado recoge algunas divisas, las cuales son destinadas en su mayoría al pago de la deuda.

“El objetivo principal es construir consensos respecto a la minería, que permitan desarrollar la actividad con estrictos controles ambientales, potenciando lo bueno que tiene (empleos de altos salarios, federalismo, divisas e insumos para la transición energética) y analizando sus riesgos para mitigarlos” fue otra de las frases escuchadas. Más mentiras en el cajón, pues además de salarios de miseria y un gran riesgo en el trabajo, vienen aparejados la destrucción masiva y saqueo de nuestros bienes comunes, y un destrozo de las economías regionales. Que nos digan que proporcionarán insumos para la transición energética es una mentira enorme. Ni el gobierno, ni los empresarios al día de hoy han destinado recursos, ni siquiera un pequeño atisbo de políticas a un tipo de energía renovable. Es tan simple como observar el último informe del IPCC el cual anuncia lo cercanos que estamos al punto de no retorno en materia de crisis climática.

Párrafo aparte merece la organización Jóvenes por el Clima. Este grupo que se dice ambientalista ya ha demostrado su total apoyo al gobierno de Alberto Fernández y su rol conciliador ante los avances del extractivismo. Este grupo de ambientalismo falopa esconde en su discurso la sumisión al Estado tras la premisa de “hacer divisas” y llevar adelante “pactos ecosociales” con estas empresas. Como bien dice Guillermo Folguera, y paso a citar su reciente post de Instagram: “¿Cómo se llama a una organización que se dice ambientalista, pero actúa junto con las empresas mega mineras y de agronegocios? A) Cooptada, por que defiende los intereses que destruyen salud y naturaleza. B) Perdida, pues no comprende la realidad de los pueblos cordilleranos y fumigados. C)Estratega, pues lograra “desde adentro” que estas empresas cambien su accionar. D)Innovadora, porque ha generado una nueva de manera de militar “por el absurdo” E) Virtual, porque prefiere la militancia de redes y medios, antes que los territorios. F) Tu ironía no sirve a nuestro “green washing”.

Es ineludible que estas medidas del gobierno responden a la necesidad imperiosa que tienen por recoger dólares de manera rápida y con la mínima inversión posible para garantizarle la sumisión de los pagos de la fraudulenta deuda externa al FMI.

Es que el supuesto “impuesto a la renta inesperada” que fagocita el gobierno es tan solo una medida cosmética y su destino no es justamente el pueblo trabajador y las clases populares. Si queremos palear la crisis, generar empleo y dar una salida de fondo a los problemas estructurales debemos por empezar en eliminar el IVA a la canasta básica. De la misma manera que imponer un Impuesto Progresivo a las grandes fortunas, proyecto de ley presentado por el Frente de Izquierda Unidad.

En materia socioambiental es urgente prohibir toda actividad extractiva que siga acrecentando el desastre ambiental, creando una reconversión laboral para los trabajadores de estas empresas y donde cualquier tipo de proyecto que busque llevarse adelante sea previamente consultado con las comunidades y organizaciones ambientales.

Desde la Red Ecosocialista y el MST en el Frente de Izquierda Unidad, condenamos y rechazamos cualquier avance del gobierno por sobre nuestros bienes comunes y nuestras vidas. Ya ha quedado demostrado a la luz de los hechos que estas empresas solo traen enfermedades, miseria y destrucción a los pueblos enteros y que cualquier avance que quieran llevar adelante, por más doble discurso que metan, se encontraran contra la resistencia popular, como se demostró con el chubutazo.

Nahuel Schiavoni

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