La frase pertenece al economista Maxi Montenegro y refleja el resultado de las “exitosas” negociaciones que duraron más de tres meses. La mayoría de los especialistas señalan el gran impacto inflacionario que tendrán las últimas medidas acordadas con los funcionarios del Fondo para cerrar el “acuerdo técnico”, por el cual la entidad financiera liberaría a mediados de agosto U$S 7.500 millones para repagarles, a ellos mismos, el fraudulento Stand By contraído por Macri. En realidad, los que “estamos escupiendo sangre” y vamos a escupir aún más con los acuerdos de Massa somos la inmensa mayoría de los trabajadores, con una inflación desbocada, salarios y jubilaciones cada vez más chicos y cada vez menos prestaciones sociales.
Este lunes 31 de julio, el ministro candidato Sergio Massa realizó un breve mensaje televisivo antes de que abran los mercados de capitales. Se preocupó en detallar de dónde salen los fondos para pagar los vencimientos con el FMI de este lunes 31 por U$S 2.700 millones y de mañana 1 de agosto por U$S 740 millones, ya que existía una gran incertidumbre acerca de dónde iba a sacar el dinero necesario, en un panorama de siete mil millones de dólares de reservas negativas.
El anuncio del Staff Agreement (Acuerdo Técnico) pactado con los funcionarios del FMI no alcanzó para “tranquilizar” a los especuladores financieros, en la medida, que también los dólares de reembolsos prometidos no llegarán, con suerte, hasta que el Directorio del Fondo los apruebe y remita al país en la segunda quincena de agosto.
De acuerdo a lo anunciado por el ministro, este nuevo pago se completará con un crédito puente de la CAF por U$S 1.000 millones. “Puente” porque en unas pocas semanas, cuando el FMI nos envíe los dólares, se lo tenemos que devolver. A esto se debe sumar la liberación de la segunda etapa del swap de yuanes con China, cuyo gobierno permitió la utilización del equivalente a U$S 1.700 millones de este segundo tramo (son dos tramos de U$S 5.000 millones) para completar lo que nos faltan para el pago. En adición, otros economistas señalaron sin mayores precisiones que podrían utilizarse también parte de los casi US$ 900 millones de dólares obtenidos por las liquidaciones del nuevo “dólar agro” a $340 en estos días.
En su breve discurso, Massa dijo que se pagaba sin afectar las reservas. En realidad, el swap de monedas con China era parte integrante de las reservas totales que ahora bajan en su volumen. Su utilización no es gratis: se trata nueva deuda que se acumula a la gigantesca deuda que tiene el país, y lo que nadie sabe es bajo qué condiciones y a qué tasas de interés, ya que los acuerdos con la gran potencia de Oriente son secretos.
Repitiendo el nuevo relato de campaña, el ahora candidato de Unión por la Patria se refirió al crédito del FMI contraído por Macri con las siguientes palabras: “Es probablemente la peor herencia del gobierno anterior, porque se trata de una deuda que no está en rutas ni escuelas ni hospitales, ni en ninguna mejora para las empresas o para las familias argentinas. Terminó siendo un programa que solo sirvió para financiar fuga de capitales allá por 2018. Pero la Argentina debe convivir con ese acuerdo y debe resolverlo hasta tanto pueda pagarlo y transformarse en un país soberano”.
Con semejante discurso queda preguntarse por qué fue justamente Massa, en su carácter de presidente de la Cámara de Diputados, uno de los actores fundamentales para cerrar el último acuerdo por los que el país se compromete a pagar semejante estafa, y por qué ahora es el funcionario fundamental para negociar cómo la seguimos pagando a costa del hambre de nuestro pueblo y la entrega de nuestro país.
También llama la atención el silencio de Máximo y La Cámpora, tan “críticos” con Cristina a las actividades del FMI. Grabois en modo campaña señaló que “el préstamo es una estafa” y que la negociación de Fernández, Guzmán y ahora Massa “es pésima”. Además, que el acuerdo de estos últimos días “es una porquería”. Con todos estos conceptos muchos pueden preguntarse por qué lleva a sus candidatos en las listas del ministro que tanto aborrece, o por qué dice ahora con respecto a la interna que el que “pierde acompaña”.
No vale la pena preguntarse mucho… La lista de este hombre del Papa es una colectora de Massa y el PJ para evitar que se le escapen los votos de los que están totalmente descontentos con el curso de derecha de este gobierno y su candidato.
Aún no se conoce lo peor
Lo cierto es que las medidas que se conocen que integran este acuerdo son el dólar especial para el agro a $ 340, el aumento del 7,5 % a gran parte de las importaciones, la incorporación del impuesto PAIS a distintos servicios, el mantenimiento de la meta del 1,9% de déficit del PBI como tope a los gastos del Estado. Todas ellas van a impactar directamente sobre los precios, el nivel y las condiciones de vida de la población trabajadora.
En lo inmediato – y gratis, porque hasta ahora el FMI no largó un dólar- ya se calcula un adicional de dos puntos con respecto a la próxima inflación. Todos los empresarios están remarcando por demás para cubrirse. Uno de los sectores más afectados será el de alimentos, ya que la carne, huevos, leche y todo lo que necesite maíz va a subir con en relación a lo que subió el “dólar maíz”. También otros productos que necesitan insumos importados -ahora gravados con el 7,5%- , como la industria automotriz que aumentó de inmediato entre el 10% y 15 %.
Se espera además un gran aumento a los combustibles, electricidad y transporte para reducir los subsidios y achicar el déficit. Tarifazos para todos, muy por encima de la inflación se esperan en un futuro cercano. La licuación de salarios de los empleados estatales bajo el eufemismo de “contenerlos” es otra de los pedidos de los funcionarios fondomonetaristas sin anestesia.
Además, el ministro devaluó apenas un 15% con esta devaluación “encubierta” vía un impuestazo, y la exigencia del FMI es que devalúe en forma mucho más contundente para achicar la brecha cambiaria y juntar la mayor cantidad de dólares posible para pagarles la deuda externa. Por eso, el Directorio del FMI postergó –con la excusa de salir de vacaciones- su definición sobre la liberación de los desembolsos que tanto anhela el ministro para tener divisas para pagarles hasta fin de año. El acuerdo afirma claramente que estos desembolsos se producirán si el ministro cumple con los ajustes y las exigencias vertidas en el nuevo acuerdo.
Esto implica que en la actual situación, en la que el FMI no liberó el desembolso para pagar el vencimiento de junio que se realizó con recursos propios, y que ahora posterga el desembolso de julio hasta mediados de agosto, Massa ha pagado al Fondo Monetario U$S 8.000 millones netos y no tiene garantía alguna de que el Directorio termine aprobando los U$S 7.500 prometidos para llegar hasta fin de año.
O para ser más precisos, los resultados de las PASO serán utilizados por los banqueros internacionales para presionar sobre el “amigo” ministro y candidato para que el ajuste destinado a acumular la mayor cantidad de dólares sea más profundo. En concreto, aun con la baja en la cantidad de reservas líquidas acumuladas a fin de año, teniendo en cuenta que ahora están 7 mil millones de dólares abajo, el gobierno deberá juntar unos 9 mil millones de dólares en lo que queda del año. Algo casi imposible para muchos analistas de la economía del país.
Uno de los mecanismos que el Fondo está exigiendo es el cierre de una gran parte de las importaciones. Lo hace a través del nuevo impuesto del 7,5%, que además es retroactivo ya que rige desde el momento en que la importación fue aprobada, aunque el BCRA la abone a los empresarios a los 6 meses o 195 días (de acuerdo al régimen pactado). Por si fuera poco, al momento de la liquidación el impuesto es “recalculado” de acuerdo a la evolución del dólar. En resumen, baja de insumos y baja del nivel de actividad para las producciones afectadas.
Según comentan los especialistas, el Fondo decidió pisar con todo las importaciones para frenar la cuantiosa deuda comercial que se acumula hacia el futuro, que ya representaría entre 13 mil y 15 mil millones de dólares que afectarían la acumulación de dólares para pagarles la deuda externa.
La exigencia de tasas de interés positivas con respecto a la inflación seguirá encareciendo el crédito, aumentando la inflación, bajando el consumo y la actividad. Más ajuste brutal en los presupuestos del Estado, baja de salarios estatales, reducción de planes sociales, licuación inflacionaria de jubilaciones y el resto de los presupuestos, completan el cuadro.
Y como si todo esto fuera poco, el aumento de las tasas de interés del Tesoro norteamericano ha llevado a que el interés que le estamos pagando al FMI alcance niveles récords. Están ubicadas en una usuraria tasa del 8,07%, de los cuales 4 puntos corresponden a los sobrecargos que nos cobra el Fondo por poseer un crédito que supera la cuota del país y lo estatuido por el propio organismo.
“Hasta ahora el gobierno lleva pagados US$ 7.309 millones en intereses al FMI. De ese total, US$ 1.480 millones fueron durante el gobierno de Mauricio Macri y US$ 5.829 millones por el de Alberto Fernández”, señaló en un reciente artículo el editorialista Ismael Bermúdez[i]. Además, se espera un nuevo aumento de las tasas del Tesoro próximamente.
Romper con el FMI
Mientras un sector de la derecha sintoniza con las exigencias del Fondo para que se produzca una devaluación más pronunciada y general en forma inmediata, Massa esquiva en medio de la campaña electoral esa salida que podría liquidar su candidatura; pero descargando un impuestazo que va a ocasionar un mayor rebrote inflacionario, firmando mayores cláusulas de ajuste y endeudándonos cada vez más.
Es como salir del infierno y terminar en el purgatorio. No hay salida para los trabajadores y sectores populares. No va el nuevo verso de que “vamos a recuperar la soberanía cuando terminemos de pagarle al Fondo”, mientras tenemos una pobreza general del 43% y al 60% de los pibes por debajo de esa línea, producto de continuar pagando una estafa que el propio ministro denuncia.
La única salida es, como planteamos desde el Frente de Izquierda Unidad, romper con el FMI y todos los acreedores buitres de la deuda y destinar ese dinero producto de nuestro esfuerzo a implementar medidas como la generación de un gran plan de construcción de obras públicas para construir los tres millones de viviendas faltantes y dar trabajo a millones de argentinos, medidas que reactiven toda nuestra economía.
Por eso, este 13 de agosto apoyá a los que luchamos contra los que nos quieren seguir ajustando para pagarle a los grandes banqueros y usureros que están esquilmando al país. Vota la lista “Unidad de los luchadores y la izquierda” (MST-PO), que encabeza la fórmula presidencial Gabriel Solano-Vilma Ripoll en la PASO del FIT-U.
[i] “La tasa de interés que Argentina paga al FMI casi se duplicó en un año y es récord”, Clarín 29/07/2023.