Nota extraída del sitio web de la Liga Internacional Socialista.
¡Hagamos de Gaza y Cisjordania el Vietnam de Israel!
El horror se suma al horror. El espectáculo diario de la barbarie sionista en Gaza (y Cisjordania) es una provocación inaceptable para cualquier persona dotada de un mínimo sentido de humanidad. A los 60.000 palestinos asesinados por los bombardeos se suman las muertes por hambre y enfermedades, la destrucción continua y planificada de viviendas, la desesperación de un vagabundeo sin rumbo de una enorme masa de hombres y mujeres despojados de todo, obligados a correr bajo las bombas en busca de una improbable ración de comida administrada cínicamente por las mismas fuerzas de ocupación. La indignación por este escenario de muerte provocado por el estado terrorista de Israel recorre gran parte de la opinión pública mundial. Es un salto de la emoción colectiva.
Ahora los gobiernos europeos se enfrentan al problema de contener y gestionar esta indignación creciente. Por eso, después de dos años, empiezan a balbucear, más o menos en voz baja, palabras de desaprobación hacia Netanyahu, e incluso a plantear una posible revisión de los acuerdos entre la Unión Europea e Israel. Pura hipocresía. Los acuerdos entre la UE e Israel son sólo un envoltorio diplomático que encubre los mucho más lucrativos acuerdos bilaterales entre Estados y, además, incluso para revisar ese envoltorio diplomático, sería necesaria la imposible unanimidad de los gobiernos de la UE.
La verdad es que las diplomacias imperialistas buscan desviar la indignación hacia un callejón sin salida, para ocultar el respaldo económico y militar que cada Estado imperialista continúa asegurando al sionismo. Ese respaldo que durante dos años permitió a Israel descargar 100.000 toneladas de bombas sobre dos millones de personas. Ese respaldo que durante dos años sostuvo “el derecho del Estado de Israel a defenderse del terrorismo”, es decir, a desatar su propio terror colonial contra el pueblo palestino y su derecho a resistir al colonialismo. Ese respaldo que durante dos años persiguió como antisemitismo la simple denuncia del colonialismo (en beneficio, además, del antisemitismo auténtico).
En cuanto a Trump, su única preocupación es que la guerra de Netanyahu, superado cierto umbral, pueda arruinar los negocios estadounidenses en Arabia Saudita y la región. La persecución de activistas pro Palestina en las universidades estadounidenses habla por sí sola. Como los planes trumpistas de deportación de palestinos. Como la continuidad del armamento de EE. UU. a Israel.
En este mar de repugnante hipocresía, el gobierno italiano logra igualmente destacarse en su complicidad con el sionismo. Ayer en el Parlamento, el gobierno de Meloni defendió a capa y espada el infame memorando ratificado en 2005 sobre la cooperación militar entre Italia e Israel.
«La renovación del memorando entre el gobierno de la República Italiana y el gobierno del Estado de Israel sobre defensa y cooperación militar está, como ha señalado el Ministro de Defensa, prevista para abril de 2026. Para que prevalezcan las razones de la diplomacia es necesario construir canales de comunicación, no cortarlos» (Luca Ciriani, Ministro de Relaciones con el Parlamento).
¿Claro, no? Para susurrar inocuas preocupaciones al oído de un Estado terrorista es “necesario” seguir armándolo. Incluso cuando ese terror es cada vez más indigesto a los ojos del mundo. ¡Vergüenza!
La cercanía de toda la derecha tricolor con los ambientes sionistas también involucra a sectores significativos de la llamada oposición liberal, desde Italia Viva hasta Azione y numerosas personalidades del PD. Después de todo, ¿acaso la cooperación con el Estado de Israel no ha sido resguardada y cultivada por todos los gobiernos de centroizquierda, sin excepción (Prodi 1996-1998, D’Alema 1999-2000, Amato 2000-2001, nuevamente Prodi 2006-2008)? Lo mismo vale naturalmente para los gobiernos de Conte, que hoy hace de “pacifista”, y para el gobierno de Draghi.
Contra la hipocresía de ayer y de hoy de todos los gobiernos y Estados imperialistas, contra la vergüenza del imperialismo italiano y del gobierno de Meloni, es necesario pasar de las palabras a los hechos.
Es necesaria la más amplia movilización de masas contra la masacre en curso, mucho más allá de iniciativas testimoniales.
Todo vínculo con Israel debe ser roto. Sea diplomático, comercial o militar.
Es necesario que el movimiento obrero italiano y todas sus organizaciones, grandes y pequeñas, promuevan unitariamente el embargo contra Israel. En las últimas semanas, los estibadores de Marruecos, desafiando a su propio gobierno, han activado el bloqueo de todo comercio con el Estado sionista, paralizando el tráfico con Tel Aviv. Es un ejemplo para retomar y generalizar.
Debe boicotearse todo grupo industrial-militar italiano implicado en la colaboración con Israel, como el grupo Leonardo.
Debe relanzarse el movimiento anti sionista en las universidades.
¡Hay que hacer de Gaza y Cisjordania el Vietnam de Israel!
Por el pleno derecho a la autodeterminación del pueblo palestino
Por el apoyo a la resistencia palestina contra el Estado colonial de Israel
Por una Palestina unida y libre, del río al mar
Por una Palestina laica y socialista
El Partido Comunista de los Trabajadores, sección italiana de la Liga Internacional Socialista, llevará estas consignas a la manifestación nacional del 21 de junio en Roma.
Por Partido Comunista de los Trabajadores